Los decibeles del rock no son sólo un problema en Buenos Aires: Paul McCartney declinó tocar en el estadio San Siro de Milán, Italia, porque una ley municipal pone los 78 dB como límite acústico para los conciertos. El ex Beatle iba a tocar en junio, como parte de su gira europea Good Evening Europe. Pero, a diferencia de lo que sucede por aquí, la alcaldesa de Milán, Letizia Moratti, lamentó que la limitación de decibeles haya nacido de protestas vecinales que “perjudican a la ciudad, en cuanto a oportunidades para la música, para los jóvenes y para el turismo cultural”. El promotor involucrado aclaró que los partidos de fútbol superan los 90 dB y aseguró que “la música es vida, no ruido”.