CULTURA › REPERCUSIONES DE LA MUERTE DE TOMáS ELOY MARTíNEZ
Escritores, intelectuales y amigos recordaron con cariño y admiración al autor de Santa Evita. Carlos Fuentes dijo que merecía el Cervantes, entre otros premios. La Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, que preside García Márquez, destacó sus valores éticos.
› Por Silvina Friera
Tomás Eloy Martínez encontró la llave que comunicaba ficción y realidad. Maestro de periodistas y escritor trascendental, dejaba el alma en cada letra, en cada palabra, en cada frase. Escribió hasta el final, aferrado al oficio de narrar con una voluntad de acero para burlar el cáncer que padecía desde hacía unos años. Escritores, intelectuales y amigos surfean, como pueden, el arañazo de la tristeza por la muerte del autor de Santa Evita. Quien lo haya visitado en su casa de la calle Pueyrredón probablemente recordará esas fotos en blanco y negro con sus amigos, los jóvenes y guapos Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, entre otros autores. El escritor mexicano, “desolado por la muerte de su colega”, se animó a confesar lo que unos cuantos venían rumiando en voz baja. “Merecía muchos reconocimientos”, entre ellos el Premio Cervantes de Literatura, declaró al diario mexicano Reforma. Desde Alemania, Osvaldo Bayer subrayó que se trató de uno de “los más brillantes autores de su generación, que sufrió el silencio de los academicistas de la literatura y la quema de sus obras durante la dictadura militar”.
Después de lamentar esa falta de reconocimiento y premios, Fuentes elogió la “gran obra novelística” de Martínez, sobre todo en torno de las figuras del presidente Juan Domingo Perón y su esposa Evita, donde proyectó una “mirada hacia el pasado trágico de la política argentina”. El mexicano, que en su última novela, Adán en Edén, incluye entre los personajes al escritor argentino, también ponderó su “prosa diáfana, enérgica y maravillosa”. Bayer aseguró que el autor de Purgatorio fue “tal vez el mejor periodista situacionista argentino entre el ’60 y el ’70, siempre manteniendo una línea moderada que le permitió escribir para diarios de centroizquierda y conservadores”. Bayer precisó el coraje del escritor y periodista al “describir ciertos crímenes de la sociedad establecida, como el asesinato de prisioneros políticos que reconstruyó en su libro La pasión según Trelew, lo que bastó para que tuviera que exiliarse y que los volúmenes editados fueran quemados por el régimen uniformado”. Desde la provincia de Chubut, el secretario penal del Juzgado Federal de Rawson, Gustavo Lleral, recordó que Martínez fue “un testigo clave en la investigación judicial sobre la llamada masacre de Trelew, y su libro forma parte del expediente”. Emociona saber, gracias a Lleral, que por la necesidad de confirmar fuentes para acreditarlas en el expediente, el escritor viajó hasta la provincia, a pesar de su delicado estado de salud. La Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que preside García Márquez, lamentó la muerte del periodista y narrador, que era maestro de esa institución y miembro del consejo rector. “En la FNPI nos unimos al dolor de sus familiares y amigos, convencidos del gran aporte que Tomás Eloy significó para inculcar en las nuevas generaciones la imperante necesidad de ejercer un periodismo narrado con pasión, con fuertes valores éticos y con profunda vocación de servicio”, declaró la institución en un mensaje divulgado en su sitio web. La directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, califica la obra de Martínez como “una de las referencias fundamentales de la cultura en lengua española del último medio siglo”. Caffarel afirmó que el escritor “pertenece a la categoría de los autores que convirtieron el periodismo en obra literaria y la literatura en deudora del mejor periodismo”. La directora del Cervantes, que se encuentra ultimando los preparativos para el V Congreso Internacional de la Lengua Española, que se celebrará en marzo en Valparaíso (Chile), destacó que “todos recordamos su magistral intervención en la inauguración del anterior congreso, celebrado en 2007 en Cartagena de Indias”. Y agregó que tampoco es fácil olvidar su conferencia inaugural de los actos de celebración de la entrega del Premio Cervantes a Juan Gelman, en abril de 2008, en la Universidad de Alcalá. “En uno y otro puso de manifiesto, como tantas veces, su extraordinaria estatura intelectual”, resumió Caffarel.
El secretario de Cultura de la nación, Jorge Coscia, señaló que el autor de Lugar común la muerte “supo unir con su pluma dos importantes expresiones culturales, el periodismo y la literatura, y en ambos casos fue un crítico sin concesiones de las circunstancias políticas y sociales del país”. Coscia admitió que “nunca se refugió en opiniones ambiguas o indiferentes: uno de sus temas recurrentes fue el peronismo, al que, aun críticamente, le reconoció su rol determinante en la configuración de la Argentina moderna”. Con su muerte, como esgrimió la escritora Aída Bortnik, desaparece una de las grandes figuras de las letras argentinas. “Aunque tenemos excelentes escritores argentinos, no hay en su generación nadie a su misma altura. La época de oro de la literatura argentina perdió parte de su brillo, sin ninguna duda, con la muerte de Tomás”, aseguró Bortnik, compañera de Martínez en las revistas Primera Plana y Panorama, en las que fue redactor jefe y director, respectivamente. Mario “Pacho” O’Donnell hizo hincapié, principalmente, en el hecho de que era “una gran persona”, “un hombre muy consecuente con sus ideales”, además de “maestro de periodistas y un escritor de categoría”.
Vilma Martínez, la embajadora de Estados Unidos –donde el escritor vivió y dio clases–, manifestó sus condolencias: “Se ha ido uno de los grandes referentes de la cultura argentina; el mundo de la literatura, el periodismo y la política se encuentran de luto”, escribió en un comunicado. “En los EE.UU., Tomás Eloy Martínez ha trabajado incansablemente en pos de un entendimiento mutuo entre los pueblos de las Américas. Su legado permanecerá vivo en sus estudiantes y sus colegas en los EE.UU., así como en sus lectores de todo el mundo”, añadió. Acicateados por ese remolino que genera su muerte, el mundo de la cultura despide al gran escritor y periodista que, como dijo uno de sus hijos, Ezequiel, “seguirá viviendo a través de su obra, como él siempre quiso”.
El velatorio se realizará hoy, de 8.30 a 16, en Parque Memorial –ruta Panamericana, acceso norte, ramal Pilar, km 47– donde se cremarán sus restos, como era su deseo.
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