Mar 12.04.2011
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CULTURA › SEMINARIO IBEROAMERICANO DE PERIODISMO Y PATRIMONIO CULTURAL

En el corazón de los mayas

Más de 120 representantes de América latina, España y Estados Unidos comenzaron ayer en Palenque, Chiapas, una semana de debates, talleres y conferencias alrededor de la conservación del patrimonio cultural y el rol de la prensa en ello.

› Por Eduardo Fabregat

Desde Chiapas

¿Cómo conservar aquello que parece destinado a desaparecer? ¿Cuál es el rol de los académicos y el de los periodistas en una tarea tan delicada? ¿Cómo mensurar el valor de algo que puede ser tan subjetivo como el “patrimonio cultural”, cómo mantenerlo rodando en los medios para que no se convierta en pasado fosilizado? Son sólo algunas preguntas posibles entre las muchas palabras que rebotan por las paredes del Hotel Villa Mercedes, en Palenque, Chiapas. Desde ayer, el Primer Seminario Iberoamericano de Periodismo y Patrimonio Cultural convoca a más de 120 profesionales de América latina, España y Estados Unidos para una semana intensa de debates, talleres y conferencias que no busca dar respuestas definitivas, sino dar una idea de la enormidad de la tarea y de los múltiples matices que encierra el concepto.

Organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia mexicano (una institución con 72 años de recorrido), con el aporte de entes como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el De-sarrollo, la Agencia de Noticias del Estado mexicano (Notimex) y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez, el encuentro que se desarrolla en el mismísimo corazón de la cultura maya tiene el sabor de esos intercambios que enriquecen a organizadores e invitados. No sólo por el programa formal de actividades (sintetizado en el lema “Retos para informar y preservar”), sino por la vida misma que anima a esta clase de encuentros: baste imaginar a medio centenar de periodistas pululando por los salones, intercambiando experiencias, pareceres y visiones sobre las realidades de cada país, para dar una idea de todo lo que se cuece en el calor chiapaneco.

La inauguración del seminario, ayer al mediodía, estuvo a la altura de la expectativa. La mesa de bienvenida estaba poblada por autoridades del estado de Chiapas (Gabriel Robles Ballinas, secretario de Turismo y representante del gobernador Juan Sabines Guerrero) y de Palenque (Carlos Morelos Rodríguez, presidente municipal), el viceministro de Patrimonio Cultural guatemalteco, Juan Carlos Pérez Calderón; el embajador español Manuel Alabart Fernández-Cavada; el director general de Notimex, Sergio Uzeta; Alfonso de Maria y Campos (director general del INAH), Ana Paula Blanco (directora de comunicación de Google Latinoamérica, que dará talleres sobre herramientas de investigación en la red) y Jaime Abello Banfi, director general de la FNPI. Buenos deseos, declaraciones de principios, palabras cálidas de bienvenida, lo usual en estos casos, que sirvieron sin embargo como buen prólogo, sin envaramientos innecesarios, para la conferencia inaugural, 40 minutos sencillamente deliciosos a cargo de Germán Augusto Rey Beltrán, acerca de “Comunicación, patrimonio cultural y desarrollo”.

Casi que no podía ser de otra manera: integrante de la junta directiva de la FNPI, miembro del Consejo Rector del Premio Nuevo Periodismo, actualmente a cargo de la maestría de Creación Multimedial en la Universidad de los Andes en Bogotá, Rey Beltrán fue el orador más adecuado para enlazar pasado, presente y futuro, quitarle a la cuestión del patrimonio cualquier aura de solemnidad o de excesivo peso académico. “La memoria no es algo que esté únicamente a nuestra espalda, sino que está frente a nuestros ojos”, sostuvo el hombre que, poco antes, había señalado que “no hay reposo para el pensamiento”. En un discurso brillante, el barbado orador pudo citar las Elegías de Duino, de Rainer Maria Rilke (“Todo ángel es terrible, pájaros letales del alma”), y a Walter Benjamin y su descripción de cómo “nos hemos hecho pobres, hemos ido entregando una porción tras otra de la herencia de la humanidad, con frecuencia teniendo que dejarla en la casa de empeño por cien veces menos de su valor, para que nos adelanten la pequeña moneda de ‘lo actual’”; sostuvo y supo fundamentar la teoría de que “el desarrollo no es sólo crecimiento económico”, al señalar que “hemos empezado a andar la teoría del desarrollo como algo que tiene que ver con la democracia, con la libertad del individuo, con la preservación del medio ambiente, con las libertades culturales”. Y señaló la importancia de “las decisiones que toma la sociedad sobre qué proteger:venimos a hablar de esas decisiones sociales que son de capital importancia”.

No todo fue una búsqueda analítica salpicada de altas citas: desde que al inicio admitiera la dificultad de tratar con “temas mutantes”, de cambio permanente, Rey Beltrán puso en palabras un espíritu que dio pie también al jugoso relato del resultado de un análisis que había llevado a cabo sobre las publicaciones de diarios de toda Latinoamérica y España en relación con temas de patrimonio cultural, disparador de más de una carcajada en el Salón Floresta. Internándose con gracia en terrenos aparentemente áridos de la cultura y la conservación del patrimonio, el académico fue cerrando un círculo en el cual la cita a las palabras de la antropóloga Margaret Mead en Cultura y Compromiso proporcionaron el moño perfecto: “Nuestro pensamiento nos ata todavía al pasado, al mundo tal como existía en la época de nuestra infancia y juventud. Nacidos y criados antes de la revolución electrónica, la mayoría de nosotros no entiende lo que significa, los jóvenes de la nueva generación en cambio se asemejan a los miembros de la primera generación nacida en un país nuevo. Debemos aprender con los jóvenes la forma de dar los primeros pasos, pero para proceder así debemos reubicar el futuro. A juicio de los occidentales el futuro está delante de nosotros; a juicio de muchos pueblos de Oceanía, el futuro reside detrás de nosotros. Para construir una cultura en la que el pasado sea útil, debemos ubicar el futuro entre nosotros, como algo que está aquí listo para que lo protejamos antes de que nazca. De lo contrario, será demasiado tarde”.

Encuentros jugosos

La conferencia magistral de Germán Rey abrió un programa en el que también hubo ponencias de Alfonso Muñoz (subdirector general del Instituto de Patrimonio Cultural de España), Alfonso de Maria y Campos (director general INAH), el panel “El periodismo como documento histórico y la Historia como fuente del periodismo actual” y las mesas de trabajo “El patrimonio cultural ante los retos de conservar y difundir” y “Obstáculos y retos en la difusión del patrimonio cultural”, además de un taller especial de Google sobre “Herramientas de búsqueda e investigación en la red”. Para hoy se espera un encuentro jugoso en “El ejercicio del periodismo frente al patrimonio cultural”, donde participan el puertorriqueño Héctor Feliciano, el mexicano Ariel González y los españoles Rafael Fraguas y Soledad Semprún. Sergio Uzeta (Notimex), el mismo Fraguas (de El País), Ana Paula Blanco (Google) y Jaime Abello, director de la FNPI, analizarán a su turno “El periodismo cultural en los nuevos formatos y plataformas tecnológicas”. El jueves, en tanto, el cronista de Página/12 hará acto de presencia (junto al mexicano Juan Jacinto Silva y con moderación del catalán David Roselló) en una mesa que parece hecha a medida de este diario: “Cultura y espectáculos, la delgada línea que une o separa las secciones en los medios”.

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