Un montón de nombres baila la danza previa de la 38ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que será inaugurada el próximo 19 de abril por un escritor/a argentino/a, bajo el lema “Un futuro con libros”. Unos pocos ya dieron el “sí, quiero”; el resto –prudencia obliga– está en eso. La coreografía de apertura, luego de la polémica que generó la participación de Mario Vargas Llosa el año pasado, recupera el tradicional jueves como puntapié de las frenéticas actividades que se desplegarán hasta el 7 de mayo. En sintonía mundial con el bicentenario del nacimiento de Charles Dickens, habrá homenajes al autor de Oliver Twist. Y también a David Viñas, a un año de su muerte. Entre los invitados están confirmados Eduardo Galeano –que hace unos cuantos años que no se presentaba en el predio de La Rural– y el francés Daniel Pennac, el autor de Como una novela.

Dos novedades significativas dejarán marcas en el pulso de esta edición: el Premio del Lector, que está movilizando a los libreros del país, quienes elegirán sus veinte libros preferidos de autores argentinos publicados durante el 2011; listado que posteriormente será sometido al escrutinio de los lectores de a pie. Y el Primer Diálogo de Escritores Latinoamericanos, una serie de conferencias en las que narradores del continente debatirán sobre un problema que le quita el sueño a unos cuantos: la escasa circulación de libros de ficción entre países cercanos que comparten la misma lengua y un horizonte cultural semejante o familiar.

Gabriela Adamo, directora ejecutiva de la Fundación El Libro, entidad organizadora de la Feria, subraya que la 38ª edición la vuelve a inaugurar un escritor argentino. “Como fue un tema tan sensible, quiero que estén todos de acuerdo y no meter la pata. Hay que esperar unas semanitas para conocer quién será el escritor o escritora”, aclara Adamo a Página/12. “Si la lectura es un acto de nutrición, es natural que no se devuelva el alimento que se come”, dijo Pennac en una entrevista con este diario, en mayo de 2005. Una de las primeras invitadas para las jornadas profesionales, que se realizan en los días previos a la apertura al público de la Feria, es la librera francesa Karine Henry, dueña de Comme un romance, título original de uno de los libros del narrador y profesor francés, padrino de la librería. Entusiasmada con regresar a Buenos Aires –a fin del año pasado participó en La Noche de las Librerías–, Henry se encargó de gestionar la invitación a Pennac. “Hay un montón de nombres en danza; pero como todo el proceso de invitación está mediado por las embajadas y las editoriales, la confirmación final es lenta”, explica Adamo.

El Premio del Lector marcha sobre rieles. Los libreros de Ushuaia a La Quiaca están seleccionando sus veinte libros preferidos de autores argentinos, publicados el año pasado. La vastedad del universo en cuestión hace que el recorte sea peliagudo. Un jurado integrado por Marcelo Bernstein (de librería Paidós), Exequiel Leder Kremer (Hernández) y Jorge González (Yenny) cruzará los datos y comunicará hacia fines de febrero, más o menos en coincidencia con el feriado de Carnaval, el listado definitivo, para que los lectores puedan leer esos libros y dictaminar cuál es el mejor título del 2011. “La intención es que se pueda comenzar a votar los primeros días de marzo, a través del sitio web www.el-libro.org.ar, pero también durante los primeros días, en el predio. El premio se entregará la última semana de la Feria”, anticipa Adamo. Otra de las novedades de esta edición es la implementación del Centro del Lector, un espacio donde los visitantes encontrarán información sobre los libros que están buscando, una suerte de brújula indispensable en medio de la abrumadora cantidad de títulos que se exhiben en los stands de los expositores.

La 38ª edición tendrá una impronta más latinoamericana de la mano del Primer Diálogo de Escritores Latinoamericanos, que garantizará la presencia de un puñado de autores de distintos países de América latina. “Vamos a retomar lo que empezó en la Feria del libro de Santiago (Chile) –confirma Adamo–, para que nos leamos más entre nosotros. En una reunión que tuvimos los directores de Ferias, la primera que se hizo el año pasado, conversamos sobre la difícil circulación de los libros en el continente. Y una de las opciones que surgió fue poner nuestras ferias al servicio de esta circulación; que sea el momento de mirar todo lo que se está publicando en los países latinoamericanos.” La prueba piloto se hizo en Chile, en noviembre pasado, donde estuvieron Tryno Maldonado (México), Rodrigo Hasbún (Bolivia), Jacinta Escudos (El Salvador), Andrés Burgos (Colombia) y Oliverio Coelho (Argentina), entre otros. El deseo es que este encuentro sea adoptado por todas las Ferias del Libro latinoamericanas, para construir un foro permanente que difunda las letras del continente. El formato de este Primer Diálogo, según revela Adamo, incluirá varias mesas redondas y actividades profesionales que apuntarán a “conocernos y enriquecernos más”. La danza de nombres y propuestas continuará...