“Su vida y obra merecen ser contadas; es una leyenda viviente”, resume el joven periodista Julio Ferrer, a un paso de concretar la presentación de la esperada reedición de Osvaldo Bayer íntimo. Conversaciones con el eterno libertario, esta tarde a las 19 en el Hotel Bauen (Callao 360), con la presencia de su protagonista principal y el agregado vital de novedades que tornan a esta segunda edición más completa, desarrollada y pormenorizada que su predecesora. “Agregué notas al pie, corregí algunas preguntas muy extensas y desa-rrollé visiones de Bayer sobre Evita y la ‘pata izquierda’ del peronismo, por ejemplo –informa el autor–. El lector, además, podrá encontrar a Bayer hablando sobre el primer intento fallido de la revista Crisis, mítica publicación de Federico Vogelius que dirigió en su primera etapa el escritor uruguayo Eduardo Galeano. O cómo su primer libro Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia, se convirtió en un best-seller gracias a un comentario de Julio Cortázar. O algunas impresiones sobre Néstor Kirchner y de Cristina Fernández, temas ausentes en la anterior edición.”

El libro, en su confección nodal, nació de sistemáticas visitas del periodista a la casa del escritor, “el tugurio” de Belgrano, dos veces por semana durante más de tres años. Y no sólo implica el resultado de esas largas conversaciones sino también un minucioso trabajo de archivos, artículos y libros de la colección personal de Bayer que le brindaron a Ferrer el marco material preciso para “anclar” en el universo del protagonista. “También pasé días acompañándolo en distintas actividades que hacía en colegios, sindicatos, etc., pero recuerdo con satisfacción ese tiempo de construcción del libro: me iba de lo de Osvaldo casi de noche en el 60 hasta la estación de Constitución y de ahí en tren hasta La Plata, lugar donde vivo, y todo este recorrido lo hacía leyendo parte del material y al mismo tiempo desgravando las entrevistas. Era extraño porque mi cara era de felicidad y contrastaba con la de otros pasajeros, que era de cansancio o tristeza... estaba inmerso en el mundo apasionante del saber”, cuenta.

–¿Podría reparar en tres o cuatro aspectos del Bayer cotidiano?

–La cotidianidad de Osvaldo es común y sencilla como la de cualquier mortal. Hemos compartido mañanas de café con leche y medialunas, mientras leíamos los principales diarios, comentábamos alguna noticia con el acompañamiento de la radio, nos deteníamos en la belleza de la naturaleza de sus plantas, porque en su casa tiene mucho verde que convive con sus libros.

Ferré tiene 36 años. Es periodista, escritor y docente. Colaboró en la revista La Pulseada, que dirigía el cura tercermundista Carlos Cajade y en el periódico de la Asociación de las Madres de Plaza de Mayo. Actualmente escribe en Revista 2016 y Diario Diagonales, y viene de una familia de desaparecidos. Su tío Héctor Hugo Malnati, militante del PCML (Partido Comunista Marxista Leninista) fue detenido-de-saparecido junto a su compañera montonera, Mirta Coutoune, el 24 de noviembre de 1976, y ese hecho marcó a fuego su identidad política. “Sin duda que esa tragedia militar me volcó a la concepción revolucionaria del hombre nuevo. De todas maneras, hoy mi ideología de izquierda no es sectaria, con el tiempo aprendí a incorporar en mi bagaje político la pluralidad de otras corrientes como el peronismo de izquierda, entre otras”, traza sobre sí.

–¿Pero no se hizo anarquista con Bayer?

–(Risas.) No, pero aprendí que esta corriente filosófica de vida es la intensa búsqueda del bien común, con altruismo y humanismo. Analizando la historia, uno puede llegar a la conclusión de que el anarquismo, el socialismo o el comunismo, con sus grandes aciertos y errores, son ideologías que buscan la libertad y la dignidad del ser humano. Prefiero equivocarme dentro de estas corrientes políticas antes que ser un autómata de las derechas más reaccionarias.

–¿Cómo llegó a los libros de Bayer, y cómo llegó a él?

–Por medio de mi viejo, que es un gran lector y me acercó para leer los dos primeros tomos de Los vengadores de la Patagonia trágica. Después llegó la oportunidad de conocerlo personalmente. Ese día lo recuerdo como si fuera hoy. Fue el 24 de septiembre de 2004. Osvaldo vino a la sede del club de mis amores (Estudiantes de La Plata) acompañado por el historiador Felipe Pigna, para brindar juntos una charla sobre Historia Argentina. Tímidamente me acerqué, le di un fuerte abrazo y le comenté de mi proyecto. No esperaba una respuesta inmediata, pero me sorprendió dándome el teléfono de su casa y que lo llamara en 15 días. Así empezó mi increíble historia con el maestro.

–Y le cayó con sesenta preguntas. ¿Cuál fue su reacción?

–Sí, le di el borrador de más de 60 preguntas y me dijo que las iba a ver y que en dos semanas lo volviera a llamar. Cuando volví a hablar con él, me dijo que le habían resultado interesantes. Así que aproveché el veredicto para comenzar con el libro. Las fuentes eran de muchos años de lectura de sus libros. De Severino Di Giovanni, La Patagonia rebelde, su novela Rainer y Minou, sus ensayos y artículos en distintos medios, sus polémicas con Ernesto Sabato, con Mempo Giardinelli, con Alvaro Abós, con Roberto Baschetti, con Rodolfo Terragno. Digamos que la idea que busqué fue una biografía contada en primera persona y al mismo tiempo que analizara los distintos acontecimientos importantes del siglo XX y parte del actual..

–¿Qué aspectos puntuales del pensamiento y la acción de Bayer lo conmovieron más o lo “modificaron”, si se quiere?

–Su ética y su compromiso con las luchas populares que encontraba en sus escritos. Lo que escribe Osvaldo lo sostiene con el cuerpo y la acción. Hasta hoy sigue recorriendo infinidades de lugares en todo el país: escuelas, sindicatos, fábricas recuperadas, villas miseria. Y no importa el clima o la cantidad de personas... él es un convencido de que el compartir el saber es una herramienta de liberación. Y lo hace sin pedir nada a cambio, ni cargos ni dinero, ni nada.

–¿Y cuál fue el resultado, consumado el trabajo? ¿Quién es Bayer para usted, hoy?

–Un socialista libertario, un soñador, un auténtico intelectual del pueblo que todavía cree en la rebeldía y la esperanza de un mundo más justo. También considero que su humildad, su generosidad y su ética son valores fundamentales que demuestran el porqué de su grandeza. Sin duda, la historia lo ha situado como una fuente imprescindible para distintas generaciones de luchadores... Bayer es uno de los últimos exponentes de la antigua raza de periodistas y escritores que buscan la belleza de la palabra y la libertad de los oprimidos.