La lectura de los buenos libros es un eslabón más de una cadena infinita de conversaciones pendientes. La fiesta ineludible del otoño porteño está a punto de empezar a todo trapo. “Libros como puentes” es el lema de la 39a Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que inaugura Vicente Battista hoy a las 18 en La Rural (ver aparte) y que se extenderá hasta el 13 de mayo. Como pocas veces ha sucedido, las expectativas de esta apertura están elevadas al máximo por la conferencia magistral del Premio Nobel de Literatura, el sudafricano J. M. Coetzee, a las 19.30. A punto de cumplir cuatro décadas, la programación incluye más propuestas de intercambios. El debut de Amsterdam como la ciudad invitada de honor es la novedad más esperada. Esta edición ofrece una variedad de visitas internacionales para alquilar balcones: los holandeses Cees Nooteeboom, Herman Koch y Arnon Grunberg; el ruso Vladimir Sorokin; los cubanos Leonardo Padura, Miguel Barnet y Jesús David Curbelo; los españoles Javier Cercas, Rosa Montero, Arturo Pérez Reverte y Manuel Vilas; los franceses Mathias Enard y Jean-Philippe Toussaint; los mexicanos Juan Villoro y Laura Esquivel, la colombiana Laura Restrepo, el salvadoreño Horacio Castellanos Moya, el alemán Raúl Zelik y el italiano Stefanno Benni, entre otros autores.

Por segunda vez se realizará el “Diálogo de Escritores Latinoamericanos” –del 2 al 6 de mayo–, una serie de conversaciones y cruces que buscan poner la lupa en un puñado de narradores latinoamericanos: los chilenos Diego Zúñiga y Nona Fernández; el puertorriqueño Edgardo Rodríguez Juliá y los brasileños Milton Hatoum y Luiz Ruffato, entre otros. “No creo que sea para eternizar esta propuesta –advierte Gabriela Adamo, directora ejecutiva de la Feria, a Página/12–, pero mientras las condiciones de circulación del libro sigan siendo tan complejas entre nuestros países, por las distancias, por los costos, vamos a seguir generando este punto de encuentro. No-sotros podemos estimular a que viajen los escritores, esperemos después que las editoriales se sumen para que también viajen los libros.” El VIII Festival Internacional de Poesía, del 3 al 8 mayo, contará con la participación del palestino Zakaria Mohammed, la holandesa Anne Vegter y el español Juan Carlos Mestre, entre otros poetas. Ya está marchando sobre rieles la segunda edición del Premio del Lector, una distinción que reconocerá al mejor libro de autor argentino publicado en 2012. Un jurado formado por veinte libreros preparó una lista con veinte títulos de ficción entre los que se destacan Bahía Blanca, de Martín Kohan; Cámara Gesell, de Guillermo Saccomanno; La fragilidad de los cuerpos, de Sergio Olguín; Entre los indios, de César Aira; El viento que arrasa, de Selva Almada, y Borgestein, de Sergio Bizzio, entre otros. Se podrá votar por Internet o en La Rural hasta el 7 de mayo.

“Estamos muy contentos –subraya Adamo–. Hemos trabajado mucho y hay un montón de joyitas que harán resplandecer esta edición de una manera nueva, empezando por el stand de Amsterdam, algo muy distinto, muy llamativo desde lo arquitectónico. La presencia de algunos escritores como Coetzee, Cercas o Sorokin va a tener mucha repercusión en el público. La cantidad de actividades es la misma, pero esta vez funcionó muy bien la convocatoria de los autores internacionales. Tiene mucho que ver con la suerte, con la agenda y disponibilidad de cada escritor, y obviamente con el trabajo fino que uno hace todo el tiempo y que nunca se sabe cuándo dará resultados. Quizá estamos varios años intentando invitar al mismo escritor y de pronto coincide que dos o tres te dicen que sí el mismo año.” En el Pabellón Amarillo se despliega el imponente Café Amsterdam, un espacio donde Letterenfonds, la fundación que se dedica a la promoción de la literatura holandesa en el mundo, mostrará una selección de los mejores escritores contemporáneos, que incluye a Jan van Mersbergen, Carolina Trujillo y Maarten Asscher. Además de las muestras conformadas por la edición monumental de las Cartas de Vincent Van Gogh y su hermano Theo, el lector de a pie podrá disfrutar de los mejores libros diseñados en Holanda, ilustraciones infantiles y mucho comic.

Uno de los acontecimientos de esta edición es el stand 1722, que reúne a siete editoriales independientes: Adriana Hidalgo, Beatriz Viterbo, Caja Negra, Entropía, Eterna Cadencia, Katz y Mardulce (ver recuadro). Lo “alternativo” ahora es un anillo que rodea la Feria, dentro de La Rural. “Zona Futuro: un radar de nuevas tendencias literarias” continúa por segundo año consecutivo afianzando una plataforma de difusión de fenómenos literarios emergentes, que comprende desde mundiales de poesía hasta festivales de videojuegos y lectura, pasando por talleres, viajes por la historia del hip hop, conferencias y fiestas. Iván Moiseeff, uno de los coordinadores de este espacio junto con Esteban Castromán y Valeria Iglesias, destaca que “Zona Futuro” refleja también el crecimiento del campo alternativo de la edición. ¿Se perdió ese prejuicio, esa negativa de los jóvenes escritores que establecía que “a la feria no vamos”? “Sí, totalmente”, responde Moiseeff. “Para nosotros es importante que haya un espacio de centralidad hacia lo que viene.”

La cifra no debería asombrar; hay más de 400 editoriales autogestionadas en Argentina, pequeños sellos de cuyos catálogos surgió buena parte de la actual generación de escritores. Y que, además, trajeron nuevas formas de editar, distribuir y hacer circular la literatura. “Hay una estética del editor entre generaciones más chicas –estoy hablando de gente de veinte años– que ven con alegría, entusiasmo y un espíritu un poco rockero la idea de editar. Nosotros arrancamos con otro paradigma cuando pensábamos en editores; no era algo tan rockero –repasa Moiseeff los cambios en la última década–. La idea es pensar este boom y qué hacer con esta energía.” El otro eje de la agenda de “Zona Futuro” es “el cruce con universos que tienen un gran campo de lectores jóvenes, pero que la literatura los mira de reojo, como si no formaran parte de lo literario”. Esos sectores son, por ejemplo, los videojuegos, el manga, el animé, el hip hop. “Escribir en rima parece el recurso de un escritor del siglo XIX. Sin embargo, hay un movimiento poético global fuertísimo que es el rap y la literatura no siente que tenga que dialogar con él. Y ahí hay lectores y gente genuinamente interesada. Queremos generar puentes con todas las culturas que hoy por hoy, desde lo estrictamente literario, no piensan que puedan formar parte de esta misma comunidad.”

Organismo complejo, con varias pieles y sensibilidades, la feria es una fiesta diversa y singular que aspira a ser cada vez más inclusiva.