La contagiosa peste de la “patria grande” ha sido sistemáticamente boicoteada por los presuntos “civilizados” que han contribuido a la balcanización de los países americanos. “La historia es un lugar privilegiado de la batalla cultural”, subraya Mario “Pacho” O’Donnell, presidente del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, en vísperas del Primer Congreso Iberoamericano de Revisionismo Histórico que empieza hoy en el hotel Savoy y concluirá el próximo sábado. Hay quince especialistas de todo el continente invitados: Pedro Godoy y Gustavo Ruz (Chile), Gilberto Vasconcelos y Nelson Rolin (Brasil), Ibrahim Idalgo Paz (Cuba), Sergio Rodríguez Gelfenstein, Rongny Sotillo y Carola Chávez (Venezuela), Raúl Wiener (Perú), Ramiro Podetti, Luis Vignolo y Alberto Umpierrez (Uruguay) y José Steinsleger (México), entre otros. También estarán presentes historiadores argentinos como Hugo Chumbita, Eduardo Anguita, Roberto Caballero, Julio Fernández Baraibar, Hernán Brienza, Sergio Wischñevsky, Ana Jaramillo, Víctor Ramos y el senador nacional Aníbal Fernández. “El revisionismo actual debe dejar de citar obsesivamente a sus antepasados para internarse en las ideas más modernas. Traducir el revisionismo a los desarrollos conceptuales actuales. Hablar de Zygmunt Bauman y de Gianni Vattimo y entender lo que pasa en nuestro país y en América no sólo desde nuestros gloriosos antecesores”, plantea O’Donnell.

“La historia liberal que se escribió al final de las guerras civiles y que ha sido el pensamiento único desde Pavón hasta hoy, o sea la versión que ha escrito los programas escolares, los programas universitarios, que ha bautizado calles, avenidas y parques, que ha decidido qué próceres deben ser honrados y cuáles deben ser ocultados, tiene un esquema de historización que fragmenta los países americanos –explica el presidente del Instituto Manuel Dorrego a Página/12–. En la escuela aprendemos mucho más acerca de la historia de España o Francia que sobre cómo se independizó México o Brasil, porque coincide con ese criterio vencedor de que luego vendría la organización nacional, sobre la base de civilización o barbarie, en la que civilización era Europa y los de acá que querían ser europeos. En cambio, barbarie era lo nuestro, los sectores populares, las tradiciones criollas, los caudillos federales, el federalismo, los gauchos, los mulatos, los pueblos originarios; todo eso más específicamente nuestro era la barbarie. La historia oficial se ha ocupado de reproducir la balcanización de los países americanos. En la historia contada desde los sectores populares, nacionales y federales se impone una visión iberoamericana que recupera la idea de la patria grande, que está en Manuel Ugarte, en Jorge Abelardo Ramos y en otros.”

La primera jornada del Congreso Iberoamericano de Revisionismo Histórico promete interrogar una y otra vez tópicos cuyas interpretaciones son campos fértiles de disputas. Entre las mesas se destacan La América Precolombina y la Colonización, en la que disertarán Pedro Godoy (Chile), Mauro Aguirre, Sergio Wischñevsky y Hernán Brienza; De las guerras de la Independencia a la fragmentación del continente, con Gilberto Vasconcelos (Brasil), Horacio Ghilini, Ibrahim Idalgo Paz (Cuba) y Sergio Rodríguez Gelfenstein (Venezuela); Las Revoluciones Nacionales y Sociales en América Latina, cuyos panelistas serán Raúl Wiener (Perú), Roberto Roitman, Ramiro Podetti (Uruguay) y Julio Fernández Baraibar; Proteccionismo y Celac o Libre Comercio y ALCA, con la participación de Rafael Follonier, Aníbal Fernández, Fernando Del Corro y Eduardo Anguita; la conferencia Contribución allendista al proyecto emancipador del siglo XXI, a cargo de Gustavo Ruz (Chile); América Latina desde el Caribe, con Rongny Sotillo (Venezuela), Ibrahim Idalgo Paz (Cuba), José Steinsleger (México) y Carola Chávez (Venezuela); la conferencia Vivian Trías y el revisionismo histórico rioplatense, que ofrecerá Luis Vignolo (Uruguay); y Los desafíos del movimiento estudiantil en América latina, con estudiantes de universidades argentinas y de diversos países de la región. Durante la segunda jornada se sucederán diversos debates: Hacia una visión continental de nuestra historia, con Alberto Umpierrez (Uruguay), Carola Chávez (Venezuela), José Steinsleger (México) y Pablo Adrián Vázquez; La Nación de Repúblicas Latinoamericanas, en la que intervendrán Pedro Pesatti, Salvador Cabral, Ana Jaramillo y Sergio Rodríguez Gelfenstein (Venezuela); Bolívar y San Martín: coincidencias y diferencias, a cargo de Hugo Chumbita, Roberto Caballero, Rongny Sotillo (Venezuela) y Martín Güemes; Mercosur: su proyección histórica, con Nelson Rolin (Brasil), Marcelo Gullo (Venezuela), Gilberto Vasconcelos (Brasil), Pedro Godoy (Chile); y, finalmente, la presentación de la Biblioteca Federal Virtual.

“Hemos invitado a historiadores que están en la línea del revisionismo en sus respectivos países, en mayor o menor medida –cuenta O’Donnell–. Queremos escucharlos y hacer lo que nunca se hizo: trabajar sobre una historia común iberoamericana. Todos venimos de la colonización española y portuguesa, en el caso de Brasil. Hemos vivido el saqueo de Gran Bretaña y después de Estados Unidos. Tenemos aspectos de una gran unidad que hay que ponerla en juego porque consideramos que la historia es un lugar privilegiado de la batalla cultural. Este congreso es un encuentro de un sentido extraordinario, que seguramente tiene mucho atraso porque recién ahora, por lo menos en la Argentina, el revisionismo ha podido salir a la superficie, a pesar de todos los golpes y ataques que hemos recibido. Conocemos muy bien la oposición fanática que la historia liberal, conservadora, antipopular, siempre ejerció sobre la versión popular, nacional y federalista de la historia. Quizá fue más allá de lo imaginado, porque algunos decidieron que el instituto era una creación del Gobierno, entonces atacándonos a nosotros, que éramos un flanco bastante débil, atacaban al Gobierno. Fue un acto de militancia opositora atacar al instituto. El principal efecto de estos ataques ha sido la enorme difusión que tuvo el Dorrego. No hubo forma de no enterarse de que se había creado el instituto. Si no nos hubieran dado bolilla, nos hubiera costado más llegar al nivel elevado de desarrollo que tenemos ahora.”

“El revisionismo busca la descolonización en todos los niveles. Los mecanismos de dominación y sometimiento son distintos. Ya no se trata de la esclavitud, como en épocas de la conquista. Ya no se trata de la ocupación territorial, como intentó Inglaterra con las invasiones inglesas. Ya no se trata sólo de dominar mediante el control económico y financiero. Inclusive se va más allá de la colonización cultural que denunciaban los revisionistas populares de antaño. Ahora los mecanismos de sumisión de los grandes imperios, que no son detectables geográficamente, que son imperios de grandes holdings financieros o de medios de comunicación, se producen a través de lo que llamo ‘el saqueo de la intimidad’ –reflexiona el historiador–. La dominación se ejerce con la manipulación del deseo. Uno desea aquello que desea el colonizador. Dejás de desear tu propio deseo y pasás a desear lo que el sistema necesita que desees. Todo esto dentro de un sistema profundamente enajenante y con una gran dificultad en cuanto a las convicciones, el entendimiento, el razonar. Todo se vuelve muy líquido, como diría Bauman. Es un mecanismo de dominación sumamente sutil y muy difícil de contrarrestar.”

* El Primer Congreso Iberoamericano de Revisionismo Histórico se realizará en el hotel Savoy (Callao 181). La programación completa se puede consultar en www.institutonacionalmanueldorrego.com