“Estamos ante un encuentro muy esperado, por necesario. Somos un país orgulloso de su herencia y su pertenencia a una manera de ser que lo identifica ante el mundo, y en plena y luminosa construcción colectiva, como nunca antes, en este espacio y tiempo político. Estamos ejerciendo nuestro derecho inalienable de pensarnos y mirarnos a nosotros mismos, desde nuestra soberanía. Después de casi doce años de derechos recuperados, estamos en una Argentina que sabe muy bien quién es y quién quiere seguir siendo, para siempre.” Las palabras de la ministra de Cultura, Teresa Parodi, que llegaron tras las de decenas de oradores de las más diversas áreas de la cultura, resonaron anoche en el Teatro Nacional Cervantes, como el broche justo para el clima que se vivió en la presentación de la Ley Federal de las Culturas, una iniciativa que se seguirá debatiendo en los próximos meses en foros regionales, en busca de su presentación formal en el Congreso.

Con un estrado colmado por medio centenar de representantes de las carteras de Cultura de todo el país y una mesa principal ocupada por la ministra Parodi, Julia Narcy y Luis Sanjurjo, integrantes de la Mesa de Organización del Frente de Artistas y Trabajadores de las Culturas –organización impulsora de la iniciativa– y la presidenta del Consejo Federal de Cultura y secretaria de Cultura de San Juan, Zulma Invernizzi, la presentación fue acompañada por artistas, legisladores, representantes de gremios, entidades y diversas organizaciones de todo el país y de todas las artes, que acordaron continuar un debate que dé forma a esta ley que, ya desde su enunciación, subraya su vocación federal y su celebración de la diversidad en la idea de culturas, plural en sus múltiples acepciones.

El borrador que se presentó a debate propone 21 puntos –y la elección del número no es casual: fueron también 21 los puntos que se debatieron para dar forma a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en una previa democrática ejemplar–, entre los que se destaca la designación de al menos el 1 por ciento del presupuesto nacional anual para el área de cultura, tal como aconseja la Unesco, y la representación de todas las provincias “en el gobierno de las Culturas” a través de un Consejo Federal. También se plantea la participación de los colectivos de artistas y de los llamados “trabajadores de las culturas”, mediante un consejo asesor artístico y cultural.

La presidenta de la Asociación Argentina de Actores, Alejandra Darín; el presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, Alejandro Vaccaro; el director del Instituto Nacional de la Música, Diego Boris; el presidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, Daniel Fernández; el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Glenn Postolski; Federico Prado, miembro del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina; los directores del colectivo Teatro Comunitario, Adhemar Bianchi y Ricardo Talento; la bailarina y coreógrafa pampeana Mariela Ruggeri –coordinadora del área de danza del Centro Cultural de la Cooperación–; la directora del Mercado de Artesanías Tradicionales de la República Argentina, Roxana Amarilla, fueron algunos de los que estuvieron presentes y tomaron la palabra, subrayando la importancia de convertir el anteproyecto en ley.

La escritora Laura Devetach, los actores Osvaldo Santoro y Arturo Bonín, los dramaturgos Roberto “Tito” Cossa y Ricardo Halac y el director Hugo Urquijo fueron algunos de los que también estuvieron presentes en el Teatro Cervantes. Se leyeron además adhesiones de múltiples organismos, sindicatos y organizaciones sociales y apoyos como los de Mauricio Kartun, Cristina Banegas, Pompeyo Audivert, Jaime Torres y Norberto Galasso, entre otros.

El proyecto propone una ley “concebida de y para todas las culturas”, “en la que el federalismo sea razón de Estado” “y que consagre el acceso irrestricto a los derechos culturales de los 40 millones de ciudadanos argentinos”. Define por otra parte como sujetos culturales “a todas las personas que habitan en el territorio nacional y en la que los artistas, técnicos-profesionales, hacedores y gestores culturales sean definidos por su condición de trabajadores de las culturas”. Esta última concepción –la de “trabajadores de las culturas”– fue una de las primeras que fue puesta en tensión en los debates que ya comenzaron a delinearse en las intervenciones de los participantes.

“Este llamado tiene un sentido de construcción colectiva. El plural representa laboriosas manos en la tarea, hacia el futuro, sentir que somos parte de un todo que nos pide incluir al otro. Es fundamental pensar en conjunto, en todo el territorio nacional y con todos sus protagonistas, una ley a la medida de nuestras expectativas e ilusiones”, señaló en el cierre la ministra de Cultura de la Nación. “Los invito a trabajar juntos por esta herramienta que nos merecemos y que estuvimos esperando durante tanto tiempo. Este ministerio sale a buscar al otro.” La invitación fue celebrada por el colectivo de artistas e intelectuales que acompañó la presentación.