Mes de cambios fuertes en la revista Fierro, que llegará mañana a los kioscos. Por un lado, la habitual retahíla de series que comienzan y que terminan, que son siempre nuevas, siempre distintas, pero en última instancia es el devenir propio de una antología con las características de la que comandan Juan Sasturain y Lautaro Ortiz. Lo más llamativo del nuevo número, sin embargo, está en la nueva sección y en la reformulación del suplemento Fierrito.

Entre las series, se llevan toda la atención las (abundantes) páginas finales de Angela della Morte, de Salvador Sanz, que de paso ofrece la portada de la revista. Las aventuras de corporaciones espaciales, almas transmigradas y espías concluirán después de varios meses de publicación intensa, casi a razón de 20 páginas por número. Como el propio autor anticipó en diciembre, la conclusión de este arco argumental no sólo significa el fin de las aventuras de la protagonista (al menos por ahora), sino que también habilitará en breve su publicación en formato de libro recopilatorio de ésta y su anterior aventura. Con buena fortuna, confía el dibujante, el libro estará el próximo mes en la calle, tal y como anunció la Editorial OvniPress.

Por otro lado, hay series que comienzan: Las grietas del tiempo reúne a Esteban Podetti en los guiones con el enorme Gastón Souto en los dibujos, para una suerte de thriller con enormes reminiscencias de los clásicos de los años ’50 de la historieta norteamericana, esos que no tenían superhéroes, pero sí crímenes, terror y motivos ocultos para sus personajes. Fernando Calvi, quien viene de recopilar uno de sus trabajos previos en Fierro –Altavista–, comenzará otra serie, Lo blanco del ojo. El plantel de series regulares se mantiene, claro, con Argentina potencia y Borges, inspector de aves.

La nueva sección Cadáver exquisito alude por un lado al clásico ejercicio lúdico-creativo de los artistas surrealistas liderados por André Breton e incorpora decididamente la reflexión académica en torno de la historieta a las páginas de la revista. La sección estará coordinada por Laura Vázquez Hutnik, quien ya supo integrar el plantel de la publicación tanto como guionista (junto a los trazos de Alejandra Lunik) como en su rol de crítica, cuando escribía la página “Ojo al cuadrito”. En Cadáver exquisito, dos críticos y analistas de la historieta abordarán un tema por edición, según informa Juan Sasturain en las “Contraindicaciones” que ofician de editorial. El director de Fierro se refiere al nuevo espacio como “un insert crítico que nos ofrecerá con cada entrega una lectura a dos voces de diferentes aspectos de esto que, aunque usted no lo crea o pregone, es un arte”.

Finalmente, la otra gran novedad de este número de abril es la reformulación del suplemento Fierrito, que hasta el momento era una suerte de rincón dedicado al humor gráfico bajo la (¿sub?) dirección de Diego Parés y que ahora cambiará sutilmente. Por un lado, los contenidos del espacio serán fruto de un trabajo planificado en equipo. “Pensamos que el Fierrito podía tener una lógica interna, como una revista dentro de una revista”, explica Parés. “Nos pareció que podíamos corrernos un poco de la historieta de humor e ir hacia una revista de humor.”

En las palabras del dibujante se advierte otro cambio de la sección: habrá más texto (cosa que parece ser la línea de los cambios de este número). “Para eso le pedimos colaboración a Mantrul que, a diferencia de los demás, hace algo con un fuerte acento en lo escrito”, ahonda Parés. “Es que, por las características de quienes lo hacemos, en Fierrito suele primar lo gráfico por sobre lo escrito, así que su aporte fue fundamental para poner los dibujos al servicio de las ideas.”

El staff completo de este Fierrito lo componen el propio Parés, Gastón Souto, el Polaco Scalerandi, David Paleo, Juan Panno, Iván Riskin, Juani Navarro, Chekiu Paoloni, Diego Segovia, el mentado Mantrul y Mr. Kern. El tándem –casi simbiótico– Scalerandi/Souto destaca también la incorporación de Mantrul y asegura(n) que “enriqueció muchísimo” el resultado. La dinámica de trabajo se desarrolló en distintas reuniones “para reorganizar de manera más dinámica y coherente todo el suplemento” y que eso permitió generar “orgánicamente y sin tanto ego”, comentan los dibujantes, mientras su coordinador asegura que los muchachos trabajaron “con total entrega y generosidad”. Además, Parés señaló que en esta época digitalizada, el trabajo del dibujante es más insular que nunca, y que este cambio de método supuso “un ejercicio de apertura mental y de generosidad, con el consiguiente desgaste debido a la falta de costumbre en esta forma de trabajar”.

Por si todo ello no bastara, esta ocasión Fierrito tendrá un tema: “Lluvia de Papas”. Sus páginas estarán recorridas por un montón de líderes vaticanos. Y si hacen o no el chiste de “Pancho con lluvia de papas”, lector, deberá descubrirlo leyéndolo.