HISTORIETA › INSTITUTO NACIONAL DE LAS ARTES GRAFICAS
› Por Andrés Valenzuela
“¿Estuvieron hasta las 3 de la mañana?” “¿Y qué te parece? Dos años y medio trabajando para lograr esto.” Gustavo Mazali está agotado, pero eufórico. El ilustrador, una de las figuras visibles del colectivo Dibujantes Trabajando, estuvo en la madrugada del jueves cuando la Cámara de Diputados dio media sanción a la creación del Instituto Nacional de las Artes Gráficas, que aspira a proteger, conservar y promover el trabajo de dibujantes, ilustradores, humoristas gráficos y artistas tipográficos. El proyecto de ley tuvo el voto positivo unánime de los 194 diputados nacionales presentes.
La diputada María del Carmen Bianchi (FpV), quien impulsó el proyecto junto al colectivo organizado de dibujantes, consideró “un acto de justicia” el avance del INAG en el trámite parlamentario, que ahora deberá esperar su tratamiento en el Senado. Sin embargo, lo más probable es que su debate se postergue hasta 2015. Por eso Dibujantes Trabajando ya tiene armado un cuadernillo que ofrecerá a los legisladores para informarlos sobre la situación del sector y la importancia del proyecto.
Bianchi señaló a Página/12 que “hay una serie de disciplinas históricamente relegadas de la mirada de la ‘cultura’ y de la organización institucional” y consideró que la creación del instituto supondría una reparación y reconocimiento del papel de las artes gráficas en el bagaje cultural del país. “Los dibujantes tienen una invisibilización muy irónica, que muchas veces sucede a través de la relevancia de sus personajes, que el lector conoce, pero que hacen olvidar que detrás de ellos hay un artista y, sobre todo, un trabajador”, analizó. En este sentido, destacó las figuras de Quino, Isol y Horacio Altuna, entre otros de reconocimiento internacional.
“Nos costó empezar el camino de las comisiones, que fuera incorporado al trabajo, pero una vez que lo logró, el respaldo fue unánime ”, recordó sobre el recorrido de la ley por las distintas oficinas parlamentarias y reconoció el apoyo de los legisladores de distintos bloques. “Me impresionó un poco la recepción que tuvieron los diputados y diputadas a quienes acudimos, algo que tiene que ver con su propia experiencia como lector de historietas y caricaturas: a cada uno le despertaba algún eco.” Mazali confirmó la experiencia a Página/12: “Nos pasó con muchos diputados que, por ejemplo, habían leído y recordaban a Lito Fernández, un dibujante que apoyó todo el proceso de creación de la ley”. Con el mismo recurso, los dibujantes apuestan a “sensibilizar” ahora a los senadores para que hagan también suya esa causa. “Ahora toca buscarle senadores adoptantes, para que tomen el tema”, explicó Bianchi.
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