El Teatro El Mandril (Humberto Primo 2758) recibirá a todos los fans de los fanzines.

“Creemos que va a estar prácticamente todo el under.” La declaración surge de los organizadores de Dibujados, el encuentro de publicaciones independientes de historieta más importante del sector, que domingo y lunes (feriado) celebrará la segunda edición del año y la octava del total, con record de stands: 90 proyectos de fanzines y autoediciones que suman en conjunto centenares de títulos publicados. La cita será también en un lugar más grande que en ocasiones anteriores. El Teatro El Mandril (Humberto Primo 2758) recibirá desde las 15 de ambos días a los autores emergentes de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y otras ciudades. “Por primera vez tuvo que quedar gente afuera”, confiesa Bruno, uno de los fundadores del encuentro junto a Lubrio y El Gory. A sus fuerzas se sumaron ahora los brazos de Epileptic Fred, Scuzzo y Daniela Pendeja, otros fervientes militantes del under comiquero. Es, además, el último hito de un calendario 2014 pródigo en actividades dedicadas a la historieta.

“Nos dimos cuenta de que quedaban un montón de cosas por hacerse y que con nosotros tres no alcanzaba –señala Lubrio–. Igual ya en ocasiones anteriores los chicos participaban desinteresadamente dándonos una mano con la logística, la entrada, el buffet, así que nos pareció totalmente meritorio que estén.” Entre esas cosas “por hacerse” se destaca El libro oscuro, prohibido y aterrador de Dibujados, la primera publicación oficial del equipo, una suerte de bestiario terrorífico con exponentes del under y consagrados.

Las tres incorporaciones son reconocidas en el circuito subterráneo de la historieta local. Fred y Daniela, por caso, son las caras visibles de la revista Panxarama y el proyecto imprentero Panxa Imprime, por el que pasan la mayoría de las publicaciones del under. Los trabajos de Scuzzo rebotan en todos lados, incluso sus chistes: el cartelito del código del PRO para el smartphone para gente en situación de calle es suyo, aunque mucha gente lo crea auténtico.

Con sus incorporaciones se afianza el perfil autogestivo de Dibujados, tanto en la organización como en los productores que atrae. “Sacando alguna excepción, cada puestero genera lo que vende, cada cosa es producto de su cabeza y de su mano”, explica Scuzzo. Para esta edición, además, los organizadores esperan un montón de publicaciones nuevas, de pibes que se “presentan en sociedad” con sus primeros trabajos. Aunque siempre hay caras nuevas, esta ocasión habrá una cantidad excepcional, anticipa Daniela.

Este crecimiento es fruto de la visibilidad creciente de Dibujados, pero también consecuencia de la posibilidad que ofrece a los interesados, consideran los organizadores. “Más allá del under, viene mucha gente consagrada a la que te podés acercar para pedir consejos, que te pueden motivar, que ves que muchos estamos viviendo de esto”, considera Bruno. Lubrio acota que muchos chicos salen “recontra cebados” y ambos entienden que muchos de los nuevos puesteros supieron antes ser público de Dibujados, de ese que caía con los alimentos no perecederos o útiles escolares que el encuentro pide para donar a una escuela chaqueña.

“Cuando arrancamos con esto pensamos ‘un lugar donde los fanzineros no estén al lado del baño, sino en el centro’, que el evento fuese de ellos”, recuerda Lubrio. Bruno coincide y ve allí el germen del éxito de Dibujados. “Creo que el under necesitaba un lugar en el que se sienta identificado. Conseguimos mantener esa especie de horizontalidad, generar una convocatoria que a la gente le sirve y los motiva.”

Dibujados también ofrece talleres de autoedición, encuadernación y técnicas para publicar el propio material, algo que con el correr de las ediciones también ayudó a que hubiera más creadores sentados tras las mesas. “Parte de ese crecimiento también tiene que ver con lo que hacen ellos –Scuzzo señala a los chicos de Panxa–, que ofrecen impresiones accesibles a pibes con poco presupuesto y que hacen tiradas chicas.” El salto tecnológico y la impresión digital de calidad facilitaron la autoedición. Bruno recuerda cómo 15 años antes, en los encuentros de la Asociación de Historieta Independiente, un fanzinero difícilmente podía salir de la fotocopia en blanco y negro o, como un lujo, la tapa color. “Ahora en cualquier lado te hacen laminados, papel transparente, y los pibes se exprimen la cabeza para ver qué pueden hacer.”

Del mismo modo que la Feria del Libro, Crack Bang Boom o Comicópolis marcan el pulso de las editoriales establecidas (independientes o no), las dos ediciones por año de Dibujados ponen el ritmo al universo del fanzine. “No-sotros, que venimos de otra editorial –se incluyen Daniela y Fred–, podemos decir que es un espacio que nos arma el calendario a muchos, siempre terminamos planificando qué traer a la siguiente.” Además, reconocen, como se acerca un público específico, las ventas de este tipo de publicaciones son más altas aquí que en otros eventos, incluso los más convocantes. No es raro que algunos proyectos pequeños, pero particularmente originales, agoten sus existencias en algunas horas de la primera jornada. En la mesa todos recuerdan el caso de Verónica García, una chica que llegó a su primer Dibujados con una caja de fanzines cosidos y con la tapa calada a mano, y que pocas horas más tarde lo había agotado.

Aprovechando el cambio de locación, esta vuelta, Dibujados tendrá otra vez un número musical, esta vez a cargo de la banda de punk Agente Feldon. Y complementará la oferta de stands, talleres, charlas y presentaciones con la muestra fotográfica La historieta oculta, que sigue el espíritu del encuentro. “Son fotos de gente dibujando, artistas en sus espacios de trabajo: apostamos a eso, a mostrar al que labura atrás de las historietas.”