Sábado, 3 de octubre de 2015 | Hoy
HISTORIETA › SE ENTREGARON LOS PREMIOS BANDA DIBUJADA
La cuarta edición de los galardones tuvo su centro en el premio a la trayectoria para Quique Alcatena y la distinción especial para Quino. Además, fueron reconocidos doce títulos publicados durante 2014, de y sobre historietas.
Por Andrés Valenzuela
“Parafraseando a Liniers, que dice que cuando leemos Mafalda nos volvemos mejores personas, creo que después de leer a Quique Alcatena nos volvemos más soñadores, más imaginativos.” Así, el guionista Luciano Saracino –devenido maestro de ceremonias– sintetizaba los dos puntos más altos de la cuarta edición de los Premios Banda Dibujada. Durante la ceremonia realizada el jueves por la noche se reconoció la trayectoria de Alcatena y se le otorgó una distinción especial a Quino. Además, fueron galardonados doce títulos publicados durante 2014, de y sobre historietas. En este punto, el gran ganador resultó el mendocino Chanti, quien con el séptimo volumen de su serie Mayor y menor se llevó el diploma a la “Mejor historieta de ficción para niños de autor nacional”, la categoría más cara a los principios de Banda Dibujada, orientado a promover la lectura y edición para los más pequeños.
La ceremonia se realizó en la sede central de la Alianza Francesa. Fue un acto algo más extenso que de costumbre, un poco por la sorpresa de la presencia de Quino –que no había sido anunciada públicamente– y otro poco por la inclusión de algunos detalles nuevos, como el set musical a cargo de un historietista. En esta ocasión, Max Aguirre se sumó con guitarra y voz a Abeto y Claudia Soto. Además, se aplaudió la creación del Instituto Nacional de Artes Gráficas (BD integra el colectivo Dibujante Trabajando, que impulsó la ley que lo sancionó). y se recordaron las figuras del dibujante Oswal (Sonoman) y del guionista, poeta y editor Diego Cortés, ambos fallecidos en lo que va de 2015.
“No sabía que estaba incorporado a este homenaje, me emociona mucho y me pone muy contento ver que la historieta sigue aportando cosas lindas”, expresó Quino cuando le dieron su premio. El humorista gráfico se había acercado para saludar la distinción especial del catálogo de la muestra Mafalda en su sopa, del Archivo Nacional de Historieta y Humor Gráfico de la Biblioteca Nacional, y se encontró con una estatuilla. “Quiero agradecerles a todos ustedes que tanto trabajan para esta cosa, que así dicho parece un poco despectivo, pero no lo es, porque es una gran cosa”, comentó.
Alcatena, en tanto, fue distinguido “por su contribución a la formación lectora de chicos y grandes, por su obra para público infantil, juvenil y adulto”, además de por su labor en el gremio, como parte de los colectivos Hacha, en cargos de la Asociación de Dibujantes de la Argentina y como parte del colectivo Dibujantes Trabajando. En su honor se proyectaron extractos del documental que le dedicó el cineasta Diego Arandojo. Además, mantuvo una entrevista en el escenario con Saracino y respondió preguntas del público, que fueron desde su paso por los superhéroes cómo Batman hasta su rutina de trabajo. Alcatena habló de su devoción por los Beatles, recordó cuando joven y con pelo largo tocó la guitarra durante horas junto a un cantante iraní y recibió el cariño de sus colegas, con quien siempre se muestra generoso. Además, el dibujante celebró el presente del sector. “Si nos acordamos de épocas realmente malas, cuando desaparecían las revistas y nadie sabía dónde íbamos a parar, la cosa se fue recomponiendo hasta llegar a esto, algo impensable en 1996, que fue un año crítico para todos”, comparó.
Es justamente ese buen pasar editorial, la ebullición de actividad lo que motiva los Premios Banda Dibujada. En esta ocasión fueron distinguidos doce títulos. En la categoría Libro de Historieta para Niños de Autor Extranjero resultó distinguida la Hora de aventuras (varios autores, editada por OvniPress), basada en la popular serie animada. En su similar para lectores jóvenes, el reconocimiento fue para El número, del suizo Thomas Ott (por LocoRabia y 2D Ediciones). El rubro dedicado a las publicaciones teóricas quedó para la revista Entre líneas, dirigida por Oscar Steimberg y Laura Vázquez Hutnik, y publicada por Agua Negra Ediciones y Viñetas Sueltas. También hubo distinciones especiales para el catálogo de la muestra Mafalda en su sopa, y la novedad de Premios Incentivo para Purple Comics, de un colectivo de varios autores jóvenes, y para El hombre cucaracha, de Nahuel Amaya.
A la hora de premiar la producción de autores nacionales, especialmente la dedicada a público juvenil, el jurado ejerció la potestad que le permite el reglamento de los premios para crear nuevas subcategorías, dentro de la más general de Libros de Historieta de Autor Nacional para Público Juvenil. Así se distinguió entre “clásicos”, “adaptaciones”, “sobre hechos históricos”, “humor gráfico” y “nueva historieta”. Que cada rubro de esos albergara no menos de tres títulos como candidatos y que además fuera una selección de muy buen nivel habla a las claras del volumen y calidad de producción del sector durante 2014. Finalmente, los premios fueron –respectivamente– para Dago, el oro del Inca (de Robin Wood y Carlos Gómez, por Comic.ar Ediciones), Misterios de cuarto cerrado (de Rodolfo Santullo y multitud de dibujantes, por Pictus), Tortas fritas de polenta (de Adolfo Bayúgar y Ariel Martinelli, sobre la guerra de Malvinas, editado por La Duendes), Sí, pero no (del chileno Alberto Montt “nacionalizado” para la ocasión por el jurado, publicado por Ediciones de la Flor), y Dios, el hombre, el amor y dos o tres cosas más (de Tute, por Sudamericana) en la distinción a la producción “nueva”. Doce libros. Doce buenos libros que no dejan más que una opción: ponerse a leer.
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