Viernes, 27 de mayo de 2016 | Hoy
HISTORIETA
Si en el libro anterior Wood llevaba a su antihéroe a la búsqueda de Eldorado y se volcaba más lo fantástico, esta vez el guionista paraguayo vuelve a carriles más mundanos. Es cierto que otra vez lo embarca en la búsqueda de una quimera, pero en esta ocasión las peripecias no tienen nada de sobrenaturales ni se permiten lirismos extremos. Los españoles que acompañan al renegado veneciano se cruzan con las enfermedades, la propia ambición y los aborígenes norteamericanos como principales peligros. Por lo demás, los elementos recurrentes de la serie: la ocasional dama predispuesta a los encantos de Dago, algún cruce de espadas y una generosa porción de buen dibujo tradicional.
Hasta el momento, el humorista gráfico chileno era conocido sobre todo por sus chistes de una viñeta (en Dosis diarias) y diversos trabajos como ilustrador y diseñador. La aparición de una “novela gráfica” suponía un desafío notable, del que salió airoso. En principio porque Achiote no constituye una novela gráfica per se, sino que hila una serie de relatos cortos vinculados a distintos momentos de la vida de su autor: el primer amor, reflexiones, recuerdos, temores, amigos de infancia y juventud. Montt narra con un estilo bastante despojado, no se mueve de la línea que ya se le conoce pero sostiene el recorrido con un buen manejo de los tiempos en las secuencias y textos quirúrgicos.
Tras el éxito de la publicación de El número, LocoRabia y 2D vuelven a publicar al suizo Thomas Ott. En esta ocasión se trata de una serie de cuentos gráficos cortos y mudos, ensamblados a la manera de muñecas rusas y con un tinte profundamente perturbador. Ott recurre otra vez al grabado para construir un clima ominoso que deja claro desde el primer momento que la salida, para sus personajes, siempre es con los pies por delante. Aquí una niña con apenas unas monedas en el bolsillo recorre infructuosamente una kermesse a la que siempre le faltan una o dos monedas para acceder a uno de los juegos. Hasta que se encuentra con el “cinema panopticum”, que le permite acceder a las otras historias.
Pocos entienden el humor gráfico contemporáneo como Gustavo Sala. Revulsivo, grotesco, siempre con los tapones de punta, a Sala se lo observa delirar sin dar crédito a lo que se lee. Por eso este libro es tan peculiar: es una suerte de ensayo gráfico (si no existe el género, es hora de inventar la etiqueta) sobre el humor gráfico. Es decir, Sala reflexiona sobre el humor en general y algunos de sus propios recursos en particular, haciendo humor. Chistes, dibujos, algo de texto. Un centenar de páginas en las que avanza furibundo por distintos mecanismos del humor, donde estira sus definiciones y hasta, sutilmente, se permite responder a sus detractores. Y siempre, siempre desde la risa.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.