Viernes, 27 de mayo de 2016 | Hoy
MUSICA › MARIA EZQUIAGA, MARTIN CAAMAÑO Y EL DVD QUE COMPENDIA LAS CANCIONES DE ROSAL
El disco, registrado en cinco shows en Samsung Studio con aportes de Fito Páez, Kevin Johansen, Lisandro Aristimuño y Onda Vaga, es según el dúo “una buena carta de presentación para el oyente que nunca nos escuchó”.
Por Sergio Sánchez
“La música tiene esa capacidad mágica de transformar algo que está pasando y de hacerte poner los pies sobre la tierra. Cuando te sentís triste, ponés una canción que te gusta y te cambia el ánimo.” Quien habla es la cantante y compositora de Rosal, María Ezquiaga, y la explicación alude al por qué del nombre del CD–DVD que editaron a modo de repaso de su obra musical: La música es mi eje. Después de cinco discos de estudio y poco más de una década de trajín, el grupo editó un registro de una serie de conciertos que ocurrieron en Samsung Studio entre junio y noviembre de 2014. Fueron cinco recitales en los que “revisitaron” cada uno de los discos. Este viaje no sólo dio como resultado versiones actualizadas de sus temas, sino que fue una oportunidad para invitar a colegas de su generación y a músicos admirados, como Fito Páez, Kevin Johansen, Lisandro Aristimuño, Onda Vaga y Juliana Gattas, entre otros. “Este material es un cierre de toda esa etapa, de esos diez años; condensa toda la historia de la banda y refleja el sonido actual. Es una buena carta de presentación para el oyente que nunca nos escuchó”, resume el guitarrista Martín Caamaño.
En los shows se reprodujo cada uno de los discos y luego el criterio de edición para el CD y el DVD fue distinto. El primero contiene 18 canciones, entre las que se destacan una versión eléctrica de “Cadáver Exquisito” junto a Fito Páez y particulares interpretaciones de “Mambeado” (con Onda Vaga), “Para vestirte hoy” (con Aristimuño) y “Down with my baby” (con Kevin Johansen). Y suenan renovadas, también, canciones propias como “Casa”, “Ultimamente”, “Avenida” y “Paseo” (también con Fito). Otra perlita del disco es la versión de “Piano Bar”, de Charly García. En tanto, el DVD presenta las canciones de manera cronológica, disco por disco. “Están las personas con las que sentimos que podíamos establecer un diálogo o que sumaran algo totalmente diferente, como Onda Vaga, que musicalmente no tiene mucho que ver con Rosal, pero su aporte es lo que cambió la energía de ese show”, explica Ezquiaga, Y sigue: “Y con Lisandro me siento muy cómoda cantando, cada vez que viene hace un aporte decisivo, lo admiro un montón como músico. Y Fito es una referencia.”
“Rosal es una banda un poco ambigua en el sentido de que pudimos relacionarnos tanto con músicos que vienen más del lado de los ‘cantautores’, como Onda Vaga, Kevin o Pablo Dacal; pero también tenemos mucha relación con la gente del pop, como Miranda”, define Caamaño. “Tenemos la parte acústica pero también la parte pop que hizo que se mezclaran esos mundos. No nos encasillaron en el folk y el pop convencional. Entonces, todo eso está expresado en el disco, porque conviven gentes de los dos mundos.” Después de varias formaciones, la banda se completa actualmente con Ezequiel Kronenberg en guitarra acústica, Manuel Caizza en batería y percusión, y Paco Arancibia en bajo y coros.
–Esa particularidad de dialogar tanto con la escena de los “cancionistas” como con grupos de pop, ¿les abrió más puertas o les generó más dificultades para encontrar una escena o lugares para tocar?
María Ezquiaga: –Siento que en algunos lugares quedamos afuera. Cuando arman ciclos con solistas, nosotros no estamos, porque somos una banda. Y quizás no entramos en la escena de los cantautores, pero es nuestra esencia también. En Rosal son importantes las canciones pero también tiene mucha importancia la banda. La canción sin los arreglos no es lo mismo.
Martín Caamaño: –Nos pasa también que tenemos la versatilidad de poder ir a tocar con la guitarra a cualquier lugar y hacer un show que no traicione el concepto de la banda. Quizá después de los dos primeros discos hubo un grupo de gente que nos venía a ver y después se sintió un poco desconcertada con los siguientes sonidos que tuvimos. Los primeros discos tenían algo más lúdico o más leve, y también tenían cosas profundas, pero no estaban tan resaltadas.
–¿Cómo ven este tiempo para la música?
M. E.: – Siempre hubo dificultades. Nosotros tocamos post Cromañón y había un montón de problemas para tocar. Uno siempre encuentra la forma de poder expresarse; obviamente, si hay ayuda mejor. Este es un momento súper rico de la música, en todos los géneros musicales están pasando cosas interesantes, en el rock, en la fusión, en el jazz, en el folklore, en la música instrumental. La música argentina está creciendo un montón, está abriéndose muchísimo, con menos prejuicios, con más apertura entre géneros.
M. C.: – El mainstream, en algún momento, quizás hasta la década del ‘90, daba lugar a que en la radio sonaran cosas que estuvieran buenas. Pero en los 2000 pasó algo que todavía se mantiene: la música interesante no es la comercial y no suena en la radio. Entonces el rock como cultura, más que como estilo, volvió a un lugar de casi marginalidad o de underground que generó un montón de libertades que decantan en la buena salud de las bandas. Se empezaron a preocupar por sonar bien, por grabar con buen sonido, por afuera de un sistema. Entonces, subió mucho el nivel.
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