Partido de Eliminatorias: van unos 20 minutos del segundo tiempo y Bolivia le hace el cuarto gol a Paraguay. Julio Lacarra, en medio de una extensa parrafada sobre la unidad latinoamericana, no detiene la marcha. Sólo levanta cuatro dedos de la mano izquierda, mira de reojo el televisor y sigue. Alejandro Jáuregui –el Gurí– está de espaldas al aparato y –se intuye– ni siquiera sabe quién juega, pero escucha Bolivia y dispara: “Nos gustaría meter las narices ahí; es el único país del continente que no conocemos”. Detalle no menor para un grupo (el Quinteto Tiempo) que lleva recorridos miles de kilómetros por Latinoamérica a base de giras, participaciones en festivales clave y 36 años poco interrumpidos de labor folklórica. “Lo que nos divide son las guerras y los intereses económicos, no el fútbol”, realza. Ambos están aquí no para hablar de fútbol ni de bueyes perdidos: confluyen porque mañana el Quinteto y Lacarra se expondrán al público para refrendar el espíritu de aquella canción que los vio nacer: “El río está llamando”.

“Es una cosa muy tierna hablar de los hijos que son las canciones. Esta es una canción que tiene una vigencia inusitada en estos días en los que la gente sale a la calle a referenciar sus intereses y reivindicaciones... es una canción de la calle”, sostiene el Gurí. La cita es en el mismo lugar en el que Lacarra y el Quinteto se conocieron, hace 35 años: el Teatro IFT (Boulogne Sur Mer 549). Y presupone un espectáculo músico-poético con acento en referentes comunes a ambos: de Pablo Neruda a Silvio Rodríguez, de Alfredo Zitarrosa a Jaime Dávalos y así. “Somos de una generación a la que le interesó muchísimo conocer qué pasaba en otras partes de América. Los postulados de la Unión Latinoamericana para nosotros siguen vigentes y esas canciones que dieron sustento a lo que pensamos y cantamos se va a reflejar en el espectáculo”, adelanta Lacarra, actual director de música de Quilmes.

El peso simbólico –atemporal– de “El río está llamando” radica en el contexto que nació. Lacarra, observando imágenes del Cordobazo, activó su pluma y tradujo en palabras la imagen de una pareja esquivando gases y balazos: “Por qué me preguntás compañera dónde fui con mi sangre / si lo sabés”. El Quinteto se apropió de aquellos versos y tituló así su disco debut. “Aún tengo la imagen”, evoca el cantor. “Es una historia de amor que me surgió cuando vi a una pareja joven cruzando una calle de Córdoba, en el medio de gases y piedrazos... esa misma noche empecé a pensar qué pasaba por la cabeza de estos pibes. Así nació.” Sigue Jáuregui: “Hace poco volvimos a girar por Colombia, Ecuador, Centroamérica y es impresionante cómo la gente la sigue cantando. Eso habla de una vigencia”.

–Jugosa para resignificar en los tiempos que corren...

Julio Lacarra: –Siento que los jóvenes están viviendo situaciones como las que nosotros vivíamos en los setenta. Nunca voy a olvidar una escena que se dio durante el regreso de Perón. Meses antes se había producido el golpe en Chile, también en Bolivia... y él dijo: “El futuro de Argentina es difícil porque estamos rodeados de repúblicas con estado de sitio y golpes militares. Acaba de caer mi amigo Salvador Allende y ha cambiado el mapa para el país”. Digo, cuando se pensaba en el pacto andino con Chile, Perú y Bolivia, apareció la andanada de golpes. Hoy la situación es distinta porque los pueblos han aprendido y ha cambiado la relación de fuerzas... el pueblo está tomando conciencia de lo que tiene en su casa como para no regalarlo, para no despilfarrarlo como en los ’90.

Jáuregui: –El acto del miércoles en Plaza de Mayo fue una gran demostración de eso. Muchísima gente unida por un solo canto: “Patria sí, colonia no”... suficiente.

Como miembro del Instituto Interamericano de Derechos Humanos con sede en Costa Rica, Jáuregui está trabajando en la grabación de un disco enteramente dedicado a la vida y obra de Manuela Sáenz, la amante de Bolívar, más conocida como “la libertadora del Libertador”. Para él, un dato de la memoria histórica que el contexto permite reactivar: “Volverle a cantar a Bolívar es ponerse en sintonía con lo que está pasando”.

–¿En qué sentido?

–Yo pienso que Bolívar y San Martín son los grandes perdedores por haber pensado, en otros tiempos, que podían lograr la unidad latinoamericana. Perdedores porque los hicieron exiliar, cuando los vientos de libertad habían cambiado en el continente. De ahí lo significativo de recrear sus idearios. De alguna manera, Perón lo reflotó cuando hablaba de formar un continente sólido para poder afrontar los problemas más graves frente a otras potencias. No sé si la relación entre Brasil, Venezuela y Argentina tiene que ver con los líderes, o con un corrimiento, asociado al imperialismo estadounidense. América avanzó en conjunto y esta cosa que estamos sintiendo culturalmente va de la mano con todos los cambios. Por nuestro lado, seguimos aportando para que finalmente llegue la liberación.