A poco más de un mes de que se conozca si, efectivamente, Leonera competirá por el Oscar a la Mejor Película Extranjera, Pablo Trapero ya tiene motivos para festejar: su último largometraje obtuvo ayer el Premio Especial del Jurado de la trigésima edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, donde además Leonera recibió el Premio Coral a la Mejor Dirección Artística (Graciela Oderigo) y el Premio Signis. Otra de las ganadoras fue Albertina Carri, que cosechó el Premio Coral a la Mejor Dirección por La rabia y el premio Fipresci de la prensa especializada. El cine argentino ganó en total diez premios en esta nueva edición del festival cubano. Otras distinciones fueron el Premio Coral al Mejor Guión Inédito para Mía, de Javier Van de Couter; una mención especial para el guión Natural, de Natural Arpajou, y una mención del jurado para el cortometraje Hoy no estoy, de Gustavo Taretto. El Primer Premio Coral al Mejor Film Animado fue para El empleo, del argentino Santiago Grasso. Tony Manero, del director chileno Pablo Larraín, ganó el Primer Premio Coral del certamen, mientras que el segundo y tercer premios Coral fueron entregados, respectivamente, a Línea de pase, de Walter Salles y Daniela Thomas (Brasil), y a El Cuerno de la Abundancia, de Juan Carlos Tabío (Cuba). El Premio de Postproducción Latinoamérica primera copia fue compartido por Gigante, del uruguayo Adrián Biniez, y Andrés no quiere dormir la siesta, del argentino Daniel Bustamante. Por otro lado, el Incaa entregó a Cuba una donación con materiales y equipos para el sector cinematográfico que ayuden a restablecer esa industria en la isla tras los daños causados por tres huracanes. El presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (Icaic) recibió la donación de manos de la presidenta del Incaa, Liliana Mazure. El azote de los huracanes Gustav, Ike y Paloma, entre los meses de agosto y noviembre, dejó en Cuba pérdidas estimadas en diez mil millones de dólares y causó daños en 160 salas de cine. “Decidimos que con algo teníamos que ayudar. No podíamos llegar con las manos vacías. Nunca llegamos ni nos fuimos con las manos vacías de Cuba”, expresó Mazure.