Espectáculos al aire libre, música, cine, teatro y danza, muestras plásticas o fotográficas, charlas, cursos y talleres, circo, ballet, poesía, actividades para niños, hasta autocine en los parques y milongas al aire libre. Para el pobre ciudadano que debe dejar transcurrir su verano en Buenos Aires, queda el consuelo de la oferta cultural estival de la ciudad, que no sólo es original y de calidad en muchos casos, sino también gratuita, o con entradas a precios muy accesibles. Un plan sin dudas más interesante que el de sentarse para seguir las transmisiones televisivas con movileros que fingen entusiasmo apostados en las playas, y con turistas que, llueva, truene o haya sol, siempre declaran estar... disfrutando.

En cuanto a la oferta gratuita, el gobierno de la ciudad propone varios recorridos posibles dentro del festival de verano porteño, que comienza hoy y anuncia “más de 800 actividades en los barrios”, extendidas “de lunes a lunes”. El festival incluye cine, teatro, circo, recitales, milongas al aire libre y la reposición de un ciclo de autocine en el que se proyectarán catorce películas nacionales durante enero y febrero (ver aparte).

Las opciones

En la programación de música y danza se destaca la actuación de Iñaki Urlezaga, que el próximo sábado 17 de enero bailará en el Obelisco, y un doble cierre el 28 de febrero con el grupo La Portuaria festejando sus 20 años en Costanera Sur, mientras en el Planetario mostrarán lo suyo todas las estrellas tangueras de Café de los Maestros, el mismo día. La programación más rockera se concentrará en el Estadio Parque Roca (Av. Roca 3490), los viernes, sábados y domingos por la tarde. El ciclo arranca el 23 de enero con Las Pelotas, y sigue para todos los gustos: Los Auténticos Decadentes, Cielo Razzo, Los Cafres, Las Pastillas el Abuelo y Miranda!

Otro set musical reúne aquello que se ha dado en llamar “música urbana”, y que consiste en diferentes propuestas de jazz, rock, tango, folklore, candombe o canción. A partir del 24 de enero, en el anfiteatro de Costanera Sur (Avenida Calabria y Rosario Vera Peñaloza), los fines de semana podrá escucharse a gente como Javier Malosetti, Luis Salinas y Gillespie, Lisandro Aristimuño y Me Darás Mil Hijos, Javier Calamaro y la Orquesta Típica Fernández Fierro, Jaime Roos y Palo Pandolfo, el Dúo Coplanacu y Semilla, entre otros. Por último, el cemento porteño traerá más música variada “al paso”: todos los jueves, desde el 29 de enero hasta el 26 de febrero, en la nueva peatonal Reconquista (entre las calles Ricardo Rojas y Córdoba) podrán escucharse grupos como Babel Orquesta, Sete Netos, Elemental y La Banda del Gato Pérez.

La oferta sigue con propuestas como las de las milongas al aire libre: a partir del 16 de enero, cada viernes, en diferentes plazas porteñas, habrá clases abiertas de tango, milongas con orquestas en vivo, proyecciones bailables de las grandes típicas de la historia y exhibiciones de bailarines que han sido ungidos como campeones mundiales de tango.

Los museos de la ciudad serán sede de dos ciclos relacionados con las letras: uno de entrevistas abiertas a jóvenes escritores como Fabián Casas y Washington Cucurto, los miércoles a las 19.30, y otro que cruza música y poesía, los jueves a la misma hora. También los jueves, una serie de escritores serán convocados para el ciclo Poetas en librerías, en seis librerías de la ciudad.

Hay más en medio de esta diversidad: espectáculos de circo en Avenida de Mayo y Perú, todos los domingos desde el 25 de enero al 15 de febrero, y en el Anfiteatro Lola Mora de Costanera Sur, el 21 y el 22 de febrero. Teatro, musicales y espectáculos multimedia en parques y plazas. Talleres para chicos y diversos espectáculos infantiles (ver aparte). Pero sin dudas la propuesta menos convencional es la que se expone en la ex Cervecería Munich de Costanera Sur (Av. de los Italianos 851), y que ofrece una verdadera curiosa fiesta playera y citadina a la vez, con piletas de lona y trajes de baño incluidos. Se trata de Balnearios, una muestra integrada por fotografías, instalaciones, espectáculos musicales y proyecciones. La muestra, que en rigor no forma parte del programa de verano del Ministerio de Cultura porteño, sino que depende de la Dirección General de Museos de la ciudad, seguirá funcionando hasta el próximo 22 de febrero.

La idea es tomar el espacio donde funcionó el primer balneario de Buenos Aires, a principios del siglo pasado, y el de un edificio que fue construido en función de aquellos bañistas y paseantes que, entre chapoteo y chapuzón, visitaban la confitería, tomaban una cerveza fría y disfrutaban de una gran vista panorámica hacia el río. Entre otras propuestas hay una muestra histórica titulada El balneario de la Costanera Sur, que exhibe fotografías, postales, diarios originales, medallas y otras piezas del patrimonio de los museos de la Ciudad e Histórico de Buenos Aires Cornelio de Saavedra, una performance titulada Manotazo de ahogado a cargo de Gustavo Giannuzzi, y se proyecta la película Balnearios, de Mariano Llinás, los días sábados a las 17.

“Tal vez estaría bien hacer una fiesta playera en la Costanera Sur, chapotear en una pileta de lona, traer trajes de baño floreados, tomar tragos tropicales, que exista un bañero que rescata a una mujer de una Pelopincho, colgar fotos de arquitecturas absurdas de la costa atlántica dibujadas sobre el tablero de algún pseudo arquitecto, poner un toldo de lona que no proteja nada del sol del verano”, proponen los organizadores.

La muestra funciona de lunes a viernes de 14 a 18, los sábados, domingos y feriados de 10 a 19, y, Pelopincho de por medio, es una forma alucinada y posible del verano porteño.