Tras la inicial superposición del rol de editor con el de impresor –que coincidían en buena parte de los libros publicados hasta la primera mitad del siglo XIX—, la siguiente y no menos lógica es la de los editores que eran al mismo tiempo libreros: no habría demasiado de qué asombrarse ante el supuesto reciente fenómeno en el campo editorial argentino. Estoy alejado de mi biblioteca por estos días, y como no es un tema para investigar en Google, mis referencias van a ser forzosamente imprecisas, y alguna, tal vez, equivocada, porque cito de memoria. Garnier primero y Gallimard y Flammarion en Francia eran simultáneamente libreros y editores (Garnier, también impresor). La Gran Librería Hoepli, fundada en Milán en 1870 por Ulrico Hoepli, fue y sigue siendo una importante editorial. Y posteriormente Rizzoli, librería y editorial, hoy parte del grupo Rizzoli Corriere della Sera: hasta llegaron a instalar una estupenda librería en Nueva York. Giangiacomo Feltrinelli, el brillante editor tan coherentemente revolucionario que se volcó a la acción directa y murió en la explosión accidental de un artefacto que preparaba para un atentado, sobrevive magníficamente en su editorial y librería, conducidos por su viuda Inge y su hijo.

Y para no salir del continente americano, la Editorial Andrés Bello en Chile, el Fondo de Cultura Económica en México, otras que olvido, son simultáneamente editoriales y librerías. En la Argentina, también ilustres antecedentes: Manuel Gleizer, librero en Corrientes y Canning; Ortiz, uno de los primeros editores de Borges; Anaconda, de Samuel Glusberg, el precursor de las ofertas (tres libros por diez pesos, que me compraba mi padre y fueron la base de mi biblioteca juvenil); y Atlántida, y El Ateneo... sin olvidar a la Librería Editorial Jorge Alvarez, que ostentaba su “bisexualidad” ya desde su denominación comercial. ¿Cuál sería la novedad de la que se da cuenta? Tal vez el carácter “bonsai” de los nuevos emprendimientos, a los que hay que augurar larga y fecunda vida en medio del panorama de sequía que ya más que se avizora.

* Ediciones de la Flor.