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Martes, 14 de abril de 2009

ACCIDENTADA PRESENTACIóN DE GARCíA CAFFI EN LA LEGISLATURA

El informe que terminó entre insultos

El director del Colón debía hablar ante los diputados de la ciudad. Pero el punto más caliente, la reducción del 33 por ciento que ordena el Gobierno de la Ciudad, desencadenó una pelea con miembros de ATE.

 Por Diego Fischerman

El director general y artístico del Teatro Colón, Pedro Pablo García Caffi, fue ayer a informar acerca de su gestión a la Legislatura porteña. No lo logró. Un grupo de adherentes a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) comenzó a insultarlo luego de que afirmó que el Colón “debe ser un teatro de producción” y que no puede servir como “seguro de empleados públicos” ni “para apilar gente en los pasillos”. García Caffi, que hasta el momento había leído su presentación de manera pausada y había explicado que su objetivo era “lograr una estructura orgánica funcional a un teatro del siglo XXI, en el cual las estructuras obsoletas requieren nuevos diseños”, se levantó y se fue, custodiado entre los improperios.

El conflicto aparece focalizado en la decisión del Gobierno de la Ciudad de reducir la planta del teatro en un 33 por ciento. El propio director se explayó, en las entrevistas concedidas luego de su asunción, acerca de que salas similares al Colón, en distintas partes del mundo, funcionan con aproximadamente 800 trabajadores y que la dotación de más de 1200 con la que contaba este teatro hacía inviable cualquier plan a futuro. También remarcó que no se dejaría a nadie sin trabajo –“en ese caso jamás habría aceptado”, dijo a Página/12– y que lo que se haría, además de jubilar a los que estaban en edad de hacerlo, sería reubicar a los empleados de las áreas comprometidas en la reforma estructural en otras dependencias del gobierno. Y allí empezaron las controversias. Porque más allá de la discusión acerca de la reducción de personal surgió la cuestión acerca de si las modificaciones planteadas eran o no las adecuadas. Los gremios y algunos políticos de la oposición juzgaron que, al achicar departamentos como los de escenografía y pintura, se comprometía el funcionamiento del teatro como posible productor de espectáculos y que se buscaba reemplazar el modelo de “teatro fábrica” por el de mero comprador de producciones ajenas. García Caffi, desde ya, aseguraba lo contrario pero, mientras tanto, y como para embarrar un poco más la cancha, un memo del ministro de Cultura, Hernán Lombardi, indicó que los empleados a reubicar debían serlo en otros ministerios. Durante las últimas semanas varios empleados supuestamente administrativos –muchos de ellos habían sido contratados de esa manera para “agilizar el trámite” pero revistaban en áreas artísticas– comenzaron a recibir llamados del Ministerio de Salud para que se presentaran en sus nuevas funciones.

La reunión con la Comisión de Cultura de la Legislatura, realizada a instancias de Inés Urdapilleta, que es quien la preside, comenzó poco después de las 17. García Caffi escuchó primero los reclamos de los trabajadores y luego comenzó un discurso que ni siquiera contó con el beneplácito de sus nuevos conmilitones del PRO. El presidente de ese bloque en la Legislatura, Oscar Moscariello, juzgó que “las palabras utilizadas por García Caffi fueron de un nivel que rayan lo inaceptable”, aunque intentó atemperar su crítica al señalar que “en ese momento, la reunión se desarrollaba en un clima de violencia”. Luego de los forcejeos, cuando los representantes de un sector de trabajadores del Colón intentaron impedir que García Caffi se retirara, la diputada Urdapilleta pidió que la reunión de la Comisión continuara, pese a la salida del funcionario. “Lo que dijo García Caffi fue muy provocador y muy intolerante porque, desde la Comisión, queríamos saber cuál era el criterio para sacar a 400 personas. Creo que lo mandaron a tomar esa decisión”, expresó la legisladora del bloque del Frente para la Victoria. En tanto, Gabriela Alegre y Patricia Walsh pidieron citar para su interpelación al ministro Hernán Lombardi. Walsh aprovechó, además, para hacer una comparación un tanto desmesurada entre las acciones del director del Colón y las de la dictadura militar. Moscariello (PRO) y Teresa de Anchorena (Coalición Cívica) defendieron por su parte la Ley de Autarquía –que no implica la autonomía del Colón salvo en el aspecto administrativo– y aseguraron que si se cumplen todos sus artículos la renovación del Colón es posible. Para concluir, la misma Urdapilleta confesó que había recibido en un principio “con alegría” la designación de García Caffi, con la esperanza de que fuera mejor que el anterior gestor. En contraste, aseguró que el director “vino hoy sólo para responder algo que le dijo Macri: ‘Si querés ser director del Colón hay 400 personas que se tienen que ir’”.

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“No se puede apilar gente en los pasillos”, dijo el funcionario.
Imagen: Pablo Piovano
 
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