¡Felices Pascuas!

Por Rudy

Lector, estamos otra vez, diría que como todos los años, en un momento especialmente sagrado para aquellos que crean, más allá de sus creencias.

n Para los cristianos estamos en Semana Santa, quizá junto a la Navidad el momento más importante del año religioso, tiempo de reflexión, recogimiento y, a los fines gastronómicos, de comer pescado en lugar de carne, o soja.

n Para los judíos estamos en Pesaj (o Peisaj), la fiesta de la libertad, el fin de la esclavitud en Egipto (¿ahora somos esclavos de Internet?), se recuerda a Moisés, se come matza (o matze, pan ázimo, sin levadura) y pescado relleno.

n Para los vendedores de pescado es también una fecha sagrada. ¡Las procesiones de cristianos y judíos delante de sus negocios los llevan a festejar semejante milagro aumentando el precio de sus productos! La merluza, la boga, el dorado, de pronto se vuelven talismanes, amuletos, objetos preciados.

n Para los programadores de televisión, Semana Santa es también una fecha muy especial, en la que exaltan sus creencias. Ellos creen que en esta época del año la gente tiene que ver siempre, pero siempre, las mismas películas alusivas, y así Jesús de Nazareth, Rey de Reyes y Los diez mandamientos se repiten una, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra, y otra vez.

n Para algunas personas se trata de un tiempo especial, de un tiempo de peregrinación, pero no solos sino con toda la familia, pareja o amigos, para homenajear mejor a Dios; y no caminando sino en auto, micro o avión, quizá para llegar más rápido más cerca de lo divino, y no a Luján o a San Cayetano sino al Sur, a la costa, a Brasil, seguramente para que la gloria divina llegue también a esos lugares que suponen algo alejados de lo religioso. Más que Semana Santa, se trata de cuatro días y sus noches, all inclusive (bebidas y rezos aparte).

n Otros, quizá muy apegados a las tradiciones religiosas, aprovecharán estos días para llevar la Buena Nueva a sus vecinos, amigos, correligionarios y compañeros. Cual sacerdotes profanos, se pararán ante un púlpito o una cámara, y explicarán a las multitudes que para resolver el acuciante tema del pecado, el hambre o la seguridad, lo que se debe hacer es votar por ellos dentro de tres meses, cuando milagrosamente todos esos problemas serán solucionados, o no.

n Para muchos serán días de placer gastronómico, sexual o literario. Habrá quien pase los días mirando capítulo tras capítulo de su serie preferida, y en lugar de “Amén”, dirá “¿cómo sigue, como sigue?”, que “de todo hay en la viña del Señor”, según dicen.

Y nosotros, los que hacemos Sátira/12, seguimos con nuestra querida tradición: la de hacer chistes y esperar que usted los disfrute con nosotros.

Hasta el sábado que viene, lector.