“Sabía que había mucha gente que quería verme aquí, y otra que no”, afirmó ayer el director de orquesta israelí Daniel Barenboim, en el marco de un concierto realizado en El Cairo que fue precedido de una fuerte polémica. “Todo el mundo tiene derecho a pensar lo que quiera”, insistió en un discurso al finalizar la presentación. No obstante, se encargó de negar que su visita haya tenido que ver con un intento por “normalizar las relaciones” entre Israel y Egipto, y enfatizó que sólo quería cumplir con un “proyecto humano”.