Jueves, 23 de abril de 2009 | Hoy
HOY COMIENZA LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE BUENOS AIRES
A tono con la situación económica internacional, el evento cultural por excelencia de la ciudad de Buenos Aires tendrá un discreto “Olimpo” de figuras internacionales, entre las que se lucen Fernando Savater, Juan José Millás y Junot Díaz.
Por Silvina Friera
En el predio de la Rural la escenografía está lista. Falta tan sólo que la gente comience a llegar, a pasear y, lo que tal vez sea un enigma, a comprar. En el aire, en el clima previo, se percibe una tensión, la punta de un ovillo que revela la compleja madeja de este acontecimiento cultural que se ha convertido en un clásico del otoño porteño. El interrogante que agita a todos los protagonistas del mercado editorial es hasta qué punto la crisis financiera internacional golpeará las puertas de esta gran casa, que muchas veces tiene la extraña virtud de funcionar como si fuera una isla. O un refugio. “Pensar con libros” es el lema de esta 35ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que abre sus puertas al público hoy en el Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor. Angélica Gorodischer será la encargada del discurso de apertura, que girará en torno del objeto libro como el más eficaz y persistente instrumento de reflexión y autoconocimiento que posee el ser humano. Para poder ingresar a la exposición habrá que pagar 10 pesos, de lunes a jueves, y 13 los viernes, sábados, domingos y feriados, contra los 8 y 10 pesos, respectivamente, que se abonaba el año pasado para pertenecer al club de los visitantes.
El puñado de visitas internacionales da cuenta de la que será, sin dudas, la primera feria de la crisis después de siete años de crecimiento y expectativas sostenidas. En el discreto Olimpo que ofrece esta edición quedaron, finalmente, el sueco Henning Mankell, la premiada escritora estadounidense Annie Proulx, autora del cuento Secreto en la montaña; el dominicano-estadounidense Junot Díaz, ganador del Pulitzer en 2008 por la novela La maravillosa vida breve de Oscar Wao, y los españoles Fernando Savater y Juan José Millás. Si en tiempos de vacas gordas cuesta movilizar a los autores a la feria que queda literalmente en el Polo Sur, en tiempos de vacas flacas los honorarios del peruano Mario Vargas Llosa y del italiano Umberto Eco, con quienes se contactó la Fundación El Libro, organizadora del encuentro, resultaron prohibitivos.
La amarga sorpresa entre las deserciones la encabeza México. Uno de los países hispanohablantes más poderosos se bajó de esta edición y no tendrá su stand como todos los años. Además de que la crisis económica golpea a todos sin excepción, este año los mexicanos apuntan sus fichas (y su presupuesto) a otros horizontes: es el país invitado de honor en la Feria del Libro de Bogotá, y ya lo fue en la de París. Otros tres países se sumaron al listado de bajas: Polonia, Grecia y Panamá. Hace tiempo que no había tantas caídas juntas. Se agrega a esta tropa de “desertores”, lamentablemente, la provincia de Chaco, que no contará con un stand, pero sí participará con la presentación de varios libros: Rebelión en la selva y Tanino, de Crisanto Domínguez; Cuentos de la llanura y el monte chaqueños, de Horacio Quiroga, y los títulos de la colección Yah’ Yin A Nayij (Aprendamos a leernos), Napalpí, la voz de la sangre, de Juan Chico y Mario Fernández, y Ecos de la resistencia, de Lecko Zamora. Buenos Aires tampoco contará con stand en la Feria.
Si hay pobreza que no se note. Ese sería el lema implícito de esta edición, aunque las charlas, diálogos, paneles, presentaciones de libros y mesas redondas, organizados por la Fundación El Libro y por las editoriales, parezcan, a simple vista, que estuvieran a dieta. Los agujeros que dejaron los que decidieron no participar han sido reparados con un banco de suplentes dispuesto a jugar en primera cuando alguno se lesiona. Una novedad de esta edición es el stand 2321, en el pabellón Amarillo, que comparte un puñado de editoriales independientes, Entropía, Bajo la luna, Paradiso, Cactus, Caja Negra, Cebra y Mármol/Izquierdo. “El hecho de que nosotros consiguiésemos un espacio, ya es un síntoma de crisis –plantea Miguel Balaguer, de Bajo la luna–. Si la economía hubiera estado como en los años anteriores, habría sido imposible acceder a un stand. En cambio, ahora, pudimos encontrar un resquicio por donde filtrarnos con un stand asociativo gestionado por nosotros.” En cuanto a la Feria en general, Balaguer cree que habrá oportunidades para los lectores, sitios donde conseguir buenos libros, stands donde habrá ofertas interesantes y buenos descuentos. “Nos interesa mostrarnos como un bloque de editoriales que venimos trabajando seriamente desde hace varios años y darnos a conocer a un público más amplio que el que ya nos reconoce en las librerías. En cuanto a lo económico, no aspiramos a recuperar lo invertido en la Feria, aunque si lo conseguimos, mejor, sino que lo planteamos como una inversión en imagen y una experiencia con miras en el futuro”, admite Balaguer.
Otra editorial que debuta en la Rural es Entropía. Sebastián Martínez Daniell dice que para ser el primer ensayo se están acercando a la Feria desde un lugar rayano con la experimentación. “Tenemos la esperanza de que la Feria termine funcionando para Entropía, pero también para el resto de los agentes involucrados en torno del proceso de edición en la Argentina, como un proceso fructífero desde ángulos que no tienen necesariamente relación con los términos habituales del mercado, como las ventas o la simple exposición comercial –explica el escritor y editor–. Esperamos que también funcione como lugar de encuentro con otros editores, autores, traductores, agentes y toda la comunidad de profesionales relacionados con la industria cultural textual. Y, por supuesto, nos gustaría que la experiencia nos permita establecer una relación más directa con los potenciales lectores del catálogo de Entropía, sin que exista la habitual, y casi siempre gratificante, mediación del librero. Quizá todo esto llegue felizmente acompañado por el interés de algún segmento de los visitantes en comprar ejemplares de nuestro catálogo. Pero las expectativas no están fundamentalmente puestas en el aspecto comercial.” “La sinergia –sigue– que logramos establecer para montar un stand conjunto resultó una bienvenida noticia, que habla de la posibilidad de establecer políticas culturales para dar a conocer, aunque sea mínimamente, voces de la literatura que quedan a veces sepultadas por las grandes operaciones de marketing que se orquestan en torno de los libros.”
Ante la escasez de estrellas de primer nivel literario parece que buenas son las divas de la televisión. El 29 pisará la alfombra roja de la Feria nada menos que Mirtha Legrand, quien presentará el libro El regreso del joven príncipe, de Alejandro Roemmers. La Chiqui, gauchita con el mundo del libro cuando requiere un empujoncito mediático que garantice multitudes, reincidirá el 5 de mayo, cuando se presente en la sala principal, la José Hernández, Mirtha Legrand. 40 años y una vida en televisión (Corregidor), de Néstor Montenegro. Los poetas han sabido ganarse un rinconcito en medio de tanto alboroto. “La poesía inquieta” es el lema del cuarto Festival Internacional de Poesía, cuya apertura estará a cargo del poeta y ensayista mexicano José Emilio Pacheco. Habrá un homenaje al poeta Daniel Chirom, que murió el 1º de diciembre del año pasado, y se le entregará un diploma a la editorial Ultimo Reino, que cumple 30 años. Del 29 al 2 de mayo, en el Rincón de Lectura, se podrá escuchar a la poeta Diana Bellessi, que acaba de publicar su poesía reunida, Tener lo que se tiene (Adriana Hidalgo), y a varios de los poetas invitados, como el canadiense Sthépane Despatie, la española residente en Cuba Aitana Alberti (hija de Rafael Alberti y María Teresa León), el español Benjamín Prado y el turco Adnan Özer, entre otros. Los poetas inquietos y contentos celebrarán el cierre del festival con la argentina residente en París Luisa Futoransky.
En los albores del Bicentenario, no podía faltar un Encuentro Internacional, “Pensar la democracia”, con conferencias y mesas redondas de las que participarán, entre otros, Santiago Kovadloff, Saúl Sosnowski, Bernardo Kliksberg, Mario Wainfeld, Gustavo Bossert, Jorge Vanossi y Raquel Robles. El 14º Encuentro Internacional de Narración Oral “Cuenteros y Cuentacuentos”, cuyo lema es “Escuchar, antesala del pensar”, será inaugurado por Noé Jitrik. Entre las novedades de esta edición se realizarán las Primeras Jornadas Nacionales de Investigación y Crítica Teatral, del 28 al 30 de abril, y unas Jornadas de Microficción, singular fenómeno que ha producido un boom en las últimas dos décadas en Latinoamérica y España, coordinadas por Raúl Brasca. El jueves 30 se viene otro clásico, la Noche de la Ciudad en la Feria, no apto para fóbicos a las multitudes. El predio de la Rural permanecerá abierto hasta la 1 de la madrugada del feriado del 1º de Mayo. Los organizadores prometen shows, actividades especiales, firmas de ejemplares y muchas sorpresas para los visitantes, que podrán ingresar gratuitamente a partir de las 20.30. El tradicional Maratón de Lectura de este año estará dedicada a las “Cartas de amor y desamor”. El lunes 27, en la Sala José Hernández, Selva Alemán, Cecilia Milone, Soledad Silveyra, Antonio Birabent, Diego Peretti y Julieta Ortega, entre otros, estarán a cargo de la lectura continuada de los textos.
Fernando Fagnani, de la editorial Edhasa, opina que la Feria funciona como una isla. “Si bien seguramente recibirá el impacto de la crisis actual, no creo que se vaya a sentir tanto como en las librerías. De hecho no me extrañaría que pasara casi inadvertida. Es un evento anual, que es también un paseo cultural, y eso hace que soporte mejor los avatares económicos”, señala el editor. “La transformación que la Feria ha vivido en los últimos cinco años la ha convertido en un paseo cultural de tres semanas, que permite poner cerca del libro y de los autores a muchas personas que durante el resto del año no vuelven a comprar libros, que no suelen visitar las librerías –subraya Fagnani–. Siempre tuvo una buena cobertura periodística, pero ésta se ha vuelto mayor desde que varios medios pusieron grandes stands donde se dan conferencias, se presentan libros. Se ha convertido en un fenómeno masivo, cuando el libro no lo es. Un lugar al que hay que ir, para comprar o simplemente para recorrerla. Estas características, que son propias de todas las Ferias del Libro, pero que en el caso de Buenos Aires tienen una intensidad mucho mayor, hacen que la Feria funcione con parámetros propios. Es casi una isla, que no suele regirse con los parámetros de las librerías en cuanto al nivel de ventas. En momentos en que las librerías venden mucho más que el año anterior, en la Feria se nota un crecimiento, pero no tan alto. Y cuando hay una baja de las ventas, en la Feria se siente un poco o directamente nada.”
Fagnani cuenta que los caballitos de batalla de Edhasa serán las novelas El colectivo, de la cordobesa Eugenia Almeida; El mejor mundo posible, de Milena Agus; el ensayo Los que susurran. La represión en tiempos de Stalin, el nuevo libro de Orlando Figes, y la reedición de Luna Caliente, un clásico de Mempo Giardinelli. “La Feria es una isla en el funcionamiento del mercado del libro. Y lo que pase allí, sea bueno o no tan bueno, no puede extenderse al resto del año”, dice. Martínez Daniell confirma que hasta el momento la crisis financiera global no ha logrado incidir en los planes editoriales de Entropía. “En nuestro caso se da una curiosa conjunción de coyunturas. De un lado está la crisis mundial que aún no termina de hacerse presente en la situación económica cotidiana de la editorial, más allá de algún retraso en la cadena de pagos. Pero del otro lado, la editorial viene experimentando desde su creación, en 2004, un proceso más o menos sostenido de crecimiento, que se nota en su catálogo, pero también en su visibilidad y en su mayor alcance hacia las comunidades de lectores. De este modo, podría decirse que la crisis nos encuentra en un momento de expansión, con libros que tienen cada vez una mayor y mejor repercusión. Posiblemente, estos dos elementos, la crisis global y la expansión ‘entrópica’, se terminen neutralizando durante un tiempo.”
Nadie se atreve a garantizar que este año las visitas superen el record de los 1.240.000 visitantes que hubo en el 2008. Todos, en cambio, coinciden en la expectativa de máxima: que las ventas permitan pagar los costos de los stands, que subieron hasta un 35 por ciento. Todos los editores y expositores saben que la Feria es un espacio único de exhibición que hay que aprovechar. Pero, como siempre, cuando hoy se abran las puertas de la Rural, la última palabra la tendrá el público.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.