Una cerrada ovación acompañada de una lluvia de flores fue la despedida final que miles de uruguayos le dieron ayer al poeta Mario Benedetti, cuyos restos fueron sepultados en el Cementerio Central de Montevideo. Personalidades de la cultura, admiradores anónimos y decenas de escolares con sus delantales blancos rodearon el Palacio Legislativo, donde se realizó el velatorio, a la salida del ataúd con los restos de Benedetti, que fue acompañado con un aplauso general. El féretro del escritor, que murió el domingo a los 88 años, salió a las 10 con destino al Cementerio Central, tras ser velado por miles de personas durante la víspera. Una hora duró el recorrido del cortejo fúnebre por las calles de Montevideo que tanto amó Benedetti, y que fue seguido por ciudadanos de todas las edades y clases sociales. No hubo aglomeraciones sino un cálido acompañamiento de personas que llevaban libros del autor bajo el brazo. En el cementerio, su amigo de toda la vida, el músico Daniel Viglietti, señaló que Benedetti “no tuvo hijos, pero deja una gran descendencia, porque escribió 80 libros, y dedicó su vida a denunciar la injusticia. Nos quedamos más solos, huérfanos nos quedamos. No nos queda más que seguir haciendo la tarea sin Mario”, aseguró Viglietti. “Mario integra ya para siempre nuestra historia, nuestra identidad.” Otro de los oradores, el director de Cultura, Hugo Achugar, aseguró que, ante todo, “hoy enterramos a un hombre bueno”. También le robó palabras al escritor al explicar que “con su muerte estamos todos consternados, como dijo él con el Che Guevara”. Luego de los discursos, se concretó el entierro y cientos de manos se alzaron para dejar una flor al poeta.