Los amantes del folklore y el tango siempre mencionan al dúo Martínez-Ledesma entre las referencias fundantes del género. Más conocidas son obras como la chacarera “Chakay Manta”, con música de los Hermanos Abalos, esa que celebra: “Muy adentro ‘el corazón, donde palpita la vida, siento como un comezón, ¡hai’ ser mi prenda querida!”. Su autor, el santiagueño Víctor Ledesma, falleció ayer por la tarde en la capital neuquina. El 27 de abril había cumplido cien años y llevaba más de cincuenta radicado en esa provincia. Junto a su gran compañero artístico, el cantor de tangos Rodolfo Martínez, Ledesma recorrió América durante casi 45 años. Alguna vez tocó para Igor Stravinsky en una noche donde también actuó Atahualpa Yupanqui; alguna vez también actuó para Juan Perón y Eva Duarte. El diario La Mañana de Neuquén recoge el testimonio de Jorge Enei, quien trabajó con Ledesma en Toda una vida, el disco en el que el músico recorrió las canciones que nunca había grabado: “Era un tipo muy tranquilo, muy observador. Y tenía esa modorra, esa pasividad típica de los santiagueños. Era un tipo que te escuchaba, muy sabio. Era de pocas palabras, pero cuando las soltaba, tenía una madurez musical que te hacía crecer muchísimo”.