Michael Jackson tuvo ayer un día muy agitado, aun estando muerto desde hace casi un mes: los informes de las autopsias realizadas a su cadáver coinciden en que el Rey del Pop “abusaba de medicamentos”, el consultorio texano de Conrad Murray, cardiólogo del cantante, fue allanado por la policía de Los Angeles, se dio a la luz un presunto hijo noruego de 25 años y se adelantó que el documental sobre sus últimos días se llamará Thriller y será estrenado en Noche de Brujas.

La oleada de novedades comenzó por la mañana cuando un comando de agentes federales antidroga de la DEA y detectives de Los Angeles realizó un allanamiento en las oficinas de Murray, principal sospechoso desde que se presume que Jacko fue asesinado. Es que el pasado 25 de junio el cardiólogo estaba con Michael cuando éste murió de un ataque al corazón e, incluso, trató de reanimarlo. Ed Chernoff, abogado del médico, confirmó a través de un comunicado que la intención de los efectivos policiales era buscar y decomisar evidencias de homicidio. Además, precisó que los agentes abandonaron el lugar al mediodía y se llevaron 21 documentos y el disco duro de una de las computadoras de Murray. Sin embargo, antepuso que “ninguno de los documentos que tomaron había sido pedido por las autoridades o el Instituto de Medicina Forense de Los Angeles”. Más tarde, un portavoz de la DEA confirmó que también se allanaron las oficinas de la clínica Armstrong, en Houston, donde ejerce el cardiólogo.

Otros de los abogados de Murray indicaron que no habían sido informados sobre el registro. “Fue inesperado”, subrayó Miranda Sevcik, portavoz del equipo legal del médico. “Nadie lo anunció, la DEA no nos informó y el Departamento de Policía de Los Angeles tampoco. Lo último que sabíamos es que agendamos una tercera entrevista y luego pasó esto”, agregó. De hecho, el martes por la noche, el sitio de Internet de Murray confirmó que los investigadores le pidieron más información y planeaban interrogarlo nuevamente. Sevcik también contó que Murray se encuentra en Las Vegas y no puede trabajar debido a las sospechas en su contra desde la muerte de Jackson. “Tiene un guardaespaldas, está preocupado. Esto ha sido terrible para él”, enfatizó.

A casi un mes de su muerte, las autoridades llevan a cabo una investigación que se ha enfocado en una supuesta adicción de Jackson a los calmantes fuertes y, por ello, están estudiando de cerca el papel de al menos cinco médicos que firmaron prescripciones para el músico, acusados por los familiares de haber provocado la muerte del artista al autorizar medicamentos de los que la estrella abusaba. Es que, al menos, eso es casi una certeza. Los informes de las dos autopsias realizadas al cadáver de Michael Jackson coinciden en que el cuerpo del músico mostraba numerosos pinchazos y aseguran que Jacko abusaba de algunas drogas. Y he aquí el motivo de las sospechas de los familiares del cantante: la segunda autopsia, realizada a pedido de los Jackson, reveló rastros de Propofol, un narcótico que es potencialmente mortal. Si bien aún se desconocen los resultados de los tests de sangre, la policía no descarta que una sobredosis haya causado la muerte del artista o incluso un acto criminal. Joe Jackson, padre de Michael, lo tiene claro: esta semana reiteró en una entrevista en CNN que su hijo fue “víctima de un crimen”.

Entre idas y vueltas sobre pistas y despistes, ayer apareció un joven que podría ser hijo del astro del pop. Se trata de un bailarín noruego de 25 años llamado Omer Bhatti. Las especulaciones respecto de la posibilidad de que el músico estadounidense tuviese un hijo secreto fueron publicadas ayer por el periódico británico The Sun. El diario muestra fotografías del joven noruego sentado en primera fila durante el funeral de Jackson el pasado 7 de julio, junto a los hermanos y hermanas del cantante. Ese testimonio gráfico desató la pesquisa periodística y, al parecer, el propio Jackson reconoció ante sus amigos en 2004 que Omer es hijo suyo, fruto de una relación de una noche en Noruega en 1984. Se rumorea, además, que el bailarín, de 25 años, estaría tratando de someterse a pruebas de ADN para determinar la veracidad de su procedencia genealógica, que su madre Pía y su supuesto padrastro Riz han negado. Tanto Pía como Riz trabajaron en algún momento para el Rey del Pop –como niñera y chofer, respectivamente– pero ahora se niegan a hablar de su relación con él. “Michael era el Rey del Pop, pero para nosotros era mucho más que eso”, declaró Pía sobre su nexo de unión con el cantante.

El último registro periodístico que se tiene de Omer es del año pasado: en él, el joven destaca que su vínculo con Jacko es de “lealtad”. “Creo que mi lealtad hacia él es la razón por la que todavía seguimos en contacto. Es un gran ser humano”, señaló aquella vez. El presunto hijo de Michael residió en Neverland durante algunos meses a partir de 1997. Omer también se encontraba en el rancho de Neverland, en California, cuando la policía registró la mansión en 2003 en busca de pruebas para el juicio por abuso de menores al que fue sometido Jackson. Según el diario británico, la relación entre el bailarín y el Rey del Pop comenzó en 1996, cuando Omer tenía sólo 12 años. El noruego trabajó con Jacko en muchas ocasiones, llegando a ejercer de doble en varios países del mundo.