Mié 26.08.2009
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HOY COMIENZA EL ENCUENTRO WIKIMANíA 2009, EN SU PRIMERA EDICIóN LATINOAMERICANA

Tres días para discutir las formas del conocimiento

Puede interpretarse como un desfile de los proyectos que patrocina la fundación Wikimedia, pero es sobre todo un espacio de discusión, debate e intercambio de ideas, un auténtico atalaya para otear el horizonte de la comunicación y la expansión del saber.

› Por Facundo García

Se podría decir que hoy se inicia en Buenos Aires la reunión de enciclopedistas más importante del mundo. En efecto, mientras Encarta ya anunció su retiro y la Británica deriva hacia un modelo basado en la autoridad de sus fuentes, Wikimanía 2009 –la quinta conferencia internacional de quienes participan en Wikipedia y otras iniciativas asociadas– aparece como un atalaya para vislumbrar lo que asoma. Desde hoy y hasta el viernes, académicos, hackers y público en general podrán asistir a las más de cincuenta charlas gratuitas que se ofrecerán en el Centro Cultural San Martín (Corrientes 1530), en lo que promete ser una especie de asamblea tribal para los defensores de la Cultura Libre.

Será la primera edición a realizarse en un país de lengua latina, de habla hispana y del Hemisferio Sur. Y aunque funcionará como una suerte de desfile de los proyectos que patrocina la Fundación Wikimedia –una entidad sin fines de lucro que, amén de la enciclopedia, dirige iniciativas como Wikinoticias, Wikcionario y Wikiversidad, entre otras–, también abrirá las puertas para que el público en general se acerque a discutir y compartir propuestas. Harán lo propio, obviamente, algunas “estrellas” del palo, como el fundador de la Wikipedia, Jimmy Wales, y el pionero del Software Libre, Richard Stallman.

Por más que no hayan avisado, se sabe que Denis Diderot y Jean d’Alembert no podrán asistir. Lamentablemente, los fundadores del enciclopedismo murieron hace más de doscientos veinte años, pero cabe imaginar que estarían felices ante el revuelo que causará la juntada porteña. Sobre todo por el afán universalista y librepensante que suele reinar en las Wikimanías: las anteriores se hicieron en Frankfurt (Alemania), Boston (Estados Unidos), Taipei (Taiwán) y Alejandría (Egipto) y mostraron la enorme variedad humana que se da cita en esos foros. Igual que en aquellas oportunidades, esta vez participarán especialistas de las más diversas disciplinas, programadores, activistas y vecinos. Incluso está la opción de postularse para dar “charlas relámpago”: exposiciones de cinco minutos en las que se presentarán ante la asistencia ideas que merezcan ser difundidas (“Wiki–wiki”, después de todo, significa “rápido” en hawaiano).

La idea articuladora es analizar lo que se consiguió hasta ahora y lo que falta hacer. Como ya es costumbre, la famosa enciclopedia que todos pueden editar navega la mitad del año entre noticias auspiciosas y preocupaciones. Si por un lado el site está afirmado en el top ten mundial desde hace rato, los últimos meses trajeron cierta inquietud por la merma en la cantidad de colaboraciones. Con todo, el fenómeno excede por mucho lo que puedan decir las estadísticas: incontables usuarios usan la información de Wikipedia como herramienta diaria y contribuyen a mejorarla sin otro interés que las ganas de ayudar. Tanto, que la organización que la gestiona –Wikimedia– tiene sólo unos veinte empleados, y si bien cuenta con donaciones como la que se dio a conocer ayer –un desembolso de dos millones de dólares del cual aún no se tienen mayores precisiones– se afirma fundamentalmente en cientos de miles de voluntarios, entre los cuales hay 150.000 que aportan dinero desde cincuenta países. Justamente lo contrario a lo que hace la Británica, que cobra por el acceso a sus datos y continúa confiando en un staff de cuatro mil expertos y académicos pagos.

La gran pregunta –que se resolverá más pronto que tarde– es cuál de las dos lógicas triunfará. Hasta que llegue la respuesta, Wikipedia y los proyectos Wiki seguirán recibiendo algunas críticas, generalmente por parte de aquellas empresas que ven en la gratuidad y la construcción colaborativa una amenaza para sus negocios. Se aduce, por ejemplo, que los textos que se incluyen en la Wiki no están controlados. Falso. El lío es que allí el control no viene de ningún iluminado, sino de la comunidad, con todo lo bueno y lo malo que eso implica. Sue Gardner, directora ejecutiva de Wikimedia, destacó esta semana que la figura promedio que emerge entre los más de cien mil editores activos –o sea, personas que han generado más de cinco ediciones en el último mes– es un graduado de alrededor de 25 años. En consecuencia, una de las metas es empezar a convocar a gente de mayor edad y mujeres, de tal forma que se amplíen los puntos de vista que motorizan el desarrollo. “Porque Wikipedia –opina Gardner– es tan completa como los grupos que se involucran en ella.”

La invitación está hecha, y en ese sentido la designación de Buenos Aires como sede no es caprichosa. Sucede que la versión en español parece necesitar un espaldarazo, ya que los hispanoparlantes no están sacando provecho de las potencialidades que tienen a su alcance. Según datos ofrecidos el pasado 31 de julio por Wikistats (stats.wiki media.org), si se compara entre todas las versiones de Wikipedia la que está en castellano se ubica en cuarto lugar en cuanto a cantidad de visitas. Si la clasificación se hace considerando el número de artículos, empero, la cosa cambia. Sus 440.035 entradas la colocan por debajo de las que se ofrecen para idiomas con una población mucho menor de hablantes, como el japonés (603.647), el alemán (951.442), el italiano (590.956) e incluso el polaco (618.487). Vale interrogarse: con tantos lectores, ¿dónde están escondidos los que escriben en la lengua de Cervantes?

El inglés, por su parte, va puntero. Con más de tres millones de apartados, es el brazo más largo de un vibrante organismo de números y palabras que sigue en expansión. En total, las doscientas sesenta y cinco lenguas en que se está editando Wikipedia ya han producido una masa de información que supera varias veces a la que ofrecen la Encarta y la Británica juntas. Si se suman el resto de los proyectos Wiki, la cifra se hincha aún más. Nunca antes se logró elevar hasta esa altura a una Torre de Babel del conocimiento. Y el deseo de otear el horizonte desde ahí arriba se vuelve, más que una tentación, un impulso profundamente humano.

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