Mientras dirigía en las calles de Berlín, en la conmemoración de la caída del Muro, Daniel Barenboim aparecía en un video en la misma sala donde había debutado como director de orquesta, el auditorio de la Facultad de Derecho de la UBA. Allí recordaba aquella lejana ocasión, decía que le habría encantado estar en ese escenario personalmente y agradecía el Konex de Brillante con el que la Fundación Konex lo premió como el personaje más importante de la música clásica de la última década. Ese momento y el que tuvo como protagonista a Pamela, hija del compositor Mauricio Kagel, que nunca antes había estado en la Argentina y llegó para recibir el Konex de honor merecido por su padre, que falleció en septiembre del año pasado, fueron los más emotivos de una ceremonia en que se otorgaron, también, los Konex de Platino, las distinciones a los primus inter pares de cada una de las veinte categorías tenidas en cuenta por un jurado integrado por premiados en ediciones anteriores que fue presidido por la musicóloga doctora Pola Suárez Urtubey.

Además del Konex de Brillante, Barenboim mereció el correspondiente a mejor director de orquesta, mientras que Carlos López Puccio fue reconocido como mejor director de coro. Su grupo, el Estudio Coral de Buenos Aires, fue galardonado como mejor coro. Nelson Goerner como pianista, Pablo Saraví –concertino de la Filarmónica de Buenos Aires–- como instrumentista de cuerda, el flautista Claudio Barile –solista de esa misma orquesta– como instrumentista de viento, Gerardo Gandini como compositor, Antonio de Raco entre los pedagogos, Alfredo Arias como régisseur y Ana María Stekelman entre los coreógrafos, fueron algunos de los premiados, en una ceremonia en la que también se distinguió al Mozarteum como institución musical y se reconocieron los méritos del Collegium Musicum y de Radio Nacional Clásica, entre otros emprendimientos que contribuyen con la enseñanza, la divulgación y la investigación musical. La Filarmónica de Buenos Aires, en el rubro Orquesta Sinfónica, y la Camerata Bariloche, como orquesta de cámara, y los ballets Estable del Teatro Colón y de Danza Contemporánea del San Martín fueron, por su parte, los grandes grupos que se llevaron los Konex de Platino en sus especialidades.