CLAUDIA PIRAN, LA CONSAGRACION DE COSQUIN, HOY EN EL ALVEAR
“Es falso que en Cuyo no hay folklore”
Por Karina Micheletto
Cuando Claudia Pirán canta la Zamba del laurel, algo pasa. Algo que pasa sólo a veces, cuando las voces encuentran la letra que les calza justo, y pueden hacer decir a los versos con toda su potencia. Claro que para eso hay que tener una voz capaz de servir de vehículo, y está claro que esta sanjuanina la tiene, dulce y afinada. Y también hay que haber aprendido a querer aquello que se canta, algo que Pirán pudo hacer desde su infancia, cuando su padre, quizá para remediar de alguna manera todo lo que para su hija estaba restringido, cantaba con ella en el patio de la casa. Claudia no podía correr hasta caer de cansancio como otros chicos de su edad, ya que una enfermedad congénita llamada ostogénesis imperfecta (más conocida como “enfermedad de los huesos de cristal”) se lo impedía. Pero las tibias tardes en el patio de su casa cantando junto a su padre se transformaban en un rito amoroso compartido, y eso alcanzó para levantar un mundo. Aquellas ceremonias donde la mesa del patio se volvía un escenario se transformaron con el tiempo en una carrera profesional, que tuvo su reconocimiento oficial en el último Festival de Cosquín, cuando Pirán ganó el Premio Consagración. Hoy a las 21, la cantante presentará el disco que lleva su nombre, y que es una recopilación de los tres que ya grabó en forma independiente. Será en el teatro Alvear, Corrientes 1659, dentro del ciclo Discos vivos, con Peteco Carabajal y el Nochero Mario Teruel como invitados.
Cuando Pirán ganó el Premio Consagración, en enero pasado, toda su ciudad se revolucionó. “Se armó una caravana de autos, me esperaron en la ruta por donde venía llegando, y seguimos en caravana hasta la Casa de Gobierno. Después hubo una concentración en la plaza principal, la gente me regalaba cosas... Fue increíble.” Algo inusual, sobre todo, en una provincia poco representada en el folklore de mayor difusión, y poco propensa, hasta hace algún tiempo, a apoyar a los folkloristas locales. Sobre San Juan pesa el mito de ser la provincia sin ritmo propio, algo que Pirán tuvo que sortear en su carrera como folklorista. “Lo triste es que es un mito falso, pero funciona. A los cuyanos nos cuesta mucho salir a difundir nuestro folklore, porque está esta idea de que nuestra música es aburrida, o de que si no hay chacarera no hay folklore”, dice la cantante. “Pero el folklore cuyano tiene tanta riqueza en su poesía y en su ritmo, que uno nunca termina de descubrirlo”, explica, y enumera algunos referentes: Buenaventura Luna, Ernesto Villavicencio, Saúl Quiroga... En su universo de artistas admirados también hay lugar para los nuevos autores y compositores de su tierra, como Eduardo Troncoso o Hugo Figueroa. Es que el folklore, dice la cantante, se sigue haciendo todos los días. Y en eso está ella.
Poco a poco, se entusiasma Pirán, las cosas van cambiando en San Juan: músicos, cantantes y poetas hubo siempre, pero ahora parecen estar animándose a salir a mostrarse. Este año, de hecho, la provincia envió una delegación al Festival de Cosquín por primera vez, como hacen otras todos los años. Cerca de sesenta músicos y bailarines mostraron allí por dónde está pasando el folklore de San Juan hoy. Esta noche en el Alvear actuarán junto a Pirán los músicos de su banda: Alejandro Sánchez (guitarra, voces y dirección musical), Jonatan Vera (guitarra), Daniel Pellise (bajo) y Carlos Cruz (percusión y teclado), también representantes del folklore cuyano actual.