Martes, 1 de junio de 2010 | Hoy
CIERTAS PETUNIAS REESTRENA FLOR DE VIAJE
Al quinteto se lo llama “Les Luthiers con polleras”, por las similitudes con el histórico grupo humorístico-musical. Y hay cercanía: Jorge Maronna les pasó canciones para el espectáculo.
Por Facundo Gari
“Todo espectáculo exitoso siempre es copiado e imitado de inmediato. Esto no ocurre con Les Luthiers, simplemente porque no es fácil reunir a cinco artistas que sepan cantar, que sepan actuar, que sean graciosos, que coincidan en un mismo tono de humor, que elaboren sus propios guiones y sus propias canciones.” La reflexión tiene ya tres años y pertenece a Roberto Fontanarrosa, otrora Colaborador Creativo del conjunto compuesto por Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Marcos Mundstock, Daniel Rabinovich y Carlos Núñez Cortés. Claro que toda comparación es siempre capciosa, pero que tantos analicen similitudes y diferencias entre las Ciertas Petunias y Les Luthiers suele ser un dato fundamental para decidir asistir a los espectáculos de Jessica Dinzelbacher, Magdalena Barla, Camila Campodónico, Mariana Galarza Di Caro y Natalia Guevara. Justo o no, seguro también lo sea para quienes concurran al Velma Café (Gorriti 5520) al “segundo estreno” de Flor de viaje, un compendio de catorce canciones, mitad de las cuales –para acentuar más la idea– fueron otorgadas por el propio Maronna (“cómplice musical” en el programa) y el biógrafo colombiano Daniel Samper Pizano, autor de Les Luthiers de la L a la S.
La sala de espera de un aeropuerto internacional es el punto de partida desde donde las muchachas –identificada cada una con un color– inician un recorrido lisérgico por diversas geografías musicales: jazz, cumbia, bolero, tango, guajira, flamenco y chacarera se suceden entre lamentos amorosos y de otros órdenes, monólogos hilarantes y actuaciones clownescas, siempre bajo la impronta del humor. La suma de tales ingredientes le valió a la agrupación nacida en 2005 el piropo de “Les Luthiers con polleras”, aunque ellas lo tomen con pinzas. “Lo admitimos como un elogio, pero siempre desde el respeto. Nuestro producto es distinto, no manejamos instrumentos informales y no tenemos una intención tan grosa en cuanto a guión”, diferencia Barla en un encuentro con Página/12.
“Ciertas Petunias nació en 2005, en el altillo de Magdalena, una noche de invierno”, arranca Dinzelbacher. “Recién las conocía, porque soy la mujer del hermano de Camila. Ellas venían cantando hacía un montón en el coro Cumelén de Parque Avellaneda.” Así fue como una reunión más entre amigas se convirtió inesperadamente en fundacional. “Nos juntamos a cantar y dijimos ‘uy, está bueno lo que sale’. Pero hacíamos temas de Los Beatles y una cumbia de Gilda. Luego le buscamos la vuelta”, cuenta Campodónico. Y Barla añade que la intención era “salir de lo que es un grupo vocal femenino clásico”. Entonces, “empezamos a delirar”, secunda Dinzelbacher, que es la madre del amigo de Carlitos, el del baño privilegiado en una recordada publicidad.
La primera presentación formal del grupo fue pocos meses después, en el marco de la celebración de los veinte años de Cumelén. “Nos invitaron a cantar y fue un éxito total. Estaba lleno de gente”, reseñan. En el debut, el espectáculo ya tenía los dotes que actualmente exhibe el que precede a FraudulentasPorSimilitudConfusionista, salvo por la ropa. “No teníamos vestuario, así que cada una se puso lo más ridículo que encontró: prendas viejas y mucho maquillaje. La idea fue crear un personaje para cada una”, señala Barla. También ostentaban ya el nombre que hoy las agrupa. Cuando a las chicas se les pregunta el porqué de Ciertas Petunias, cuatro índices señalan a Campodónico. “Es re loco. En 2002 estaba cursando el CBC de Imagen y Sonido en la UBA, carrera que dejé. Un día escribí ‘Ciertas Petunias’ en el margen de la hoja, porque me gustaba el sonido, la combinación de las palabras. Y me dije: ‘En algún momento va a ser el nombre de algo’. Cuando formamos el grupo, les dije: ‘Tengo el molde, metámosle algo adentro’. Y les gustó.”
Pero los laureles definitivos llegarían en 2007, en la Expo Les Luthiers. Ahora los dedos van hacia Galarza Di Caro, “fanática” del quinteto masculino. “Un día me metí en su página oficial y decía que convocaban a actores y escritores. Y en un apartado pedían grupos que mezclaran música y humor. Estaba Camila conectada al MSN, se lo pasé y le pregunté ‘¿Cuándo filmamos el demo?’.” Por supuesto, fueron elegidas. De esa presentación en el Centro Cultural Recoleta recuerdan que había alrededor de 500 personas y que, al finalizar su show, Núñez Cortés subió al escenario a saludar. “Hay una foto de eso y estamos todas llorando.” Incluso, el público pidió un bis. “A los pocos días nos llamó Lino Patalano (representante del conjunto creado a comienzos de los ’60). Nos dijo que le habían llegado muy buenos comentarios y que quería invitarnos al festejo privado de los 40 años de Les Luthiers, que era para ellos, familiares, amigos y allegados. Nos dijo: ‘Van a estar la Antigua Jazz Band, Los Macocos y el grupo Caviar. ¿Quieren venir ustedes de sorpresa?’.” La actuación fue “mientras los Les Luthiers comían el postre”, y después salieron a la fiesta como estaban, “con ellos bailando”. “Charlamos un poco, conocimos a Quino y a Eleonora Cassano.” Además, fue en esa ocasión cuando Carlos Núñez “nos dijo que Jorge hacía cosas con grupos, que les había dado una mano a Los Macocos, que habláramos con él”, evoca Campodónico.
Jessica Dinzelbacher: –Sí. Jorge y Daniel hicieron la banda de sonido para una telenovela colombiana que era como un musical. Las escenas se resolvían con una canción, de una manera muy graciosa y bizarra. Pero como tenían las canciones encajonadas, cuando nos conoció, a Jorge se le ocurrió que podían ser para nosotras. Nos encontramos un día en la Expo Les Luthiers, nos dio un CD, las partituras y ahí empezamos la relación.
Magdalena Barla: –Antes cambiaron algunas letras para que funcionaran para mujeres.
J. D.: –Luego, empezamos a laburar los temas e invitamos a Jorge a la sala de ensayo. Se los mostramos, le encantaron y empezó a ayudarnos a armar Flor de viaje.
M. B.: –Costó elegir un lugar. En el medio tuvimos la idea de una peluquería. Terminó siendo un aeropuerto porque tiene una variedad de “puertos” y eso tiene que ver con diferentes ritmos.
J. D.: –Además, estamos con unas ganas locas de viajar. El año pasado tuvimos la oportunidad de hacerlo dos veces y la experiencia fue re copada. Estuvimos en Rosario y nos fuimos al circuito teatral de la Hormiga Circular, en Neuquén. La pasamos bomba.
Natalia Guevara: –Y en septiembre nos vamos de nuevo.
M. B.: –En nuestra mente somos para todo público...
M. B.: —(Risas.) ¡No sé! No vamos para un lado ni para el otro. No tiramos una re zarpada.
Mariana Galarza Di Caro: –En algún momento habíamos pensado en hacer un espectáculo para niños, pero nos dimos cuenta de que son peores, más críticos que los adultos.
J. D.: –Igual, los pequeños se re enganchan.
J. D.: –A diferencia de otros periodistas, usted no nos hizo ninguna pregunta misógina del tipo: “Son cinco chicas, ¿cómo hacen?”.
Camila Campodónico: –Hay una característica femenina que es la organización.
J. D.: –Para mí, eso tiene que ver con la memoria celular de nuestros ancestros...
Entonces, las jóvenes comienzan a reír y no paran. Es difícil determinar si es porque no pueden o no quieren: están en su salsa, aunque ahora del otro lado del mostrador. Flor de viaje...
Por localidades agotadas, Ciertas Petunias agregó nuevas funciones de Flor de viaje. Serán los viernes 11, 18 y 25 de junio en Velma Café (Gorriti 5520). Además, en julio se presentarán en el ciclo Todosonidos, en el Centro Argentino de Teatro Ciego.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.