Para muchos, sir Edward Elgar es un músico ceremonial. Pomposo y circunstancial, podría decirse. Sin embargo, esa es apenas una parte de la realidad: su cuarteto y su quinteto con piano, sus sinfonías, su sonata para violín y piano y sus conciertos para violín y para cello y orquesta son obras maestras. Esta última obra, en particular, ocupa un lugar privilegiado en el repertorio desde que Jacqueline Du Pré la grabó con dirección de sir John Barbirolli. Ahora otra mujer, Sol Gabetta, que acaba de ganar el Premio Gramophone como música joven del año, grabó esta obra, con un enfoque casi opuesto al de Du Pré (el disco, extraordinario, fue editado localmente por Sony) y la tocará hoy a las 20.30 en el Colón, como solista junto a la Filarmónica de Buenos Aires. “Obviamente cuando era chica no podía ser cellista y no tener en cuenta a Du Pré”, contó Gabetta a Página/12 hace unos meses, cuando vino a tocar para el ciclo del Mozarteum. Nacida en Córdoba hace 29 años, es una de las solistas más importantes del momento y en aquella entrevista afirmaba: “En el Concierto de Elgar, siempre quise hacer mi versión, en tanto hay algo en la interpretación de Du Pré que es, por supuesto, convincente en sus manos pero no coincide con mi visión de la obra. Ella la hacía de una manera muy extrovertida. Y para mí es una obra inmensamente introspectiva”. El concierto, dirigido por Arturo Diemecke, se completará con la “Obertura” de la ópera Guillermo Tell, de Gioacchino Rossini, y con Los Planetas, de Gustav Holst.