“Cuando le propusimos esta idea a Néstor Kirchner, él nos dio vía libre con dos condiciones: que los libros fueran ‘para todos’ y que la colección incluyera el Nunca Más. De ahí en adelante, nos planteamos como objetivo colaborar para que se restituyeran dos derechos fundamentales, la vivienda digna y el acceso a la cultura”, destaca el director de Industrias Culturales de la Nación, Rodolfo Hamawi. “En un contexto en el que hay que escuchar discursos discriminatorios, es indispensable redoblar la apuesta por la reflexión. Las letras, de hecho, han sido un puente para que los latinoamericanos nos respetemos más y nos conozcamos mejor. Por eso ya llevamos más de un millón de libros repartidos y en los próximos meses entregaremos ochocientos mil más”, subraya el funcionario. La región se está prendiendo en la tendencia: Chile, Cuba y México ya arrancaron con la distribución de material bibliográfico en cantidades masivas, replicando el proyecto local.