“Tomás Eloy Martínez fue excepcional como escritor, periodista y ser humano.” Esa fue la definición con la que coincidieron periodistas, compañeros y amigos, durante el homenaje que le realizaron ayer en Cartagena de Indias, a un año de su muerte. El “Tributo a Tomás Eloy Martínez: El periodismo como narrativa” marcó ayer la clausura del Hay Festival, que se llevó a cabo en una ciudad colombiana muy vinculada al autor de Santa Evita, porque fue uno de los pilares de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), creada por Gabriel García Márquez, quien siempre lo consideró el mejor escritor latinoamericano. “En Martínez, periodismo y literatura fueron una sola cosa, todo converge”, sostuvo el colombiano Jaime Abello, director de la fundación y organizador del acto. Además de “un magnífico conversador, alguien que amaba con pasión nuestra lengua”, el autor de El vuelo de la reina fue un hombre “entrañable, humanista y curioso” dotado de “una sonrisa espléndida”, consideró Abello. Como periodista, practicó todos los oficios posibles: reportero, cronista, crítico de cine, columnista, editor, jefe de redacción, director y hasta maestro de periodistas. “Siempre desde el respeto y la autocrítica”, enfatizó el venezolano Sergio Dahbar. “Tomás Eloy Martínez era un príncipe en la redacción”, subrayó el editor y periodista venezolano. Nadia, una alumna del autor de La novela de Perón que lo tuvo como profesor en Nueva Jersey cuando su vida se agotaba, tomó el micrófono para destacar su humildad. “Siempre dispuesto a escuchar al otro”, dijo, conmovida. “Te castigaba con una sonrisa deliciosa”, sumó el periodista argentino Cristian Alarcón, que evocó cómo le encantaba “atravesar la frontera entre la ficción y la no ficción”, un terreno en el que, según Dahbar, “él trabajaba a sus anchas”.