Jueves, 10 de febrero de 2011 | Hoy
EL FESTIVAL DE CINE DE BERLíN TIENE PELíCULAS ARGENTINAS EN CASI TODAS SUS SECCIONES
Un mundo misterioso, de Rodrigo Moreno, es parte de la competencia oficial, midiéndose con títulos de Béla Tarr y Ulrich Köhler. Ocio y Ausente están en el Forum de Cine Joven, Medianeras en Panorama Especial y El camino del vino en Culinary Cinema.
Por Luciano Monteagudo
Desde Berlín
No es precisamente un guiño a la piratería, que en estos tiempos está haciendo estragos en la industria del cine, pero la Berlinale abre hoy una nueva edición (la número 61 de su convulsionada historia) con un parche en el ojo. La película inaugural de esta noche será –en coincidencia con su estreno internacional en medio mundo, incluida la Argentina– Temple de acero, el western de los hermanos Coen (ver aparte) protagonizado por Jeff Bridges como el veterano Marshall “Rooster” Cogburn, cuya marca de identidad es un imponente parche de cuero en el ojo derecho que habla de otros tiempos, quizás más salvajes.
Si la apertura mira con un ojo a Hollywood, la Berlinale, que suele oficiar como la campana de largada del circuito de grandes festivales, ha decidido destaparse el otro y echar una mirada al resto del cine del globo. Empezando por el argentino, que tiene una presencia verdaderamente importante en esta edición. Desde los primeros pasos del llamado Nuevo Cine Argentino, más de una década atrás, con Lucrecia Martel y Daniel Burman como abanderados, Berlín siempre ha estado muy atento a la producción local, a la que le ha dado no sólo lugares de privilegio sino también premios. Pero la Berlinale 2011 marca una nueva cota, con films nacionales en prácticamente todas las secciones del festival.
En la competencia oficial, midiéndose con títulos del húngaro Béla Tarr y del alemán Ulrich Köhler, entre los más esperados, estará Un mundo misterioso, de Rodrigo Moreno, una comedia ligeramente absurda protagonizada por Esteban Bigliardi, Cecilia Rainero y Rosario Bléfari. Producida por Rizoma Films de la Argentina en cooperación con la compañía alemana Rohfilms, éste es el segundo largo de Moreno que participa del concurso oficial de la Berlinale, después de que en el 2006 El custodio, protagonizada por Julio Chávez, se llevó el Premio Alfred Bauer al film más innovador del certamen.
En Panorama Especial, la sección oficial no competitiva, está Medianeras, ópera prima de Gustavo Taretto, otra coproducción de Rizoma, en este caso no sólo con Alemania (Pandora Films), sino también con España (Eddie Saeta, el productor habitual del catalán Albert Serra). El film de Taretto está inspirado en un corto propio del mismo título, muy premiado hace un lustro, y narra las vidas paralelas de un muchacho y una chica (el argentino Javier Drolas, la española Pilar López de Ayala) que viven en la misma calle del centro de la ciudad, pero no pueden encontrarse, porque lo mismo que los une es aquello que los separa: medianeras. ¿Boy-meets-girl? Puede ser, aunque ya se sabe que en Buenos Aires nada es fácil.
En el Forum del Cine Joven, un espacio dedicado a las sorpresas, los descubrimientos y las nuevas generaciones, a falta de una habrá dos películas argentinas. Por un lado, estará Ocio, la adaptación que Juan Villegas y Alejandro Lingenti hicieron de la novela de Fabián Casas. La película había sido invitada al Forum del año anterior, pero no llegaron con la copia y el festival volvió a reservarle un lugar, a pesar de que la película en la Argentina no sólo ya se vio en el Bafici sino que también tuvo su estreno a fin del año pasado, en la apertura del Cosmos UBA.
La otra argentina del Forum será Ausente, segundo largo de Marco Berger, un egresado de la Universidad del Cine que en el Bafici 2009 se dio a conocer con el corto El reloj y con su ópera prima Plan B, ambas acerca de la ambigüedad sexual y la manifestación del deseo gay. Ahora Berger vuelve sobre el tema, pero con cierto aire a thriller, a partir de la historia de un alumno que comienza a hostigar a su profesor de natación: “Un pibe de 16 años que todavía está protegido por la ley pero que desea, y que con esa herramienta de poder siente que puede jugar con otra persona”, explicó el director en una entrevista con Página/12.
En Culinary Cinema, una sección que inventó hace un par de años el director de la Berlinale, Dieter Kosslick, y le ha venido dando muy buenos resultados, dado el protagonismo mediático que tienen actualmente los grandes chefs y sommeliers, estará presente El camino del vino. Flamante ganador del premio de la crítica (Fipresci) en el último Festival de Mar del Plata, el film dirigido por Nicolás Carreras cruza las fronteras entre el documental y la ficción, y narra la historia de un auténtico sommelier (Charlie Arturaola) que desespera cuando cree haber perdido su herramienta de trabajo: la sensibilidad de su paladar.
Finalmente, en el Berlinale Co-Production Market, donde se presentan proyectos en fase de desa-rrollo para encontrar socios e intercambiar experiencias, habrá también varios argentinos. Luis Puenzo, como productor, presentará el nuevo proyecto como directora de su hija Lucía (XXY, El niño pez), titulado provisoriamente Wakolda. Y Martín Desalvo, codirector de Las mantenidas sin sueño, buscará partners para su guión El día trajo la oscuridad.
Y como si esto fuera poco, en la competencia oficial hay una ópera prima de producción mexicana pero dirigida por una cineasta argentina, que cuenta una historia muy argentina. La película se titula El premio, su autora es Paula Markovitch y, en plan autobiográfico, narra un oscuro episodio de su infancia en San Clemente del Tuyú, durante la última dictadura militar. Guionista de Temporada de patos y Lake Tahoe, dos films de Fernando Eimbcke que demostraron que hay otro cine posible en México al margen del de Cuarón e Iñárritu, Markovitch ahora propone su primer largo, después de haber realizado varios cortos y haber publicado poesía, teatro y novela.
El jurado oficial del festival será presidido por la actriz Isabella Rossellini, acompañada por la productora australiana Jan Chapman, la actriz local Nina Hoss, el actor, productor y director hindú Aamir Khan, el realizador canadiense Guy Maddin, la vestuarista británica Sandy Powell (ganadora de tres Oscar) y el cineasta iraní Jafar Panahi, que seguramente dejará su butaca vacía, porque continúa condenado a prisión en su país por reclamar elecciones libres.
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