Un festival que suma folklore y tango, en el mismo nivel, entendiendo que el público de uno y otro género no necesariamente tiene que estar dividido: de eso se trata el Festival de Baradero, que cada año va mostrando una programación con toques de mayor calidad en esa localidad bonaerense, sumando a algunos artistas de otros géneros y agregando también espacios para la danza. Este año, por ejemplo, la grilla incluye a artistas como Horacio Guarany –que sigue despidiéndose de los escenarios, al parecer pisándolos uno a uno–, León Gieco –que actuará junto a Andrés Giménez y D-Mente–, Peteco Carabajal, Osvaldo Piro, Antonio Tarragó Ros, además de las estrellas folk más taquilleras como Jorge Rojas y Chaqueño Palavecino. Y también resalta la danza, con la actuación de Iñaqui Urlezaga y el ballet de Juan Carlos Copes. Desde hoy y hasta el domingo, la ciudad de Baradero se prepara para mostrarse en la 37ª edición del festival que ya es su rasgo distintivo.

La Orquesta El Arranque y Mavi Díaz, que se llevaron el Premio Consagración del festival del año pasado, también están programados. Y Ariel Prat, Marián Farías Gómez, Omar Moreno Palacios, el violinista Néstor Garnica, Marilina Mozzoni, Sergio Galleguillo, Ofelia Leiva, Facundo Piccone y Los Cuatro de Córdoba son algunos de los artistas que completan la programación para estos cuatro días en el anfiteatro Pedro Caro-zzi, que puede albergar a unas 10 mil personas. Los organizadores destacan que uno de los desafíos es convocar además a nuevos valores en el llamado “Pre-Baradero”, para el que este año compitieron unos cinco mil artistas en las subsedes de todo el país.

Ubicada en el kilómetro 142 de la ruta nacional 9, la ciudad de Baradero se presenta con rasgos distintivos, como el de haber sido la primera colonia agrícola de suizos en el país. De hecho, una zona llamada Colonia Suiza es uno de los puntos turísticos que ofrece la ciudad. El festival es otra de las banderas identitarias que enarbolan los baraderenses. Desde su creación en 1965, por su escenario pasaron las figuras más reconocidas tanto del tango como del folklore, ya que con ese espíritu se creó: si allá por principios de los ’60 sólo existía en el país un festival importante de folklore –el de Cosquín– y otro de tango –el de La Falda–, Baradero propuso el primer Festival de Música Popular Argentina, eliminando la distinción entre géneros ya desde su nombre. Algo que vuelve a proponer ese año, en una nueva edición.