PRESENTACIóN DE LA GUERRA DEL PARAGUAY, DE FRANCISCO SOLANO LóPEZ
El dibujante de El Eternauta –internado por un accidente cardiovascular– fue el único ausente del encuentro del que participaron Rep, Norberto Galasso y Juan Sasturain, a propósito de la reciente reedición del libro por parte de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
› Por Andrés Valenzuela
No es usual que las editoriales universitarias presten atención a la historieta. Si lo hacen, las viñetas son objeto de estudio, pero no protagonistas. Por eso llama la atención La guerra del Paraguay, recientemente editado por la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Por eso, y por las veinte increíbles páginas de historieta que Francisco Solano López creó junto a su hijo Gabriel, que están acompañadas por un ensayo de Norberto Galasso. La obra se presentó ayer en la Feria del Libro, y aunque la charla estaba programada para el mismo momento en que se abrían las puertas del evento, en pocos minutos, curiosos, amantes de la historia y fanáticos del cocreador de El Eternauta llenaron la sala Sarmiento del predio de La Rural para escuchar al historiador, a Miguel Rep, a Juan Sasturain y a Jorge Gugliotta (secretario general de la facultad). El único ausente fue el dibujante, internado por un accidente cardiovascular del que se recupera lentamente.
Figura central de la historieta argentina, Solano recuperó notoriedad pública en los últimos años, en buena medida gracias a la revalorización pública de El Eternauta y su guionista, Héctor Germán Oesterheld. No llama la atención, entonces, que sea uno de sus mejores trabajos el elegido para abrir las publicaciones de la editorial vinculadas con el noveno arte. Gugliotta apuntó que La guerra del Paraguay es fruto de una búsqueda del sello académico para incorporar la historieta a su catálogo. “El comic es parte de nuestra tradición cultural, de modo que queríamos homenajear de algún modo al género publicándolo, pero al final nos pasó al revés: fue Solano quien le agregó prestigio a nuestro catálogo”, reflexionó.
El libro tiene dos atractivos. Por un lado, la historieta. Por el otro, la mirada del historiador. Galasso intervino repasando los elementos centrales del conflicto que unió a “la oligarquía de tres países” en la destrucción de Paraguay. Cinco años trágicos que diezmaron la población paraguaya, llevándola de un millón de habitantes a sólo 350 mil.
Una tragedia humanitaria que eliminó prácticamente toda la población masculina adulta. Un horror que empezó con los aliados bombardeando a la población civil de Paysandú y culminó con la destrucción de todo el sistema productivo de un país. “No es casual que lo primero que hicieron los vencedores fue destruir los altos hornos que existían en Paraguay – advirtió Galasso–. En esa época, Paraguay era el país más desarrollado del Cono Sur, tenía las primeras líneas de ferrocarril de América latina, el primer telégrafo, y refutaba en la práctica la idea de Mitre, quien sostenía que sólo se podía crecer hacia afuera, hacia el puerto.”
La “guerra de la Triple Infamia”, como la llama Galasso, es particularmente cara a Solano López, descendiente directo del entonces presidente de Paraguay. Sin embargo, ése es sólo uno de los motivos detrás de la potencia expresiva de este relato de 20 páginas. Dibujada en el exilio a partir de guiones de su hijo, en ella se aúna el linaje familiar con cambios en su estilo gráfico y una situación familiar crítica.
Es que, como recordó Sasturain, Solano debió exiliarse en Madrid para salvar a su hijo Gabriel, secuestrado por la última dictadura militar por su militancia. “El tuvo la suerte que no tuvieron otros, le entregaron a su hijo, pero le dijeron: ‘De acá te lo llevás a Ezeiza’”, contó.
En esos años lejos de su tierra, el dibujante encontró la influencia potente de Jean Giraud, más conocido como Moebius, un artista francés que se cuenta entre los más relevantes de la historia del medio. “Creo que acá él sintió el sacudón de una modernización de su estilo”, analizó Rep y apuntó a los “medios tonos” que aparecen en los trazos del argentino. La experiencia también supone un cambio de materiales para el coautor de El Eternauta, que efectivamente deja el pincel para volcarse al Rotring, comentó el humorista gráfico, puntualizando la evolución estilística.
Esta historieta data de comienzos de los ‘80. Sasturain recordó que SuperHumor publicó las primeras diez páginas. “De ese período de trabajo con Gabriel salieron tres trabajos extraordinariamente poderosos”, señaló el director de la revista Fierro. Uno, el que aquí publica la facultad; los otros, Ana e Historias Tristes, relatos durísimos que recogen los momentos difíciles que les tocaba vivir a padre e hijo. “Fueron una verdadera catarsis del drama personal y militante”, explicó Sasturain. “La épica es el fondo, pero lo que Gabriel cuenta siempre es la traición, la militancia, la patria, las contradicciones, las grandes causas y los pequeños hombres.”
El periodista y escritor también recordó la participación del dibujante en la exposición La patria dibujada, creada el año pasado como parte de los festejos por el Bicentenario. “Ahí había que dedicarle un espacio a esta guerra, insoslayable.” Allí, el dibujante retrató un contrapunto postal entre Domingo Faustino Sarmiento y Dominguito. “Lo hizo desde otro lugar, pero siempre cruzando lo social y lo individual”, consideró. “Hay que destacar lo lindo que es que sea la facu la que publique esto”, reflexionó Sasturain. “Solano adaptó también Operación Masacre y Cabecita Negra, siempre trabajó en torno de estos temas sociales, y nadie los ha dibujado mejor que él.”
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