Sábado, 22 de abril de 2006 | Hoy
JAIME BAYLY PRESENTA SU NUEVA NOVELA Y HABLA DE OLLANTA HUMALA Y DE LA ACTUAL SITUACION POLITICA PERUANA
Y de repente, un ángel es el nombre de la nueva novela del escritor peruano, que la presenta hoy en la Feria. Y de paso habla de Ollanta Humala y de su entorno familiar homofóbico.
Por Silvina Friera
“Díganle a ese maricón que no vamos a ir nunca a su programa y que, cuando seamos gobierno, lo vamos a fusilar.” Parece más brutal aún que esta amenaza la haya dicho una mujer, la madre del candidato presidencial Ollanta Humala. Jaime Bayly, quizá curtido por el espanto, lo cuenta con una aparente tranquilidad, aunque esa calma pronto cederá al hablar de los peligros que implicaría para la democracia peruana un eventual triunfo en el ballottage del militar y líder del Partido Nacionalista. “Me parece que su biografía, su pasado y su discurso revelan claramente que él no es un demócrata y que tiene un proyecto autoritario”, dice Bayly en la entrevista con Página/12. El escritor peruano, que presentará hoy a las 20 en la Feria del Libro su última novela, Y de repente, un ángel (ver aparte), recuerda que los “padres de la bestia” lo acusaron de “pervertido”, “inmoral” y de ser un “mal ejemplo para los jóvenes”. Ellos proponen fusilar a unos pocos homosexuales famosos “para escarmentar a los otros”, y Bayly está en la mira homofóbica de los Humala. Pero el candidato, para apagar el fuego que encendieron sus padres, dijo que él no pensaba como ellos, que no era homofóbico ni quería fusilar a nadie.
–¿Le creyó?
–No, pero tengo mis razones.
–Por ejemplo, que no fue a su programa, Francotirador.
–Sí, pero ésa no es la única razón. El fue educado en el odio y en el desprecio a los homosexuales, una cuestión que viene de la izquierda. La vieja escuela comunista era rabiosamente homofóbica; por algo Fidel Castro metía a los homosexuales en campos de concentración, porque veía al homosexual como los Humala: como un hombre afeminado, burgués, corrompido y decadente, al que hay que reformar. Tienen esa visión puritana y trasnochada de la homosexualidad. Pero no le creo a Humala por otra razón que es más importante que su ausencia en mi programa. Durante casi tres años permitió que un periódico circulase en todo Perú, impreso y distribuido por sus padres y su hermano (que ahora está preso por asaltar una comisaría y matar policías), y ese periódico, que se llamaba Ollanta, fue utilizado para el lanzamiento de su campaña presidencial. Su candidatura fue promovida activamente por ese periódico con un discurso salvajemente homofóbico y en esas páginas había escrito que quería fusilar a los homosexuales. Si el señor Humala no fuese homofóbico, tendría que haber retirado su nombre del periódico desde el primer ejemplar.
–¿Qué impacto tuvieron estas declaraciones sobre el electorado peruano?
–No sabría cuantificarlo, muchos votos no ha perdido porque ha terminado primero, pero con menos de los que pensaba conseguir. Ollanta pensó que iba a ser el Evo Morales peruano, que iba a ganar en primera vuelta, y apenas sacó el 30 por ciento. Creo que está en una posición vulnerable de cara al ballottage. Ha tenido un discurso tan violento que ha sembrado mucho miedo.
–¿Qué tan peligroso cree que puede ser Humala para el Perú?
–Del mismo modo que cuando Chávez dice que Bush es peor que Hitler, en realidad es bastante obvio que está exagerando. No lo compararía con Hitler, porque no creo que sea un genocida que quiera exterminar a una raza. Es un matón, y no olvidemos que es un militar, y los militares están educados en el autoritarismo, en la intolerancia, en la prepotencia. Es muy raro encontrar a un militar demócrata. Los militares, por su propia formación intelectual, no son demócratas. Ollanta tiene una larga carrera militar, y como capitán del ejército en los años siniestros de Fujimori y Montesinos sirvió a esa dictadura y mandó a secuestrar, a torturar y a asesinar a gente sospechada de ser terrorista.
–¿Cómo le cayó que el presidente Néstor Kirchner lo recibiera en la Casa Rosada?
–Kirchner está pasando por alto algo que es bastante grave: Humala está acusado de graves violaciones a los derechos humanos, cuando era capitán del ejército de Fujimori, en los años ’92 y ’93. Humala permaneció en ese ejército, ascendió, fue premiado, recompensado y sirvió a los generales de Fujimori y Montesinos desde el año ’92 hasta el 2000, ocho largos años. Si hubiera sido un demócrata y un hombre de paz, Humala se habría alejado del ejército y no hubiera cometido los crímenes de los que ahora está acusado. En mi programa he entrevistado a los familiares de las víctimas, y yo les creo. Humala dice que todos ellos mienten y que han sido pagados por la derecha. No le creo a Humala, les creo a los familiares de las víctimas, porque es evidente que hablan con la verdad. Trece años después, muchos han reconocido a este señor, candidato a presidente, que entró a varias casas como el capitán Carlos, con el que encubría su verdadero nombre, y se llevaba a la gente: maridos, madres, hijos. Está acusado de ser un torturador, un criminal al servicio de una dictadura. Si Kirchner es tan respetuoso de los derechos humanos, debería tener un poco más de cuidado con las alianzas políticas que establece. Porque, claro, como Humala es del club de Chávez y habla mal de los norteamericanos, entonces, ¿ya es bienvenido?
–¿Qué implicaría un triunfo de Humala para la vida política peruana?
–Somos muchos los peruanos que pensamos que Humala es una amenaza para la democracia. Se puede ser de izquierda, de centro, progresista o liberal, pero quienes están fuera del campo de la democracia tienen que ser denunciados. Y Humala no es un demócrata; él tiene un proyecto inspirado en Chávez, que va a pervertir la democracia en Perú. Si él gana el ballottage, seguro que cierra el Congreso, porque no tiene mayoría absoluta. Y convocará a una asamblea constituyente, como hizo Chávez y como quiere hacer Evo. Pero para eso tiene que contar con la aprobación del Congreso, que no se la dará. Por lo tanto, lo va a cerrar y va a forzar a la constituyente para escribirle una Constitución a su medida; y se perpetuará en el poder, como lo ha hecho Chávez.
–Pero tanto Chávez como Humala –en caso de ganar– llegaron al poder por la vía electoral.
–Sí, es un modelo autoritario tramposo. Si bien es verdad que el gobernante ha sido elegido democráticamente, que su origen es legítimo, también lo es que no gobierna democráticamente. Y un gobernante democrático lo tiene que ser tanto en su origen como en la forma de gobernar. Chávez no es un demócrata, está sistemáticamente persiguiendo y acusando a cualquiera que no piensa como él, sea un líder político, un periodista, un sindicalista, un empresario o un cura. Tiene un discurso de confrontación matonesca: si tú no piensas como él, te manda a sus matones. No llega a los extremos de Fidel, no te cierra el periódico, no te confisca el canal, no te mete en un campo de concentración, no te fusila. Ese modelo totalitario ya no le sirve, porque es muy descarado, pero tiene sus matones para meter miedo. Me pregunto si uno puede ser en verdad un demócrata y al mismo al tiempo admirar, glorificar y exaltar a un dictador. Si proclamo que soy un hombre de paz, y digo que mi modelo es Bin Laden o Bush, hay algo que no funciona. Es una contradicción muy reveladora, porque no se puede decir en estos tiempos “soy un demócrata y mi modelo es Fidel”, que no es precisamente un demócrata. ¿Se puede ser un demócrata y gobernar un país durante casi 50 años consecutivos? ¿No es una negación obvia a la idea de la democracia?
Bayly muestra su costado paternal y sensible cuando habla de sus hijas. “Ellas saben que soy bisexual y se ríen mucho de eso –revela el escritor–. Contra lo que alguna gente conservadora pudiera pensar, no parece ser ningún trauma para ellas. Al contrario, están contentas con el papá extravagante que tienen. Pero están preocupadas. Ellas no querían que fuese a votar, porque estaba muy amenazado por los partidarios de Humala.Tenían miedo de que me agredieran. Hace seis años, cuando hice una campaña por el voto en blanco, me atacaron unos matones enviados por el entonces candidato Toledo.” El autor de Yo amo a mi mami y La mujer de mi hermano cuenta que sus hijas le preguntan qué va a pasar si gana Humala, si se van a tener que ir del Perú. “No estoy dispuesto a dejar de ser un hombre libre porque un matón quiere meterme miedo”, plantea. Sin mucho entusiasmo, confiesa que votó a Lourdes Flores porque la ve como una Michelle Bachelet, aunque más conservadora en temas morales. “A mí me gustaría que Perú se pareciera a Chile, no a Venezuela o a Cuba.”
–¿Por qué?
–Quisiera que Perú fuese un país más ordenado, previsible, mejor encaminado. Chile es un país que en los últimos veinte años ha seguido el camino inverso a la Argentina, porque redujeron la pobreza a la mitad. Los chilenos han prosperado y fue la izquierda que ha gobernado desde que cayó Pinochet, pero, como en España, es una izquierda que ha conseguido ser eficaz, que se ha sacudido la demagogia y los viejos dogmas ideológicos. La izquierda chilena ha conseguido lo que tendría que hacer un buen gobierno: mejorar la calidad de vida de la gente. Me gustaría que la izquierda peruana aprendiera de la experiencia chilena o española. La izquierda puede gobernar eficazmente y no tiene que ser como Chávez o Fidel. El modelo de Zapatero o de Bachelet es el de una izquierda moderna, inteligente, que no se pelea con el mundo y que funciona mucho mejor que la vieja derecha.
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