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Viernes, 2 de junio de 2006

EL DEBATE SOBRE TV DIGITAL

Una disputa en la que danzan millones

Los representantes de las normas europea y de EE.UU. tratan de inclinar la balanza.

La TV digital aún no llegó al país, pero su inminente desembarco ya genera toda clase de controversias. Mientras se aguarda con expectativa la decisión del gobierno de Néstor Kirchner sobre la norma que finalmente la Argentina adoptará para la transmisión de TV digital (ver aparte), el tema comienza a levantar temperatura debido a que se trata de un cambio tecnológico que reformulará el modelo de negocio televisivo actual, permitiendo interactividad, mejorando la calidad y brindando la posibilidad de sumar al menos otras cinco señales por cada canal abierto. En principio, el país se dirime entre optar por la norma ATSC, de origen estadounidense, y la DVB-T, de ascendencia europea. En ese contexto, en el que las presiones y negociaciones están a la orden del día, se realizaron en los últimos días distintas conferencias en las que representantes de las normas en pugna expusieron las ventajas de los estándares que patrocinan.

En la víspera de la decisión más importante que el país tome en materia tecnológica de las últimas décadas, el debate organizado por la Universidad de Palermo y la conferencia que ayer brindó el ATSC Forum demostraron que la resolución sobre la norma de TV digital está cruzada por cuestiones económicas y políticas. De hecho, tanto representantes de ATSC Forum como de DVB Project se reunieron con funcionarios del Gobierno para convencerlos de que su modelo de negocios era el más conveniente. Entre las conclusiones se desprende que el desafío de ambas normas no es técnico, debido a que a mediano plazo todos los sistemas van a resolver sus limitaciones. En una región vapuleada por los vaivenes económicos, finalmente será el sistema que mejor plan de negocios presente (ofertas de inversión, plan de producción local) el que inclinará la balanza a su favor. En la decisión que adopte la Argentina en materia de TV digital influirá la relación comercial y política que el Gobierno prefiera priorizar, sea con Estados Unidos o la Comunidad Europea.

“ATSC –explicó el ingeniero Juan Carlos Guidobono, representante del estándar norteamericano– garantiza una real inclusión social, al prever receptores de bajo costo para usarse en los receptores de TV analógica. La capacidad de cubrir mayor distancia con un solo transmisor, además, garantiza la recepción de la TV cuando sea únicamente digital en zonas más alejadas de los centros urbanos. Con un estándar hemisférico, se garantiza una masa crítica que producirá nuevos productos y servicios a precios derivados de los mercados más dinámicos de la región. El ATSC mejora la calidad de imagen y sonido, proveyendo a los radiodifusores herramientas que les permitan competir con otras plataformas.”

Por su parte, el ingeniero Roberto Lauro, patrocinador de la norma europea, destacó que en función de la penetración y aceptación mundial de los estándares, el europeo se presenta como la opción más ventajosa para la Argentina. “La utilización de DVB en el mundo –detalló Lauro– ya alcanza a los 22,2 millones de receptores, con una base mundial instalada de 150 millones de televisores, lo que implica economías de escala para los productores y menores costos para los consumidores. La DVB, además, no está controlada por ningún país. Por el contrario, la norma ATSC está en Norteamérica, posee sólo 12,5 millones de receptores y el Congreso de EE.UU. tuvo que aprobar un subsidio en febrero último de 1500 millones de dólares, para mitigar el desinterés. O sea: es un modelo de negocio que necesita del subsidio estatal para existir.”

El representante de la norma estadounidense –que desde 1998 es utilizada por Canal 13 y Telefé para realizar transmisiones experimentales de TV digital– se defendió de las críticas diciendo que ese subsidio fue realizado para “acelerar la inclusión social de los sectores más pobres” y contraatacó a su colega con un aspecto técnico. “DVB no fue pensado, desde el modelo de negocio, como una plataforma que soporte señales de alta definición. Los ruidos eléctricos urbanos y los rebotes de la señal han obligado a los operadores a reducir la carga de datos, empeorando la calidad de las señales transmitidas. Su cobertura es menor a igual potencia transmitida, lo que deriva en la necesidad de instalar más retransmisores, que incrementa los costos.” En tanto, Lauro criticó el estándar estadounidense por las falencias que aún tiene en materia de televisión móvil. “Está claro –dijo– que la TV fija va a seguir existiendo, pero la tendencia en el mundo es que el entretenimiento va hacia los dispositivos manuales, como ocurre con la telefonía. ¿Cómo, entonces, se va a optar por una norma que aún no permite ver televisión en celulares, con la incidencia económica que esa limitación trae consigo?” Dudas y certezas sobre una decisión que determinará el futuro audiovisual del país.

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Juan Carlos Guidobono ¡ (ATSC) y Roberto Lauro (DVB-T), en uno de los debates de estos días.
Imagen: Arnaldo Pampillon
 
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