(...) ¡Tengo que focalizar! ¡Mi meta! Irme de acá. ¡De una vez por todas! Olvidarme de todo. No soporto más esta Residencia. Irme cuanto antes. Y después cobrar, eso. Un poco de aire, unos meses de aire. Pagar las deudas. A buen ritmo, tal vez... tal vez podría terminar el libro antes del sábado que viene. El librito, bah. Va a ser un librito, ya está claro. Un librito de culto. Eso siempre funciona. Los escritores de culto: esos sí que la pasan bien. Lo mío es entonces “un librito de culto”. Y no está mal. Al lado de la basura que se publica en todos lados, es una obra maestra. Bueno, no tanto. Pero está bien. Creo. Aunque no sé. ¡Nunca sé nada! Pero igual, bueno... entregar el trabajo, pasarles el archivo... y rajarme de acá. Debería terminar el viernes, sí, el viernes... antes de que salga el rompehielos... de que vuelva a Ushuaia. Para que haya tiempo de cerrar todo...

* Fragmento de Arno Schmidt, págs. 264 y 265.