Lunes, 3 de noviembre de 2014 | Hoy
MIGUEL ANGEL DENTE ACABA DE PUBLICAR SICODéLICA STAR, SOBRE LA OBRA DE FITO PáEZ
Como en sus trabajos anteriores sobre Luis Alberto Spinetta, Charly García, Gustavo Cerati y Pedro Aznar, este escritor montevideano sistematiza cronológica, acabada y tozudamente la labor del rosarino en 180 páginas.
Por Cristian Vitale
Es el quinto libro de la saga. Todos, muy similares en su concepción, duran 180 exactas páginas. Tícher de Luz, el primero, es una eficaz guía sobre la obra de Luis Alberto Spinetta y va por la tercera edición. El segundo, Elegancia Pop, acerca al universo de Gustavo Cerati, desglosado en discos, videos, conciertos, fechas y opiniones. El tercero, Un dios aparte, hace lo propio con Charly García. Y el cuarto, Nueve vidas, divide por nueve la vida de Pedro Aznar. Sicodélica Star, el quinto en cuestión, viene entonces a profundizar las obsesiones de Miguel Angel Dente por sistematizar cronológica, acabada y tozudamente la obra de un jinete que faltaba: Fito Páez. “Fito ha sido dueño de una gran popularidad en la primera mitad de los ’90, aun fuertemente enfrentado al poder de turno y, además, carga sobre sus espaldas con una trayectoria intensa. Es sorprendente ver en el libro cuántos artistas de Latinoamérica y España compartieron escenario con él, o han hecho versiones de algunas de sus tantas canciones”, introduce el autor, que es montevideano, arquitecto, diseñador gráfico y absoluto entusiasta del rock argentino. “Creo que el cantar sobre circunstancias tan íntimas ha llevado a Fito a vincular muy estrechamente cada disco con momentos especiales de su vida. Llegó al extremo de juntar a todas sus mujeres para la portada de un disco o ha querido eclipsar un álbum con otro, como podría ser el caso de Yo te amo y RRR”, desarrolla el también escritor, sobre las causas que lo llevaron hacia el rosarino nacido con Kennedy a la cabeza.
–¿Por qué Sicodélica Star, entre tantos títulos posibles?
–Porque Sicodélica decanta de los ’60, fuente de toda inspiración. En realidad, el punto de partida había sido “Militante Star”, pero direccionaba el libro hacia una idea demasiado política, fundida con esa imagen de star que irradiaba Fito en los ’90 y... ¡hoy es padre de familia! Podría haber sido también “Militante de qué”, porque la idea de la militancia en Fito me parece muy fuerte, una militancia siempre consecuente con sus ideas y su música. Como dice Juan Carlos Baglietto: ser rockero es llevar los chicos al colegio todos los días a las 7 de la mañana.
En toda la saga, Dente escarba detalles puntillosos en el devenir artístico de cada quien. En el caso de Páez, además de la rigurosidad de datos referidos a sus discos, sus conciertos, partes de su obra comentada por músicos especialmente entrevistados y un anexo con la discografía propia, filmografía y fotografías, el autor revela y recuerda cosas sorprendentes. Por caso, los 400 mil dólares que Páez donó a la Unicef tras el concierto de 1993 en Vélez, por mencionar una. “Más allá de preferencias musicales puntuales, es bueno resaltar su compromiso desde el rock por sostener la cultura en general y la música popular en particular, haciendo hincapié en varios lenguajes estéticos. Me refiero a la confluencia de géneros y países, sus cruces con otras disciplinas como la poesía (Bioy Casares, por citar tan sólo un ejemplo); el lanzamiento de una novela; el zambullirse en la industria cinematográfica o la dirección de videoclips hablan de una personalidad inquieta, enriquecedora y compleja a la vez”, desarrolla Dente, que entró al mundo Páez vía “Sobre la cuerda floja”, aquella canción del rosarino que Baglietto interpretó en Tiempos difíciles.
–¿Por qué todos los libros de la serie, excepto tal vez el de Pedro Aznar, responden a una estructura similar, casi calcada, incluso hasta en la cantidad de páginas?
–Porque la idea de la colección es mostrar la obra de los artistas tratando de aproximarse lo más posible a su totalidad. En ese sentido, las temáticas que abordo son similares, con la colaboración y opiniones de sus colegas y un minucioso detalle en cuanto a la discografía y los shows en vivo con soporte gráfico. Quise acercarme a Fito en busca de algunas respuestas, pero fue imposible porque estaba concentrado en la grabación de RRR. Y el único libro un tanto diferente en lo conceptual, sí, es el de Aznar, porque fue realizado con su participación y dividido según sus diferentes labores artísticas.
–¿Qué pasa con otros “jinetes” del rock argentino? ¿Para cuándo Pappo, León Gieco, Litto Nebbia y Miguel Abuelo?
–Como criterio general para la colección, uno de los puntos que tengo en cuenta es la vastedad de cada obra. Por eso, si todo va bien, estarán seguramente Nebbia y Andrés Calamaro. En el caso de Miguel Abuelo, no alcanzaría la discografía comentada que se requiere. Aunque, claro, no me refiero a “magnitud” porque, si es por él, un único disco podría sobrar. También trato de tener en cuenta los trabajos que se han publicado. Lo mismo sucede con Pappo o Gieco, que ya han sido abordados con diferentes ópticas por Sergio Marchi y Oscar Finkelstein. Igualmente, los casos puntuales de Pappo’s Blues y Riff serán desarrollados en un libro que estamos preparando con cincuenta bandas de rock argentino.
–¿El orden de aparición de cada libro coincide a rajatabla con sus gustos o hay matices?
–Está claro que son los músicos de rock que más me agradan. La idea original siempre contempló empezar con Spinetta porque, para mí, implica el riesgo musical llevado al máximo: insisto en situarlo en el podio junto con Astor Piazzolla y el Cuchi Leguizamón, cada cual en lo suyo. Luego, como Disconario es una editorial independiente que se autofinancia, nunca supimos si podríamos superar el trance de la primera edición. Pero por suerte los libros se fueron sucediendo... Los nombres siempre fueron los mismos, aunque el orden fue estableciéndose según los contactos que íbamos teniendo con los artistas, ya que no venimos ni del palo del rock ni del periodismo, hecho que complica un poco las cosas.
–¿Qué devolución tuvo, si es que tuvo, con los músicos que desglosó hasta el momento?
–No hubo una devolución de Luis en su momento, aunque tampoco críticas explícitas que yo haya recibido de parte de él; sé que a Charly le gustó e incluso hay una foto en la que está posando con el libro; Pedro fue parte del trabajo y me expresó su conformidad; y el libro de Fito es muy reciente. Hasta ahora lo que hay es que se lo he enviado con una dedicatoria.
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