HOY SE REALIZA LA SEGUNDA EDICIóN DE LOS PREMIOS JAVIER VILLAFAñE
Antoaneta Madjarova y Juano Villafañe explican el alcance de los premios que otorga el Centro Cultural de la Cooperación, únicos que realizan un recorrido detallados de todas las disciplinas que se involucran en el arte de las historias contadas por muñecos.
› Por Paula Sabatés
Hace dos años, cuando el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini festejó su primera década, Antoaneta Madjarova, actriz, titiritera y coordinadora del Area de Títeres y Espectáculos Infantiles de esa institución, impulsó el Premio Javier Villafañe al teatro de títeres y objetos, único galardón en todo el continente que reconoce específicamente a esa disciplina. Dedicado tanto a obras para niños como para adultos, se trata de un premio que atiende a todas las disciplinas dentro de ese lenguaje escénico. Es así que, además de la producción integral (el premio mayor), se reconocen las distintas labores dentro de un espectáculo. La primera edición tuvo tan buena convocatoria que hoy a las 19.30 se realizará la segunda vuelta, que se entregará de ahora en más cada dos años. Esta vez será en la Sala Solidaridad del centro cultural ubicado en Av. Corrientes 1543, con entrada libre.
“Cuando pensamos este reconocimiento fue porque, en otros premios nacionales, los espectáculos de títeres siempre están mezclados con otras disciplinas escénicas. Creemos que se merecía su distinción, porque es un arte milenario y porque consideramos que es un patrimonio cultural de toda la Argentina. Cada vez hay más producción en el país y es muy importante que las instituciones ayudemos a que se difunda”, cuenta a Página/12 Madjarova, que nació y se formó como titiritera y marionetista en Bulgaria, donde la disciplina tiene mucho lugar. Tanto para ella como para Juano Villafañe, director artístico del CCC e hijo del emblemático titiritero que bautiza al premio, en los últimos años hubo un crecimiento del arte de los muñecos y objetos. “El títere se desplazó de la calle y el retablo a los espacios escénicos y también al mundo académico. En ese recorrido, lógicamente, se multiplicó. Hoy son muchas más las técnicas, los espacios de exhibición y también los públicos. Por eso el centro cultural le da el espacio a la disciplina, y por eso llevamos adelante este premio”, explica este último.
Desde su concepción, los impulsores estuvieron de acuerdo con que el premio distinga tanto obras para chicos como para adultos. Si bien cuenta Madjarova que en la Argentina la tradición de títeres para adultos aún no está tan arraigada como en ciertos países de Europa, el género está creciendo muchísimo, sobre todo gracias a festivales que se le dedican, como el que todos los años organiza el grupo El Bavastel (la edición 2014 empieza el miércoles 19). “La disciplina surge para adultos, porque los primeros espectáculos se hacían de noche cuando oscurecía, y se utilizaban las sombras. Recién en el siglo XX empezó a cambiar el público y desde entonces se considera a los muñecos como puramente infantiles. Pero la historia fue otra”, asegura Madjarova. Villafañe agrega: “Los títeres no son inocentes. No es casual que estuvieran prohibidos durante el franquismo. Son universales y para todo público, pueden decir lo que ni un adulto ni un niño se animan. Tiene esa condición de inimputabilidad”.
Otra cuestión que importaba a los creadores del premio fue que se reconocieran todas las subdisciplinas que integran al teatro de títeres. “El género está relacionado con la poesía, con las artes plásticas, la música, la coreografía, el teatro, la escenografía, la dramaturgia. Reúne a una escala todas las posibilidades que ofrece el arte del espectáculo, con las condiciones de impronta que ofrece a su vez el propio títere. Por eso quisimos premiar todas las disciplinas”, dice Villafañe. Así, entre las categorías a premiar se encuentran Obra Dramática, Versión Libre o Adaptación, Puesta en Escena y Dirección, Diseño y Realización de Escenografía, Diseño de Iluminación, Diseño de Vestuario, Espectáculo Unipersonal, Actriz y Actor, Música Original y Realización Coreográfica. A su vez se otorgarán menciones especiales a instituciones y publicaciones que se especialicen en el terreno teatral particular del premio.
Por último, una particularidad del premio –la más importante, quizás– es que habrá un jurado conformado por niños, encargados de entregar el “Premio especial” a la que consideran la mejor obra para ellos. “No lo hacemos por capricho, sino porque durante el año trabajamos con muchos chicos y consideramos que ellos tenían que participar de la votación. Algunos son muy determinantes, tienen opiniones muy formadas. Y sus votos son muy divididos, porque los miembros de este jurado espacial tienen distintas edades y por ende distinto gusto y nivel de compresión”, desliza Madjarova, quien además dirige al Grupo Kukla, que actualmente tiene en cartel el espectáculo Música maestro.
“Javier Villafañe fue uno de los pioneros y se merecía que el premio llevara su nombre. Todos los titiriteros tienen una relación especial con él. Y además fue uno de los pocos que escribió dramaturgia para títeres y eso es fundamental”, dice Madjarova. “Además fue un representante de lo que proponían las vanguardias. Mi padre vivió y nació en un teatro y trabajó siempre en la relación del arte con la vida. Para él esas dos esferas eran lo mismo”, concluye el director. Lo que recibirán los premiados será una réplica de Trotamundos, el títere favorito de este emblema del espectáculo argentino.
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