El cantor de tangos Roberto “Caracol” Paviotti falleció ayer, a los 65 años, tras ser sometido a una intervención quirúrgica y sufrir posteriormente una insuficiencia renal. Había tenido hacía años un tumor diverticular y sabía que, si bien se trataba de una intervención de riesgo, debía afrontar esa operación para tener la chance de seguir cantando y tocando la guitarra. “No se imaginaba la vida sin música”, sintetizaron sus amigos. Según contó su compañera Marisa, el jueves pasado, antes de ingresar a la sala de operaciones y rodeado de algunos de los músicos de su grupo pidió cantar “Nieblas del riachuelo”. “Se fue pleno”, expresaron sus allegados. Caracol había nacido el 3 de marzo de 1950 en La Plata. Tenía una voz de barítono firme y serena, un sobrenombre que ganó por un amor imposible de la infancia y muchas anécdotas que dieron fe de su condición de “tanguero de ley”. Como una declaración de principios, como un modo de definirse a sí mismo y a su oficio, llamó a uno de sus discos Cantar, tomando la poesía de Héctor Negro: “Cantar sin sentir es pasar sin vivir”, entonaba el tanguero platense. El velatorio se lleva a cabo hasta hoy a las 9, en la cochería de la calle 12, entre 68 y 69, La Plata. Sus restos serán cremados.