El diluvio que viene, la comedia musical compuesta originalmente en italiano por la pareja de autores de cine y teatro Garinei-Giovanni, será reestrenada el próximo viernes en el Teatro Opera (Av. Corrientes 860). Esta puesta en escena, que se extenderá durante 8 funciones y está dirigida por Manuel González Gil, contará con el debut como protagonista de Sabrina Artaza, a quien acompañarán el actor e ilusionista Juan Durán, Deborha Turza, Pablo Nápoli y Juan Bautista Carreras. El espectáculo pondrá en escena a doce bailarines, y la coreografía está a cargo de Rubén Cuello. Titulada originalmente Aggiungi un posto a tavola, la obra se estrenó en el Teatro Sistina de Roma el 8 de diciembre de 1974 y el 11 de mayo de 1977 el musical vio la luz por primera vez en castellano, bajo el título de El diluvio que viene, en el Teatro Monumental de Madrid. A la Argentina llegó por impulso de Nati Mistral y Alberto Closas, que se asociaron como productores y bajo el nombre de Tabarca la trajeron con la idea de estrenarla en el teatro Avenida. Sin embargo, dos días antes del estreno, el teatro se incendió. Aunque su escenario, las luces y la utilería se salvaron del fuego, el estreno de la obra era imposible allí. A horas de enterarse, el empresario teatral Alejandro Romay puso a disposición el teatro El Nacional y el 19 de abril de 1979, tres semanas después del siniestro en el Avenida, El diluvio que viene fue estrenado en Buenos Aires. La historia comienza cuando el padre Silvestre, párroco de un pequeño pueblo de montaña, recibe una llamada telefónica inesperada: Dios en persona le ordena que prepare un Arca en vistas a un Segundo Diluvio Universal. El joven párroco, ayudado por su pueblo, tropieza con un sinnúmero de obstáculos, incluida la oposición tenaz de Crispín, el Alcalde, quien hará todo lo posible para que no se construya. Finalmente tendrá éxito en su empresa, pero el Arca nunca zarpará. Silvestre, que nunca se da por vencido, deberá observar aterrorizado el cataclismo junto a la hija del Alcalde, Clementina, decididos a no abandonar su pueblo, al tiempo que Dios ve cómo fracasa su proyecto y decide detener el diluvio y frenar las enmarañadas historias que se tejen en la ciudad.