Ayer por la tarde, el ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido, anunció a su reemplazante en la dirección del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), del cual estuvo al frente en las últimas ediciones. Se trata de Federico Irazábal, crítico, periodista y licenciado en Artes Combinadas por la Universidad de Buenos Aires, quien se hará cargo de la programación de la próxima edición del festival, que será en 2017. “El FIBA llega en un momento de mi vida en el que me siento, además de gratamente sorprendido por la propuesta, con la capacidad y el deseo para afrontar el desafío. Por un lado, por lo que hace a mi conocimiento, siempre finito, siempre limitado e inacabado, sobre la escena del mundo, pero también por lo que ha sido mi recorrido dentro del propio FIBA”, expresó el flamante funcionario.

El FIBA se realiza cada dos años y convoca en la ciudad de Buenos Aires a destacadas expresiones teatrales y de danza de la Argentina y el mundo. En sus diez ediciones (el año pasado se festejó la primera década), el festival ha venido funcionando como una doble vidriera: por un lado, el público porteño tiene la posibilidad de ver, durante casi un mes, a los más reconocidos creadores de la escena mundial. Por otro, los programadores extranjeros invitados especialmente conocen a los teatristas locales, a los que luego convocan para giras y trabajos en sus respectivos países. Con más o menos polémicas en torno a la programación de cada edición, el FIBA se ha instalado entre los festivales de artes escénicas más importantes de América latina.

“Es un honor que un profesional con tanto conocimiento del teatro internacional como Federico Irazábal haya aceptado este desa- fío. Estoy seguro de que la próxima edición del FIBA con su aporte contará con expresiones teatrales del mundo de la mayor calidad”, destacó Lopérfido, que habló con Página/12 y aclaró que él ya había decidido no estar al frente del FIBA al cierre de la pasada edición. Lo dicho se da en el marco del pedido de renuncia “a todos sus cargos” que la comunidad artística y organismos de derechos humanos pidieron el lunes al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta. Según el ministro, entonces, a este cargo ya había renunciado en diciembre, aunque hasta ahora no lo había anunciado.

A la hora de elegir su sucesor, Lopérfido tuvo en cuenta la trayectoria que Irazábal ya tuvo en ediciones anteriores del FIBA, como colaborador en distintas áreas o tareas dentro del festival. “Llego a la dirección artística con ese recorrido y con un fuerte compromiso, desde siempre, con un festival que me ayudó a cambiar la mirada que tenía sobre el teatro”, dijo al respecto el propio Irazábal, que pronto deberá iniciar conversaciones (y negociaciones) con elencos y creadores de todo el mundo.