Mié 31.08.2016
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EL FESTIVAL DE CINE LATINARAB LLEGA A SU SEXTA EDICIóN CONSECUTIVA

Un modo de descorrer el velo mediático

Desde mañana y hasta el 12 de septiembre, LatinArab se desarrollará en diferentes salas porteñas, con el Espacio Incaa Gaumont como epicentro. Además de la competencia de largos árabes, con varios films inéditos en el país, habrá una semana del cine egipcio.

› Por Oscar Ranzani

Después de seis años, el Festival de Cine LatinArab llega a una nueva edición consolidado como el evento latinoamericano que congrega a las cinematografías e industrias árabes en en el continente. Como cada año, la muestra organizada por la Asociación Cine Fértil ofrecerá el reencuentro con aquellos pueblos y sus historias como una manera de sortear los prejuicios y las diferencias que se producen por el velo mediático y la distancia geográfica. Desde mañana y hasta el 12 de septiembre, LatinArab se desarrollará en diferentes salas porteñas, con el Espacio Incaa Gaumont como epicentro. Su programación incluye secciones competitivas de cortos y largometrajes árabes y una competencia latinoamericana, compuestas por 56 películas de 29 países.

“La sexta edición de LatinArab mantiene los mismos objetivos de seguir ganando audiencias. Y audiencias que van generando sus propias culturas en relación a la puesta en día que tienen sobre la actualidad del cine árabe y el estado del arte en el mundo de los países árabes. La formación de audiencias es un objetivo básico del festival”, comenta Edgardo Bechara El Khoury, director ejecutivo de Cine Fértil y de la muestra. El otro objetivo tiene que ver con generar relaciones de industria. En ese sentido, Bechara El Khoury recuerda que ya se había comenzado con la primera convocatoria del Banco de Proyectos Latinoárabes de Cine y Televisión. “Este año vamos a anunciar algo muy importante: la realización del Primer Foro de Coproducción LatinoArabe en el marco del 31º Festival Internacional de Cien de Mar del Plata. Para nosotros es un salto cualitativo muy importante poder estar dentro del certamen, con apoyo del Incaa, y encontrarnos con audiencias muy importantes y, al mismo tiempo, con la industria cinematográfica latinoamericana y mundial que se da lugar en Mar del Plata para plantear este escenario inédito en las relaciones sur-sur entre América latina y los países árabes”, explica.

La película elegida para la apertura –mañana a las 20.30 en el Gaumont– es The Idol, de Hany Abu-Assad, primer largometraje de ficción rodado en Gaza en veinte años. El director dos veces nominado al Oscar sigue la improbable historia de Mohammad Assaf, un aspirante a cantante que resultó ganador de la competencia de canto televisiva Arab Idol en 2013. “Es una película sobre el joven que se presentó en el concurso estilo American Idol, pero en Egipto, y terminó ganando la competencia, después de muchas peripecias y angustias. Eso fue para los palestinos un respaldo anímico e identitario muy fuerte porque una de las cosas que planteaba el cantante era que la voz de los palestinos tenía que ser oída y por eso él quería llegar a ese concurso sorteando todo tipo de dificultades”, reconoce Bechara El Khoury. “Es una película que nos va a cruzar transversalmente en edades, identidades, profesiones, géneros, muy disfrutable para toda la familia”, agrega.

El director artístico de LatinArab, Christian Mouroux, señala que otra de las películas valiosas en la competencia de largos árabes es Haz pasar hambre a tu perro, del marroquí Hicham Lasri. “Como dijo una de nuestras programadoras, si el cine árabe tuviera un movimiento punk, el director sería su Johnny Rotten porque Lasri es un realizador que, con cada película, sigue doblando la apuesta de hasta dónde puede seguir explorando con la imagen, con el sentido, con el sonido y hasta qué punto es posible la disrupción y encontrar un punto con el disfrute. Es un director para seguir con mucha atención”, advierte Mouroux. La historia de ficción se sitúa en el último día de Ramadán. Un equipo improvisado de técnicos se encuentra en un desgastado estudio de televisión de Marruecos para filmar aquello que su directora, Rita, promete, será la entrevista de sus vidas: con Driss Basri, el temido Ministro del Interior del régimen de terror del pasado monarca. Basri decide develar los oscuros secretos de la monarquía exclusivamente a Rita, otrora una periodista de vanguardia desesperada por su regreso. Pero el equipo está tan dividido que es incierto si lograrán terminar.

De la misma competencia, Mouroux también recomienda El valle, de Ghassan Salhab: “Es muy intrigante e inquietante. Es difícil descifrarlo. Es como si fuera una película de David Lynch, pero al mismo tiempo, situada en un futuro incierto aunque no muy lejano y que genera algo que se ve bastante en el cine libanés en general: que una catástrofe pueda estar sucediendo en cualquier momento. Y provoca una sensación bastante agorafóbica por estar rodeado por situaciones que puedan explotar en cualquier momento”, subraya Mouroux.

Al abrir mis ojos es la ópera prima de la directora tunecina Leyla Bouzid, a quien el director artístico de la muestra la considera “muy talentosa porque muestra un nivel y una atención por los detalles, sobre todo los que tienen que ver con el comportamiento humano. Y también es un trabajo musical inmenso”. Al abrir mis ojos aborda la historia de una adolescente que está terminando el secundario y que va a empezar a estudiar medicina en Túnez pero que, al mismo tiempo, es la líder de una banda punk. “Muestra los tironeos que le genera seguir una vida normal (en el sentido de lo que se espera de ella) o seguir su verdadera vocación. Todo esto sucede en el inicio de la Revolución de la Dignidad”, completa Mouroux.

Este año se le cambió la nomenclatura al Panorama LatinArab por “Competencia de Largometrajes Latinoamericanos”. El motivo lo explica Bechara El Khoury: “La decisión de cambiarle el nombre es que cada vez se hacen más películas nacionales y latinoamericanas sobre temática árabe: desde Beirut Buenos Aires Beirut, de Hernán Belón, y Habi la extranjera, de María Florencia Alvarez, a Camino a La Paz, de Francisco Barone, que se estrenó este año, al igual que Palestinos Go Home, de Silvia Maturana y Pablo Navarro Espejo. Son una multiplicidad de películas que empiezan a encontrar en América latina una escena y un espacio y una identidad propia al hablar de cosas de allá que tienen que ver con nosotros y cosas nuestras que tienen que ver con los países árabes. Así que esto ya se ha ganado una escena en el festival”. Por otro lado, Mouroux completa la idea: “No sólo hay películas latinoamericanas que hablan de temas árabes sino que hemos encontrado las que recorren el camino inverso: de los países árabes hacia América latina”. En Camino a La Paz, Rodrigo de la Serna encarna a un remisero que acepta llevar hasta el Altiplano boliviano a un anciano musulmán, con el que entabla una relación en principio conflictiva y, a la larga, muy profunda. “No da la sensación de que fuera una ópera prima por la madurez inusitada para una primera película”, asegura Mouroux.

Durante la sexta edición del LatinArab se desarrollará la Semana del Cine Egipcio. “Cuando incorporamos la categoría País Invitado en el festival, Egipto estuvo en nuestra decisión todo el tiempo. Incluso fue una decisión que pensamos que nos iba a llevar una década por el volumen del cine egipcio, por su importancia, por la profundidad que tienen las películas. Fue el primer país árabe en tener una industria de cine y por las dimensiones como productor cinematográfico sigue siendo aún hoy, en contextos de crisis político-social, el productor más importante de la región”, explica Bechara El Khoury.

* Programación, sedes y horarios: www.cinefertil.org/latinarab

Edgardo Bechara El Khoury y Christian Mouroux, organizadores. Foto Alejandro Leiva

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