Martes, 11 de octubre de 2016 | Hoy
HOY COMIENZA UNA NUEVA EDICIóN DEL FESTIVAL DE CINE MIGRANTE
“El objetivo del festival es propiciar un espacio cinematográfico de alta calidad que pueda dar cuenta de lo que significa hoy la migración en la contemporaneidad. Y defender algo que para nosotros es esencial: el derecho a movernos por el territorio”, señalan los organizadores.
Por Oscar Ranzani
La problemática migratoria se ha ido incrementando a la par de las asimetrías entre los países centrales y los periféricos. El año pasado, el tema comenzó a “existir” en los medios a raíz del drama de los refugiados sirios que desnudó las discriminatorias políticas migratorias de Europa y que terminó de dejar claro para quienes todavía no lo sabían, o miraban para un costado, lo que implica el hambre en el mundo y la necesidad de encontrar un destino mejor. Pero esto no sucede sólo en Siria: se sabe de la desesperante situación de los centroamericanos que intentan traspasar las fronteras entre México y Estados Unidos y ni qué hablar de los africanos que huyen hacinados en pateras hacia el Viejo Continente. La Asociación Civil Cine Migrante viene dando cuenta de las distintas problemáticas desde que organiza hace siete años el Festival de Cine Migrante, en conjunto con el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), el Centro de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional Tres de Febrero y el Centro Cultural Paco Urondo de la Universidad de Buenos Aires. Desde hoy y hasta el 19 de octubre la séptima edición de la muestra cinematográfica ofrecerá 135 películas de los distintos continentes en el Espacio Incaa Gaumont y otras salas de la ciudad.
“El objetivo del festival es propiciar un espacio cinematográfico de alta calidad que pueda dar cuenta de lo que significa hoy la migración en la contemporaneidad. Es poder entender la complejidad de la movilidad humana y encontrar algo que para nosotros es esencial: el derecho a movernos por el territorio”, señala Florencia Mazzadi, directora del Festival Cine Migrante. La muestra cumple siete años, con lo cual, año a año las curadurías van siendo de una reflexión que se va haciendo con el público. El objetivo que se suma en esta edición “es una sección central que permita entender lo que implica la movilidad humana como componente político en lo que hoy se observa como movilidad masiva; por ejemplo, la migración que está intentando ingresar a Europa o a los Estados Unidos. Hay que entender no solamente desde un lugar victimizante sino que esa movilidad implica una disrupción del sistema”, agrega Mazzadi.
El film de apertura es el documental Les Sauteurs, de Estephan Wagner, que se poyectará hoy a las 20 en el Incaa-Gaumont. El film se sitúa al norte de Marruecos donde está el enclave español de Melilla: tierra europea y africana. En sus montañas viven miles de personas deseando migrar, viendo la cerca que divide a Marruecos de España. Abou, proveniente de Mali, es uno de ellos, el protagonista frente a cámara y también la persona detrás de ella. Por más de un año ha intentado sin cesar de saltar la cerca, evadir el alambre de púas, el gas pimienta y la brutalidad de las autoridades. Luego de cada intento fallido, “los que saltan” (les sateurs del título) vuelven a sus pueblos de origen para tratar de armarse de valor nuevamente.
De Colombia proviene Siembra, ficción de Santiago Lozano Alvarez, aborda la historia de Turco, un pescador de la costa pacífica que desea regresar a la tierra que abandonó hace tres años, en compañía de su hijo Yosner, a causa de un conflicto armado. Otro título fuerte es de Turquía y fue realizado por Zaynê Akyol. Se trata de Gulîstan, Tierra de Rosas: un grupo de mujeres combatientes que pertenecen al brazo armado del PKK, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, tienen como objetivo defender el territorio kurdo en Irak y Siria enfrentando, entre otros enemigos, al Estado Islámico y, a la vez, promover un ideal revolucionario de empoderamiento de la mujeres. Coproducción mexicano-canadiense, Historias de dos que soñaron, de Andrea Bussmán y Nicolás Pereda, es una suerte de mezcla entre ficción y documental que sigue a una familia de gitanos húngaros que han solicitado asilo en Canadá y que viven en un gran complejo habitacional en Toronto. La película registra su vida cotidiana e indaga en sus sueños y esperanzas.
“Aquí en Argentina, se acaba de aprobar hace quince días un espacio para ser un centro de detención para migrantes. Este centro de detención, de instalarse, sería absolutamente contrario a la ley vigente y nuestro país sería el primero de America latina en instalar una cárcel para migrantes”, comenta Mazzadi. Ese fue el motivo de incorporar la Sección Urgente. “No es una sección curatorial, ni competitiva, porque no son películas que hayan llegado este año sino que las hemos exhibido en otras ediciones de Cine Migrante y que durante todo este tiempo pensábamos que eran situaciones absolutamente vejatorias de los derechos humanos, pero las mirábamos como extrañas y hoy puede suceder aquí”, denuncia la directora del festival.
Una de las películas que integran esta sección es Vol Special, del suizo Fernand Melgar, que aborda la situación de cientos de mujeres y hombres que cada año son arrestados sin juicio previo o sentencia. Simplemente porque se quedan ilegalmente en el país son privados de su libertad durante 18 meses antes de ser deportados. Otro de los films de Sección Urgente es el francés La mort du dieu Serpent, de Damien Froidevaux: este documental presenta la historia de Koumba, de 20 años que luego de una lucha callejera que sale mal es expulsada de Francia a Senegal. Al país galo había llegado cuando tenía tan solo dos años y se descuidó de pedir la nacionalidad francesa cuando tenía 18.
* Programación completa, sedes y horarios: cinemigrante.org.
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