“ANSIEDAD A LA VISTA”
Cuando la fobia se traduce en arte
La muestra cuenta con el apoyo de la ganadora del Nobel, Elfriede Jelinek.
Por Oscar Ranzani
Guadalupe es una fotógrafa de 28 años que se dedica a cubrir eventos y que en sus ratos libres escribe poesías. Tiene talento pero, al igual que muchas otras personas, la ansiedad le jugó una mala pasada. Sin embargo, no le impidió desarrollar profesionalmente su vocación, al menos desde que empezó a tratarse. “Cuando empezás a trabajar, la ansiedad tiene cosas positivas y negativas”, cuenta a Página/12. “Lo negativo es porque te frena, te bloquea, te dan miedo muchas cosas y no podés avanzar”, explica. Lo positivo del proceso, según relata Guadalupe, es que ella pudo transformarla en una especie de motor que la impulsa a crear. Hace poco Guadalupe fue a un hospital neuropsiquiátrico a realizar un ensayo fotográfico. Ese ensayo, finalmente compuesto por seis fotos, es ahora parte de la muestra Ansiedad a la vista, que se inaugura hoy a las 19 en el Centro Cultural Borges (Viamonte y San Martín) y que podrá visitarse hasta el domingo.
Ansiedad a la vista está organizada por la Asociación Ayuda, una institución dedicada al tratamiento, investigación y recuperación de trastornos de ansiedad. La exposición del Borges está integrada por pinturas, caricaturas, fotografías, poesías y esculturas de artistas –todos ellos pacientes de Ayuda– que tuvieron alguna dificultad en su carrera a causa de la ansiedad, o que directamente la interrumpieron por los miedos a exponerse. Los trabajos toman como punto de partida el tema de la ansiedad, pero el tratamiento es libre. Ansiedad a la vista cuenta con el apoyo de la prestigiosa escritora austríaca Elfriede Jelinek, ganadora del Premio Nobel de Literatura 2004, y que a su vez padece de fobia social. Incluso, la autora de La pianista escribió un texto dedicado a estos artistas que se podrá leer en el Borges (ver aparte).
Juan Ignacio, de 29 años, expondrá unas caricaturas de personalidades tan diferentes como Angelina Jolie, Marilyn Monroe, Roger Federer, Enrique Pinti y Carlos Gardel. Juan Ignacio estudió Diseño Industrial en la UBA pero, según relata, “me quedé en el camino por el tema de la ansiedad”. Después logró que su vida volviera a tomar impulso, cursó la carrera de Artes Visuales en el IUNA y aprendió a afrontar su problemática. Junto a las caricaturas, presentará unas pinturas en las que trata de expresar “sentimientos y sensaciones con imágenes”.
Alejandro tiene 72 años y su contacto con el arte empezó después de jubilarse como técnico mecánico. “Había un filósofo que decía que al amor o a la vocación se les puede ser o no fiel. Y yo le fui infiel a mi vocación”, confiesa. Sin embargo, a los 65 años se comprometió con la pintura después de conectarse con artistas de Lanús, donde siempre vivió. A pesar de ello, su pasión se vio interrumpida por una operación de corazón que derivó en un trastorno de ansiedad. “Pintaba, pero era algo compulsivo. No podía manifestarme de la manera que lo venía haciendo”, comenta. Poco a poco, el mecánico fue saliendo del encierro, hasta que volvió a agarrar el pincel de la manera que más le gustaba. En la muestra, Alejandro va a presentar tres cuadros, uno de los cuales se titula Libre y sin ansiedades. “Yo pinto figurativo”, expresa. “Entonces, traté de llevar a lo figurativo un sentimiento, una forma de expresar ese malestar que fui superando”.
Carlos tiene 48 años y, al igual que Alejandro, se dedica a la pintura, pero en su caso desde pequeño. Tiene una particularidad en su método de creación: primero dibuja con el programa Photoshop en la computadora y después pinta el resultado en la tela, aunque “sufre modificaciones”, según aclara. Carlos se dedica al arte después de su rutina en una oficina. De chico aprendió teatro y escribía poesías, además de pintar “hasta que la ansiedad me fue quitando ganas y después no pude salir, viajar en colectivo ni ir a comprar las pinturas”, recuerda. Pero al fin tuvo revancha y volvió a pintar. En Ansiedad a la vista presentará dos cuadros que, dice “son muy simbólicos”. “La escritura es muy especial porque quedás bien expuesto”, explica a su vez Lucas, de 31 años. “Otras cosas las podés dibujar más o menos, pero ahí decís lo que decís”, agrega. Además de textos relacionados con la ansiedad, Lucas escribe sobre temas sociales y sobre el tango.