Martes, 20 de marzo de 2007 | Hoy
EN EL AÑO DEL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE HOMERO MANZI
Bajo el lema “Manzi somos todos”, la Secretaría de Cultura de la Nación propone una serie de actividades en su honor.
Por Cristian Vitale
Un viejo proverbio, apócrifo, dice que sólo mueren en serio aquellos que nunca vivieron. Por pluma prolífica, argentinidad combativa, pasión y tacto popular, queda claro de qué lado está Homero Manzi. Es apenas un detalle que lo hayan enterrado el 3 de mayo de 1951, cuando tenía 44 años. Tan solo un dato olvidable y bibliográfico. El 1º de noviembre, Manzi cumple cien años y la Secretaría de Cultura de la Nación, atenta al dato, lo festejará transformando la patria en un colosal pelotero cultural. Un cumple al que todos –morochos, rubios, mestizos, grises– están invitados. Bajo el inclusivo slogan “Manzi somos todos”, caro a FORJA y el protoperonismo, una de la actividades consiste en un concurso en el que no hace falta ser un intelligente para entrar. La Secretaría tendió una línea de subsidios de hasta 20 mil pesos con el objetivo de inspirar a todas aquellas personas –físicas o jurídicas– que presenten proyectos relacionados con los múltiples roles que cumplió este tal Homero Nicolás Manzione: artista, gremialista, periodista, poeta y político. La tarjeta de invitación –le dicen formulario– la baja cualquiera del sitio www.cultura.gov.ar y una comisión de jurados –José Nun, Acho Manzi y Guillermo Moranchel, coordinador del programa– es la encargada de elegir cada proyecto.
Las líneas de trabajo son tres: acciones tendientes a reflejar al Manzi poeta, “compositor de tangos inmortales”; acciones destinadas a difundir al Manzi fundador de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina que, junto con Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche y Gabriel del Mazo, construyó el cimiento de aquella patria justa y libre, y al Manzi comunicador... hombre de radio, teatro y cine. Y quedan varios meses para interiorizarse. Otra de las actividades radica en reinstalar su figura en las escuelas, luego del sostenido vaciamiento al que la cultura criolla estuvo expuesta –con pocas excepciones– en los últimos 50 años. El programa, motorizado por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, se llama “Manzi en la escuela”, llegará a 44 mil establecimientos y busca estimular la investigación, la creación artística y literaria de niños y jóvenes, con el cumpleañero como musa. El concurso está dirigido a los alumnos de todas las escuelas primarias y secundarias del país y la participación podrá ser individual o en grupos de hasta cinco personas. La categoría uno incluye a las escuelas primarias, cuyos alumnos participarán mediante dibujos, pinturas y collages. Y la dos, dirigida a estudiantes secundarios, consiste en poesías, ensayos, artículos o narraciones. ¿Premios?: viajes culturales, libros y videos. Las bases del concurso están en la página web del ministerio.
Las otras labores, que se extenderán durante todo el año, se subdividen en el libro Manzi por cien, en el que cien personalidades de la cultura ilustran, retratan al personaje y escriben sobre su obra; la proyección del documental ¿Dónde está Manzi?; un ciclo de conferencias llamado “Manzi, nacional y popular”, la grabación de un cd –con versiones actuales de sus tangos– cuya presentación en vivo será por todo el país y un homenaje en Añatuya, su ciudad natal, que incluirá un emplazamiento testimonial. “Nuestra propuesta no es sólo hablar del Manzi artista, sino del hombre de la política comprometido con la realidad de su tiempo, que desconocía los sistemas partidarios”, dijo Nun, días pasados, durante el lanzamiento de los festejos en la esquina de San Juan y Boedo. Daniel Filmus, en la misma ocasión, explicó la esencia del proyecto escolar. “Queremos que la cultura popular esté dentro de la escuela.” El acto congregó, además, a José Colangelo, Néstor Marconi, Eduardo Bergara Leumann, Horacio Molina, Raúl Carnota, Alejandro Dolina, Miguel Rep, Hermenegildo Sábat, Osvaldo Piro, María José Demare, el Tata Cedrón y Miguel Angel Estrella.
Retrospectiva: 44 años le sobraron al hombre para demostrar que vivió viviendo. Que nunca murió. Santiagueño de cuna, a los siete años Homero ya estaba en Buenos Aires, destinado a convertirse en el maldito que fue. Puntualmente en la populosa Pompeya, origen de la bellísima pluma que destilan “Barrio de tango” y, claro, “Sur”. De él –junto a Sebastián Piana– son, además, “Milonga sentimental”, “Milonga triste”, “De barro”, “Paisaje” y “Viejo ciego”. De él, pero con Troilo, “Che Bandoneón”, “Discepolín” y “Romance de barrio”. También fue el ideólogo de “Malena”, “Tal vez será mi alcohol”, “Fruta amarga” y “Monte criollo”. En cine, escribió los guiones de buena parte de la época de oro: La guerra gaucha, El viejo Hucha (1942) y Escuela de campeones (1950), entre ellos.
En territorio militante, Manzi fue uno de los cuadros más lúcidos de FORJA. Como docente, integró la frustrada resistencia al golpe de José Félix Uriburu en 1930 –lo expulsaron de la universidad por ello–, creó la revista El micrófono, fundó, junto a Francisco Petrone, Enrique Muiño y Sebastián Chiola, Autores Unidos de la República Argentina y Artistas Argentinos Asociados. Y fue presidente de Sadaic entre 1948 y 1951..., años de polémicas encendidas –lo expulsaron de la UCR por negarse a apoyar la fórmula de la Unión Democrática en las elecciones de 1946– y un abrazo sanguíneo al primer peronismo que él, y muchos, entendieron como la concreción natural del ideario forjiano. Escribió mucho y nítido. Un aforismo, clave en su pensar, demuestra piel de pueblo. “En lugar de ser hombre de letras, he decidido hacer letras para los hombres.” Otro, el olfato estético de un ser que detectó en la música signos fuertes de identidad. “Las canciones de la tierra volverán a nutrirnos de savia auténtica...” Al fin, un hombre completo: un hombre del renacimiento, pero argentino.
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