Viernes, 29 de junio de 2007 | Hoy
EL BUEN PASTOR
de Robert De Niro.
Con Matt Damon, Angelina Jolie y Michael Gambon.
2006, 167 min.
AVH.
Injustamente desvalorizada en el momento de su estreno, la segunda película dirigida por Robert De Niro está narrada con el mismo laconismo que el actor suele ofrecer en sus apariciones públicas. Sobre guión del talentoso Eric Roth (a quien se debe El informante, entre otras), El buen pastor despliega la vasta saga de la CIA, desde el momento de su creación hasta el episodio de Bahía de Cochinos. Esa historia está vista a través de los ojos de una alta autoridad de la agencia, cuya neurótica, letal relación con padre e hijo es como el eco de la ópera prima de De Niro, Una luz en el infierno. Oscura, pausada y con varias capas de interés, El buen pastor justifica largamente su considerable extensión.
EL ULTIMO REY DE ESCOCIA
de Kevin MacDonald.
Con Forest Whitaker y James McAvoy.
2006, 121 min.
Gativideo.
Una de las personalidades más demenciales de la historia reciente, el dictador ugandés Idi Amin Dada había sido objeto, en los años ’70, de un legendario documental dirigido por Barbet Schroeder. Aquí aparece confrontado con un personaje ficticio, un muchacho escocés que, huyendo de la figura de un persecutorio progenitor, hallará, en el centro de Africa, una figura paterna más fascinante e infinitamente más peligrosa. Figura cuya enormidad (no sólo física) es como boccato di cardinale para cualquier ficción. Y para cualquier actor, convite al que el notable Forest Whitaker le saca todo el jugo. Colorida y exuberante, El último rey... funciona mejor en términos de entretenimiento que de reflexión.
MIS GLORIOSOS HERMANOS
de Jean Marc Vallée.
Con Marc-André Grondin y Michel Cote.
2005, 127 min.
Transeuropa.
Estrenada en Argentina con un título que nada que ver (el original es C.R.A.Z.Y.), esta película canadiense es tan ambiciosa, recargada y despareja como se supone que una ópera prima debe ser. Extendiéndose de los ’60 a los ’80, cuenta la historia de un chico nacido de una familia numerosa de clase media baja, tirando a retrógrada. Llegado a la adolescencia, su equitativo deseo por una prima y por su novio agudizará el enfrentamiento con el padre. Con un fuerte aire de época, marcada presencia del rock de los ’70 y notables actuaciones, el carácter ambiguo de los protagonistas es uno de sus grandes méritos. Pero le sobra metraje y melodrama, y ciertas ideas visuales lindan con la grasada.
ARAHAN, GUERRERO INVENCIBLE
de Ryoo Seung-wan.
Con Ryu Seung-beom y Yoon So-yi.
2004, 114 min.
SBP.
En la línea del hongkonés Stephen Chow (de quien en Argentina se conocieron Fútbol Kung-fu y Kung-fusión), el joven cineasta coreano Ryoo Seung-wan incursiona en el subgénero comedia de artes marciales con muchos efectos especiales. El protagonista, policía bastante lelo, un día se topa con una chica con ciertos superpoderes y termina como discípulo de unos maestros taoístas de las artes marciales, capaces de levitar o provocar desastres con sólo mostrar la palma de la mano. El problema de Arahan es confundir ingenuidad con bobaliconería, con lo cual queda bastante por debajo del humor naïf de Chow. Para no hablar de Jackie Chan, lo cual sería como comparar el chop-suey con la mortadela.
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