Viernes, 13 de julio de 2007 | Hoy
VALE TANGO, EL PROYECTO GRUPAL DEL PIANISTA ANDRES LINETZKY
La agrupación acaba de editar el CD doble Tango baile, con un volumen dedicado a la modalidad “salón” y otro para “escenario”.
Tango pensado especialmente para los bailarines, con una impronta actual de calidad y los sonidos de las milongas de hoy. Vale Tango, la agrupación que dirige el virtuoso pianista Andrés Linetzky, se tomó más de dos años para crear un material inspirado en el pulso de las pistas, en las marcaciones con que los bailarines se lucen en las milongas del mundo. Ahora acaban de editar el CD doble Tango baile, con un volumen dedicado al tango salón, y otro para el tango escenario, donde hay lugar para algunas instrumentaciones electrónicas. Van por más: ya están ensayando un musical basado en este material, además de preparar la grabación de un DVD. Hoy a partir de las 23.30 presentarán su disco en una milonga emblemática, La Viruta, en Armenia 1366.
Linetzky es uno de los representantes de la nueva guardia del tango, compositor que heredó de Salgán (fue uno de sus escasos alumnos) las armas para crear un estilo propio. Integrada por Federico Pereiro, Nicolás Capsiski, Ariel Espandrio, Pedro Pablo Pedroso y Nicolás Zacarías, y con la participación de Lidia Borda y Esteban Riera como cantantes invitados, Vale Tango actuó en los escenarios del mundo desde su creación en 2002, con participaciones como la de la película Assasination tango, de Robert Duvall, y a esta altura ya tienen una historia para analizar: “Sin darnos cuenta, repetimos la historia del tango: el primer disco tiene un corte más de la guardia vieja, en el segundo homenajeamos a (Agustín) Bardi, y ahora vamos con el baile, Es un recorrido similar al que siguió el género”, analiza Linetzky.
–¿Por qué hacer un CD especialmente pensado para bailarines?
–Hace mucho que estamos trabajando con bailarines, son muchos años de ir a la milonga, y además yo soy director musical de Tango x dos. Nos dimos cuenta de que éste era un buen momento para volcar todo lo que aprendimos de los bailarines, y a la vez darles las herramientas que necesitan. Así que decidimos armar un CD para que los bailarines tengan un repertorio nuevo, pensado especialmente para el tango escenario y para el de salón, cada uno con sus características distintivas.
–¿Y cuáles son esas herramientas que les faltan a los bailarines?
–No es que les faltan, están acostumbrados a bailar con música de la década del ’40, no se volvió a hacer nada pensado para ellos. Después de un análisis exhaustivo, tratamos de sacarle el jugo a la pulsación que se tiene que escuchar para bailar, al mejor marcado del tempo. Por eso D’Arienzo fue tan amado por los bailarines, lo más importante para él era la marcación de los pulsos. Decía que había que tocar como si hubiera soldados marchando, eso me lo contó Emilio Balcarce. Desde ahí, uno puede encontrar las mil variantes para hacer su propio tango bailable. Nosotros teníamos tanto material que terminamos dividiendo el trabajo para la milonga, que es un estilo más íntimo, y por otro lado para el baile de escenario, que es más para mostrarse hacia afuera, y por lo tanto más espectacular. La música también tiene que acentuar eso.
–¿Y por qué D’Arienzo es menospreciado por tantos tangueros?
–En realidad, la gente que es muy del palo lo tiene ahí arriba; el tema es que D’Arienzo terminó caricaturizándose a sí mismo: para retener toda esa popularidad que tenía, terminó haciendo cosas de muy mal gusto, pero eso fue hacia el final de su carrera, a partir del ’60. Nadie puede dudar de que es uno de los más importantes referentes del tango, un tipo que marcó un hito. De hecho, en el ’40 orquestas como la de Troilo o Fresedo, y tantas otras, arrancaron tocando igual que él, siguiendo su estilo. De todos modos, creo que en la forma en que algunos menosprecian a D’Arienzo hay un prejuicio escondido: a veces se confunde, se cree que la música para bailar es más básica que la que es “para escuchar”. En cierta medida tienen razón, hay que ser capaz de cierta síntesis cuando se toca para que otros bailen, pero eso no implica que la música tenga que ser de menor calidad. El tango bailable puede ser glorioso.
–¿Cuál es hoy el top ten de los compositores preferidos por los bailarines?
–D’Arienzo, Caló, Canaro, Di Sarli, Troilo y Pugliese, aunque quizá sea arbitrario marcarlo así. En el caso del tango escenario, es mucho más ecléctico, hay “hits” que se repiten como “Tango forever” o cosas hechas a dúo, pero toman de todo.
–¿Por qué incorporaron la electrónica, aun cuando no son una agrupación de tango electrónico?
–Porque hoy forma parte de la escena, tiene un lugar propio. En las milongas de todo el mundo hay una tanda de tango electrónico. El tema es que muchas veces esta música está hecha por DJ’s que hacen música electrónica, que no tienen mucha idea de tango y agregan un par de bandoneones. Hay algo incontrastable: el fenómeno de la danza es imparable en el mundo, mucho más grande que el de la música del tango.
–¿En qué se verifica ese fenómeno?
–Lo que más me sorprende es que la milonga se transformó en una especie de McDonald’s. No hay pueblo del mundo donde no haya una milonga. Podés poner el dedo en el mapa y va a saltar algún lugar donde se baile tango. Nadie hubiera imaginado un furor semejante.
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