Agentes del FBI allanaron el “Museo y Biblioteca de las Artes de Conjuración”, es decir, el depósito en el que el famoso ilusionista norteamericano David Copperfield guarda los objetos que ha ido recolectando por el mundo en sus giras. La mayor parte de esos objetos están vinculados con trucos de magia. Pero el único inconveniente para el prestidigitador –que ha sorprendido al público haciendo desaparecer un transbordador espacial y la mismísima Muralla China– es que, además de la miríada de objetos “mágicos”, los agentes del Bureau encontraron dos millones de dólares en efectivo que no pudo hacer desaparecer y le fueron confiscados. También se llevaron el disco rígido de una computadora y la tarjeta de memoria de una cámara digital. “Entendemos que hubo un allanamiento y estamos en contacto con los investigadores”, aseguró David Chesnoff, abogado de Copperfield, “pero respetamos la reserva que rodea la pesquisa”. Mientras tanto, el ilusionista aguarda el resultado del operativo, del que todavía no se sabe qué lo motivó, para partir a Indonesia donde tiene programada una presentación la semana próxima. La información proveniente del FBI es escueta: fuentes oficiales aseguraron que el allanamiento “se vincula con un caso en Seattle” que, como aún sigue su curso, mantiene el secreto de sumario.